Capitulo 5

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Estaba sentada en la oficina de mi consejera esperando a que mis padres llegaran. Cuando al fin llegaron ella les empezó a explicar lo que había ocurrido. Había faltado a varias lecciones, ya que eso no era algo típico en mí, se preocuparon y empezaron a buscarme. Buscaron y buscaron hasta que una de ellas escuchó unos sollozos provenientes de uno de los baños. Una compañera se acercó lentamente  y tocó lentamente llamándome por mi nombre, a cambio yo simplemente dejé de sollozar con la esperanza de que se fueran, pero era demasiado tarde. Empezaron a abrir la puerta lentamente y me vieron sentada en el suelo con la cabeza hundida entre las rodillas, llorando. Sabía que habían entrado pero no quise levantar la mirada hacia ellas.

-¿Emily, estás bien? … respóndeme, por favor.

-Déjenme sola-dije entre sollozos- estoy bien solo… váyanse.

-No hasta que me digas que tienes, ¿Por qué faltaste a clases?

-No es nada.

-Sí, sí lo es, tu nunca faltas a ninguna clase ¿Por qué lo hiciste ahora?

Ya enojada levanté la mirada y las enfrenté.

-¿Porqué se interesan tanto en mí ahora? Nunca me hablaron hasta ahora, solo hablaban de mi a mis espaldas

-Somos tus compañeras debemos hacerlo, ahora levántate y ven con nosotras, por favor, solo queremos que estés bien.

Estaba tan enojada como débil, así que solo hice lo que me pidieron. Conforme me iba levantando ellas se horrorizaban más. Ya en una pose recta y en pie, dejé ver mis brazos y mis piernas llenas de cortes, y mi sudadera y pantalón manchados con mi sangre. Muy enojada les dije:

-¡¿Eso es lo que querían, verme así?!

-Ah… Emily ¿Qué has hecho?

-¡Sólo lárguense y déjenme en paz!-dije volviendo a llorar, esas chicas ahora sabían lo deprimida que estaba por la muerte de mi hermano Mike-¡¿Es que no ven que quiero estar sola?!

Ellas corrieron hacia algún lugar que no alcancé a ver. Volvía cerrar la puerta esta vez para intentar hacer el corte final, me iba a suicidar. Busqué aquella tijera vieja y filosa que siempre llevaba conmigo, me senté en el suelo nueva mente y miré la tijera unos segundos, luego, decidida, la puse contra mi cuello, cuando estaba a punto de hacer el corte, la puerta se abrió con violencia y pude ver como lo que era mi mejor amigo entraba  y me veía ahí.

-No deberías estar aquí.-dije con una tranquilidad de la cual me sorprendí- Mejor vete.

-Emily, ¿Qué has hecho? Mírate, estas cubierta de sangre y cuando entré estoy seguro que tenías esa tijera muy cerca del cuello.

-¿Cómo te enteraste que estaba aquí?

-Unas chicas pasaron hablando junto a mí en los pasillos. No me gustó enterarme por un montón de malnacidas que estaba aquí.

-Noah, vete.-dije empezando a llorar nuevamente-Déjame sola.

-No, no me iré.-dijo sentándose a mi lado y abrazándome fuerte-No te dejaré sola nunca, si sientes que estás sola contra el mundo estás equivocada, somos nosotros contra el mundo, te amo como si fueras mi hermana pequeña y no voy a dejar que mi hermana se pudra en un sucio baño como este.

Después de que dijo eso solo lo abracé y me quebré a llorar sin percatarme que lo estaba manchando un poco de sangre puesto que algunas de mis heridas más recientes aún sangraban. Poco después escuché las voces de unas chicas que venían hacia nosotros. Unos segundos después llegó mi consejera con las mismas chicas de antes.

-Vete, niño,- dijo ella mientras entraba- necesito conversar con ella.

-No me iré.

-Tienes que irte o no tendré más opción que castigarte.

