Capítulo 6

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Cuando al fin salí, mis padres me llevaron a casa y me dieron un largo sermón. Al día siguiente, fui a la secundaria muy emocionada por volver a ver a Noah. Entré y todos me miraban raro, debe de ser por lo de la rehabilitación pensé. Tocaron el timbre y me dirigí al salón de clases y ya estaban todos, excepto Noah. Tal vez faltó a clases o algo, supuse, pero pasaban las semanas, los días, incluso pasaron meses  hasta que un amigo de Noah y "mío" se dignó a hablarme.

-¡No puedo creer lo insensible que eres!

-¿Porque?

-Sé que lo sabes, eras su mejor amiga, debiste notar su ausencia.

-¡Dime de una vez de que estás hablando!

-¡De Noah, de quien más hablaría!

-¿Qué le sucedió?-dije borrando mi expresión de enojo y a cambio puse una de preocupación-Tienes que decirme.

-¡Se suicidó! ¿No lo sabías?

Quedé en shock. No sabía que responder, simplemente me alejé caminando hacia el baño en el que me habían encontrado aquel día y me senté en el mismo lugar. Aún estaban algunas manchas de sangre seca de mis heridas. Pensé lo que aquel chico me había dicho, al principio no lo creí, así que entré a la página web del lugar y empecé a buscar entre el diario escolar esa noticia, y después de unos cinco minutos la encontré "El talentoso flautista de la banda escolar, Noah Lawrence, se ha suicidado cerca de dos o tres días atrás. Se dice que se suicidó por el rumor de que Emily Rae Campbell, su única y mejor amiga, murió en la clínica de rehabilitación en la que estaba internada, entre otros problemas personales y/o familiares. Al chico se le encontró muerto en el mismo baño que se encontró a Emily el último día que fue vista en el edificio. El joven también sufría de abuso físico y mental, tanto en la secundaria, como en su hogar y se le veía escapar de las clases frecuentemente. Lo sucedido ya ha empezado a rondar en los pasillos del edificio y en tan poco tiempo ya se han creado leyendas sobre su muerte. Se les informa a todos los estudiantes que todo el edificio tanto como los estudiantes, profesores y empleados estarán de luto por esta perdida." Lloraba mientras leía estas crueles palabras que rompían mi corazón con cada letra, lo amaba y el a mí, y esto había ocurrido solo tres meses después de que entré en esa clínica de mierda. No asistí a las demás clases del día y al menos esta vez nadie me buscó. Tomé la tijera que estaba escondida detrás de un ladrillo flojo al lado del lavamanos, estaba igual como la había dejado a excepción de algunas manchas que no eran mías y una carta dirigida hacia mí. Miré fijamente las manchas y luego tome el sobre, rasgué la parte de arriba y saqué la nota.

Para Emily:

No sé si algún día leerás esto, o si volverás a este estúpido edificio, pero si lees esto solo quiero decirte que te amo, eres la única persona en este mundo que he amado de verdad sin excepciones. Tal vez ya notaste las manchas que dejé en tu tijera favorita, en serio lo lamento, pero de consuelo te digo que cada vez que la uso la afilo aún más. Estoy seguro que cuando leas esto yo tal vez no esté ahí para recibirte y decirte lo feliz que estaba de que dijeras sí a ser mi novia, esa es la única sensación que quería sentir por el resto de mi vida, pero me fuiste arrebatada por tus padres. En los pasillos corre el rumor de que te suicidaste en la clínica de rehabilitación, pero yo no lo creo... completamente. Sé que esto tal vez sea muy duro para ti, ya que sé que fui tu único amigo y como me dijiste aquella noche "Eres lo único que me mantiene lejos del suicidio". Lamento mucho no estar ahí pero tengo que decirte que no quiero seguir con mi vida, mis padres han sido aún más rudos conmigo y ayer mi padre golpeó tanto a mi madre que casi la mata, y te dolerá aún más lo que estas a punto de leer: he estado en drogas, nada muy fuerte solo algunas pastillas y un poco de marihuana y solo lo he hecho dos veces. Sé lo que te preguntarás, sí, esta es una carta suicida, dejaré todo detrás del ladrillo y me suicidaré con un bisturí que saqué de la clase de ciencias, ya sabes, el que usan para abrir y destripar a esos pobres sapos.

Antes de despedirme quiero pedirte que nunca olvides que te amé hasta el último segundo de mi vida, y que eras todo para mí. Quiero que leas lo siguiente con mucha atención: NUNCA HAGAS LO QUE YO HICE. Te amo, Emily. Mi pequeña Mily Rae Campbell no me extrañes, y mucho menos llores por mí, no merezco ni una sola de tus lágrimas, solo soy solo un estúpido chico que no quiere seguir viviendo. Te pido por favor que conserves esta carta y la leas cuando te sientas sola o perdida, pero no se la muestres a nadie ni hables de su existencia. Por último quiero decirte que aunque me vaya, no te dejaré, siempre estaré a tu lado aunque no me puedas ver, así que nunca estarás sola. De verdad espero que leas esto antes de que se llene de moho y se pudra, y solo quiero que sepas que te amo. Sin nada más que decir, me despido de ti. Por favor imagínate que te estoy dando un fuerte abrazo y un beso en la mejilla. Y por favor, sonríe al terminar de leer esto.

Atentamente: Noah Lawrence.

Ojalá hubiera podido no llorar al leer esto. Sabía que iba a hacer algo que no pude hacer nunca en la clínica. Sentí el filo de la tijera y tenía mucho más que la última vez, pero eso no me acobardó. Recogí la manga de mi sudadera hasta mi codo, tomé mi tijera y escribí "Noah Lawrence" en mi piel, y lo hice tan profundo que tendría una cicatriz  para toda la vida en honor a la vida de ese amigo que tanto amé, y me senté allí, en ese frío y sucio suelo de cerámica rosa que tanto he odiado. A pesar de lo profunda y de lo grande que era mi herida, no lloré, ni una sola lagrima corrió por mis mejillas en ese instante, no sé porqué, pero luego de ese instante no lloré por casi año y medio, y no fue un lindo año para mí. Se burlaban de mí, decían que estaba de novia con un muerto, me llamaban emo y asesina, me echaban en cara que Noah había muerto y me culpaban por su muerte, pero lo peor pasó unos ocho meses después. Unas chicas me esperaron fuera de la secundaria y me empezaron a decir insultos y groserías, después de un rato se hartaron de ser ignoradas y se lanzaron contra mí. Me golpearon tanto y tan fuerte que me fracturaron el pómulo derecho, la nariz, ambas muñecas (ya que una de ellas puso sus rodillas sobre mis muñecas) y una costilla, también estuve cerca de perder un ojo, al final solo quedé con una peor vista, también una había lanzado una roca tan duro contra mi cabeza que me hicieron sangrar. En ese momento, literalmente era solo yo contra el mundo. Al final simplemente se aburrieron de golpearme y se fueron, pero lo que más me dolió, fue que ninguno de los presentes se dignó a llamar a una ambulancia o a llamar a un profesor, simplemente pasaban a mi lado diciendo insultos sentí como me escupió un chico, estaba casi inconsciente pero a nadie le interesó. Unos minutos después llegó una profesora y llamó a una ambulancia. Mientras iba camino al hospital me sentía como una total mierda, no encuentro mejor metáfora que esa, me pisoteaban, insultaban y hasta escupían mientras yo estaba sangrando en el sucio concreto de fuera del instituto, me sentí tan mal que ni siquiera pude llorar.

Beautiful Cruel LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora