Como Un Dulce Calmante

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-Si, no vamos a hacer... eso, entonces me puedo retirar? -pregunta el menor algo cohibido.

-Te diría que si, pero entonces esto no se vería real, así que hoy dormirás aquí. -le regala una sonrisa -Puedes acomodarte cómo gustes.

-Oh no! Suficiente ha hecho por nosotros su ma...

Un carraspeo más el rostro serio del mayor le interrumpen y debe admitir que hará todo lo posible para no hacerle enojar, porque esa cara seria le dio un escalofrío -He dicho que dormirás aquí, mientras yo iré a revisar unos documentos en el despacho que tengo aquí en los aposentos y que debes llamarme hyung cuando estamos solos.

-E-Está bien hyung, como usted diga. -responde el chiquillo.

-Antes de irme, piensa si hay algo que quieras cambiar o que no te guste y me lo dices; no quieres que te ayude con ese hanbok? -El pequeño se sonroja. - Supongo que no piensas dormir con el. -Tae afirma aún con las mejillas rojas, el mayor se acerca y le ayuda a desabrocharlo, pero solo eso, señala lo que parece ser una puerta y habla una vez más -ahí hay ropa, toma lo que quieras o puedes ponerte la bata roja que se ha traído especialmente para ti y así te pones cómodo. -esta vez tiene un asentamiento del menor quien con ambas manos aprieta la tela de su vestido con algo de pena.

-Esta bien hyung, muchas gracias y disculpe las molestias que le he causado. -habla en un susurro.

-Buenas noches Taehyung. -dicho esto deja un beso en la frente del menor y sale de ahí dejándole algo aturdido por su acción.

Cómo dijo el mayor, había ropa en aquel lugar, terminó de quitarse sus vestidos, y tomó la linda bata de color rojo de la que había hablando el mayor, se la colocó (¿Cómo supo cuál era?, pues esta es de una capa más fina y suave que las demás, estaba en un lugar específico, además de que tenía un diseño en flores diminutas, algo que realmente le gustó mucho) quitó la horquilla de su pelo, recogió la ropa, la dobló y la puso en un banco ubicado cerca de donde se había vestido, camino descalzo hasta la cama retiró las sábanas y se acomodó para arroparse.

Cerró sus ojos y se dejó inundar por el suave aroma a vainilla en las suaves sabanas de seda negra, no le costó prácticamente nada quedar dormido, lo que no supo es que unas horas después el mayor volvió a la habitación a buscar un pergamino que había dejado y se sorprendió de encontrar tan tierna escena.

El pequeño removió abrazando una de sus almohadas, tenia aquella rosada boquita entre abierta por donde dejaba escapar unos casi imperceptibles ronquidos, cosa que le hacía parecer aún más tierno y encantador a los ojos de Hoseok.

Este se acercó y con cuidado quito algunos cabellos que caían sobre los ojos del pelirrojo, sonrió por el cálido sentimiento; se puse en pies para volver a su despacho acabó con todo su trabajo pues era el último documento pendiente, lo firmo con el sello real y le dejo junto a los otros.

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Camino con calma a la habitación que bueno, literalmente era cruzar una puerta del despacho hacia allá y listo.

Tomó una bata roja especial para él, en otra ocasión no se la hubiese puesto por la misma razón de cada vez que llega un o una concubina a su harem, pero realmente necesitaba que se creyera todo esto para mantener a salvo a ese pequeño doncel que le había llamado la atención desde aquella vez en el jardín, jamás imaginó que sería el hermano de su mejor amigo, pero en fin.

Se hizo un poco de espacio entra las sabanas y se acomodó lo más cerca que pudo del menor, sin llegar a incomodarle para poder sentir el suave aroma que desprende el pequeño pero no puede distinguir qué era, lo que no se imagino es que el menor se abrazaría a él como un osito, mientras le olfateaba causándole cosquillas.

Aprovechando lo cómodo que se sintió cerró sus ojos dejándose llevar por el cansancio del día y la calidez que le rodeaba.

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Hoseok despertó por los toques en su puerta, con pereza y de mal humor por haberle despertado de su Pacifico sueño, se levanto de la cama a pasos pesados llego a la puerta y la abrió sin siquiera mirar quien era pregunto un:

-Qué? Qué es tan importante como para que me hagan salir de mi cama en un día como hoy cuando estaba tan como y tranquilo en los brazos de mi pequeño compañero, espero que sea algo realmente importante sino es que quieres que tu cabeza ruede. -habló de mala gana.

-L-Lo lamentó señor, el anciano park ha solicitado una audiencia con usted su alteza. -hablo el eunuco mark, de rodillas frente a la puerta, la cara al suelo y los temblores denotando su miedo.

-Hágale saber que ya voy y que no insista sino quiere que sea SU cabeza la que ruede. -dicho esto cerró la puerta de un golpe sordo espantando tanto ambos guardias en cada lado de la puerta, al joven eunuco y al pequeño Tae que por poco se cae de la cama al escuchar El Fuerte sonido.

-Q-Qué pasó?! -pregunto algo alterado.

-Oh! Te desperté cariño? Lo lamento mucho, hyung se ha levantado de mal humor hoy -explicó pasando con parsimonia sus dedos entre los suaves y rojizos cabellos del chiquillo que le miraba atentamente entre despierto y somnoliento, hasta que vio cómo su velo se frunció en tristeza.

-Es por mi culpa cierto? Lo siento hyung, no quería que...

-No cariño, no es por tu culpa, simplemente estaba muy cómodo y alguien vino a molestar temprano, no es nada de eso, al contrario dormí muy bien, eres algo así como un calmante. - lo último hizo aturdir al menor. -vuelve a dormir Pequeño, aún es temprano, cuando despiertes el desayuno estará listo, tus damas lo traerán aquí, crees que podrías no salir de los aposentos? Al menos por hoy? -pregunto sin dejar acariciar sus cabellos embobando al pequeño y dándole aún más sueño, Taehyung solo asintió adormilado y se acomodó nuevamente para dormir con ayuda de su mayor.

Cuando vio que estaba bien acomodado entre las sabanas camino al baño aún de mal humor a darse un baño y a listarse.

Tigre Mimoso {Dinastía Jung} •HopeV•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora