Tigre Mimoso {Dinastía Jung} •HopeV•

Felicitaciones Indeseadas

-He escuchado que ha recibido a un nuevo miembro para su majestuoso harem y quise venir a felicitarle. -habla el hombre mientras hace una respetuosa reverencia para luego mirar cómo el contrario se siente se mala gana en su puesto.

-Esta hablando en serio? Espero que no sea así, que le paso por la mente al venir a felicitarme tan temprano en mi primera mañana luego de la ceremonia de bodas, porque de verdad que tengo un deseo de sangre desde muy temprano y no creo que usted quiera ser la víctima. -habla con el rostro serio y la mandíbula apretada.

-Majestad! Que le tiene de tan mal carácter tan temprano? -pregunta con algo de gracia.

-El imprudente líder del consejo que se le ocurrió sacarme de mi cálido nido para ver a mostrar sus buenos deseos. -el tono que uso le hace saber que en serio esta considerando sacar todo el enojado de su sistema derramando su sangre, por eso baja la cabeza en sinónimo de respeto, puede se divierta el hacerle la vida imposible, pero sabe donde dice peligro.

-Mil disculpas si alteza, no me lo imaginé, perdone mi imprudencia es solo que como usualmente se la pasa trabajando luego de la noche de bodas, o al menos así ha sido con cada uno de sus concubino y concubinas, no creí que esta vez sería diferente. -habla con algo de miedo.

-Pues ya ve! -responde mientras le mira con lo que parece ser odio y no esta muy lejos de serlo.

-Es bueno sabes que se ha interesado tanto en aunque sea uno de sus concubinos, supongo que es muy especial. -comenta esta vez mientras se pone nuevamente en pies.

-Así es! Mi Taehyungie es muy especial, es lo más lindo que se puede ver, tan tierno, dulce y delicado, además de lo inocente que es, con solo su presencia me hace sentir bien. -esta vez le regala una sonrisa sincera haciéndole sentir un escalofrío en su espina dorsal por el radical y repentino cambio de actitud, está seguro que no es solo por la punzada de odio que sintió al escuchar el nombre de aquel lindo jovencito a quien quiso hacer su concubino, aunque quisiera que fuera solo eso, debe admitir que le tiene mucho miedo al joven emperador y aunque le de un sabor amargo el saber que no podrá tocarle ya que es propiedad el supremo, se siente impotente, pero no puede hacer nada -así que sino tiene nada más que decir y no quiere ser mi siguiente víctima le recomiendo que se retire para yo poder volver a los cálidos brazos de mi pequeño concubino. -vuelve al semblante serio dándole otro escalofrío.

-N-No se preocupe por eso su alteza, yo me retiro -No espero respuesta cuando salió de ahí hecho un bollo de enojo y miedo.

-Así me gusta verte viejo insoportable! -habla mientras pone una sonrisa satisfecha -Al parecer Mi Taehyungie ha llegado para hacer estragos y ordenar todo lo que está mal y no encaja. -comenta volviendo a su cálida sonrisa, se pone en pies y camina nuevamente a sus aposentos lo más feliz del mundo.

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🤞🏼

-Oh! Pequeño estás despierto -le abraza y sonríe con dulzura, viendo con poco a poco sus mejillas toman un suave tono rosa.

-Si! Si al... digo, si hyung, es que Namu vino a ver cómo estaba. -le devolvió la sonrisa.

-Ese tonto no dejará de ser tan protector, en fin... desayunaste, cachorrito? -el apodo cariñoso pone internamente feliz al chiquillo pero solo lo demuestra con un tierno sonrojo que aún no había desaparecido, niega en respuesta sin emitir sonido -Por qué no? No dije ya que debían tener el desayuno preparado para cuando despertara? Ya me escucharan esos incompetentes...

Iba a salir hechando humo por las orejas dispuesto a desgarrar a todo aquel que se cruzase en su camino con dirección a la cocina pero fue detenido por una delgada mano sobre su muñeca izquierda, con un toque tan delicado que es inconfundible.

-No se preocupe Hobi hyung, se supone que me iba a levantar más tarde así baje es normal que aún no esté lista, estoy seguro que era para que cuando me despertara estuviese aún caliente. -Afirma con seguridad y calma, calma que es rota por una simpler pregunta.

-Hobi hyung?...  -el silencio le hace saber que ha puesto nervioso al doncel, en otra situación hubiese agregado algún comentario para alivianar el ambiente pero vamos el definitivamente ama ver aquellas mejillas de un hermoso color carmín y esa sonrisa tímida que causa estragos en su corazón, por lo que al final agrega -me gusta, mentira! Me encanta. -dicho esto suelta una estruendosa carcajada para abrazar al menor haciéndole sentir aliviado aunque algo avergonzado tanto por el apodo como por el contacto físico.

El sonido de la risa del gobernante hace confundir un poco a los guardias de turno pues vamos, que no hacia media hora había salido de los aposentos con ganas de matar a alguien, como es que ahora esta dado al mejor humor jamás visto, esos cambios de humor le ponen los pelos de puntas, estaban tan distraídos analizando el humor de su señor, que no notaron como las damas encargadas del cuidado del joven concubino irrumpían en los aposentos, hasta que notaron las puertas abiertas.

-Su alteza hemos vendido a ayudarle a ... -quedaron sorprendidas y en silencio al ver la comprometedora situación, es solo un abrazo, pero todos sabían el emperador solo tiene contacto físico con su hermano menor, el Genaral y bueno ya, solo ellos, el detesta que le toquen, ninguno de los concubinos del harem han sido tomados o tan siquiera tocados por el majestuoso emperador, por eso esta situación es más que sorprendente, aunque la sorpresa es sustituida por miedo al ver cómo el gobernante les Lira con odio y el pelirrojo se esconde detrás del fornido cuerpo con vergüenza.

-L-Lo lamentamos mucho majestad, creímos que nuestro señor estaba solo y quisimos venir a ayudarle a prepararse para desayunar y dar un paseo.  -rebeló una de ellas.

-El joven Kim desayunara en mis aposentos y tampoco saldrá hoy, así que cualquier cosa que el necesite yo me encargaré y si se les necesita para algo serán llamadas, así que pueden retirarse. -esta les sorprendió aún más a ambas, cuantas sorpresas se llevarán hoy, pero optan por salir lo más rápido posible de ahí.

El peli negro camina hasta las gigantescas puertas doble de la habitación y ordena:

-Nadie será bienvenido en mis puertas hoy, avisen que quien se atreva a interrumpirme será enviado a la guillotina, el desayuno será dejado en la puerta y el solado Min me llamara, reiteró no trabajo, no interrupciones, no visitas, no nada, la única manera interrumpir es que se esté cayendo el reino por una emboscada o que llegue la comida de la hora indicada.