-No,-dije haciendo intentos fallidos de dejar de llorar- si él se va, no diré nada.

Y cuando me di cuenta estaba en su oficina y habían obligado a Noah a irse a su casa.

Ignoré todo lo que dijeron mis padres y mi consejera, a excepción de la última parte. Tendremos que enviarla a una clínica de rehabilitación dijeron mis padres.

-¡No!-grité-¡Estoy deprimida no soy drogadicta! ¡¿Es que todos están locos aquí?!

-Existen clínicas de rehabilitación para la gente como tú, cariño,-dijeron ellos-ya sabes, que se hace daño a sí misma.

-¡Sólo estoy deprimida, es todo, no sé porqué tienen que hacer eso, ¿Qué no ven cuanto extraño a Mike?!

-Sí, sabemos lo unidos que eran pero eso no es motivo…

-¡¿Para qué?!

-Para hacerte daño.

-¡Sí, sí lo es, y lo admito, lo hago desde antes que él muriera en esa accidente, soy suicida!

-Baja la voz, cariño.

-¡Ya basta, estoy harta de “cariño esto, cariño aquello”! ¡Me voy!

-¡Emily Rae Campbell, ¿A dónde vas?!

-¡A la mierda!

Salí casi corriendo de allí directo hacia la salida del edificio cundo sentí que alguien me tomaba por el brazo. Era Noah, había desobedecido a todos y se había quedado.

-¡¿Qué sucedió ahí, estás bien?!

-¡Vámonos!

-¿A dónde?

-No sé, simplemente quiero alejarme de mis padres lo que queda del día.

-Tengo el lugar.

Corrimos y corrimos hasta llegar a un hermoso campo alejado de todo donde se podía ver toda la ciudad, era de verdad bellísimo. Nos sentamos en un viejo sillón que había ahí y vi como él sacaba dos refrescos de cola de una pequeña hielera escondida entre los arbustos y me entregaba una.

-Es precioso.

-¿Verdad que sí? Es mi escondite secreto de las personas y tú, solo tú sabes de su existencia aparte de mí y puedes venir cuando quieras. A lo mejor nos encontramos aquí algún día sin querer.

-Sería raro.

Tuvimos una conversación larga y no se nos acababan los temas, le conté de la muerte de mi hermano y varios problemas más. Cuando nos dimos cuenta ya eran las 9: 34pm y seguíamos ahí.

-Deberíamos irnos-dijo Noah-es muy tarde.

-No, quedémonos a dormir justo aquí, sólo por esta noche, por favor.

-Estás tan loca que te voy a hacer caso.

Dejamos atrás los temas tristes y dramáticos y comenzamos a reírnos de estupideces hasta un momento.

-Ah… Emily, necesito decirte algo…

-¿Ah sí, qué es?

-Ah… es que tú… yo… nosotros… quiero… ah.

-¿Sí?

-T-tú m-me gustas. Bueno no… yo, yo te amo.

Respondí y empezamos a hablar de eso ya que yo también estaba enamorada de él y poco tiempo después nos besamos, mi primer beso, para ser exacta. Luego simplemente nos recostamos y nos dormimos. Al día siguiente nos despertamos a la 1: 17pm, habíamos faltado a clases. No me molestó, ya que seguro toda la secundaria sabría lo que pasó. Fuimos a una heladería a las afueras de la ciudad a desayunar y después a nuestras casas. Había olvidado completamente el asunto del día anterior. Cuando entré a mi casa mis padres tenían varias maletas y estaban sentados con dos hombres con traje de hospital, miré hacia  afuera y vi una ambulancia que decía Clínica de Rehabilitación “San Marcos” supe inmediatamente para qué era. Después de una pequeña conversación con mis padres, me subieron a la ambulancia y me llevaron a tres largos años sin derecho a visitas a excepción de mis padres, era peor que una cárcel. 

Beautiful Cruel LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora