Las siguiente semanas Alondra y Sirius se evitaron a más no poder, procuraban no entrar en las clases que tuvieran juntos, caminaban por diferentes pasillos, llegaban a diferentes horas a la sala común. Los demás estaban hartos aunque nadie lo pidió, se turnaban para pasar tiempo con los dos chicos por separado y eso ya los estaba cansando.
— Debemos arreglar esto — comento Lily mientras tomaba asiento en el gran comedor a un lado de James — No podemos seguir toda la vida así.
Y es que ya estaban en el mes de Noviembre había pasado más de un mes desde el casi beso.
— Concuerdo, no quiero que mis mejores amigos sigan así — ese fue James que para asombro de todos no se mostró a los pies de la pelirroja que tenía alado — Es muy cansado, y aunque hay James para todos no puedo partirme en dos.
— Están sugiriendo que los obligamos a encontrarse y tengan que hablar de su problema — comentó la joven McGonagall a lo que todos voltearon a verla.
— No, jamás sugerimos eso — respondió Marlene — Pero ahora que lo has hecho tu no me suena a mala idea.
— Bueno, de nada supongo, debo ir a la biblioteca, nos vemos luego — la joven tomó su mochila para ponerse de pie.
— Te acompañó — comentó Remus, la joven le respondió con una sonrisa y los dos salieron del comedor.
— ¿No les parece raro que los dos pasen demasiado tiempo en la biblioteca? — preguntó Peter — Bueno Remus siempre a estado ahí pero Ximena casi nunca iba.
Todos alzaron los hombros dando a entender que no tenían idea, por el momento les importaba unir a sus dos amigos no presentes.
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La última clase del día para Alondra era adivinasion, que claro no se le daba, al llegar al salón tomó asiento junto a Lily que la recibió con una linda sonrisa.
— Hola cariño — la saludo la Scamander.
— Hola — respondió la pelirroja, cuando estuvo apunto de decir algo más fue interrumpida por un pelinegra que entraba de manera ruidosa al salón.
— No puede ser — solto la pelinegra que según sus fuentes, y con fuentes me refiero a Peter, le dijo que el no se presentaría a ese clase, bueno vaya error.
La profesora llegó al aula, todos sacaron sus libros como se les indico, la actividad de ese día sería leer la taza de tu compañero.
— Bueno tomé de su taza de té, que ya tienen a su lado, y después densela a su compañero — todos en el salón hicieron lo indicado, Alondra le dio su taza a la pelirroja y viceversa.
En la taza de Lily se observaba la forma de una estrella o almenos eso le parecía a Alondra, la profesora se empezó a acercar a cada pareja para preguntar lo que vieron en las tazas, hasta que llegó el turno de Alondra y por consiguiente a Lily.
— Yo veo una estrella, que según el libro significa una vida larga y prospera...o eso creo — lo último lo susurro para si.
— Muy bien, querida — comentó la profesora — Usted que ve señorita Evans.
— Veo ¿un perro? — Lily no estaba segura de lo que estaba en su taza — ¿Podría ayudarme profesora? — le extendió la taza a la susodicha y está observó.
— Es... Es u-un grim, viene por ti — señaló a Alondra que estaba más que confundida — Debes cuidarte Alondra Scamander un mal presagio te persigue — la profesora estaba en una especie de transe y todos se notaban sorprendidos porque a la pequeña joven que nunca había hecho nada mal, el universo le indicará un grim, pero todo fue interrumpido por una risa burlona que soltó nada más y nada menos que Sirius Black.
Nadie entendió el porque se reía ya que bueno en pocas palabras le estaban destinando la muerte a su amiga, pero es que Sirius sabía que no era así, a comparación de lo que los demás creían esa clase era uno de los tantos talentos de Sirius Black, y en la taza estaba un Grim ¡un Grim!, por Merlín, se refería a él, ya que era su forma animaga, pero entonces que significaba ¿él y Alondra estaban destinados? De eso no estaba seguro pero esperaba que así fuera, que estuviera evitando a la joven no significaba que no la quería en su vida y además el jamás le haría daño a la joven así que el pronóstico de que le fuera a pasar algo malo no era real, o eso creía.
La clase terminó, todos tomaron sus cosas y salieron de ahí, Alondra no creía mucho en lo que la profesora decía pero bueno si que la dejo en duda, aparte con que descaro Sirius se reía de ella o bueno de su futuro o lo que fuera, y hablando del rey de Roma, pasaba a su lado con su corbata desordenada, su mochila colgando de un solo hombro, su cabello largo y desordenado, si que tenía aspecto de un chico malo, y esa estúpida mirada de “estarás en mi cama”, y Alondra no podía mentir y decir que no le apetecía estarlo.
— Hola — dijo una voz en su oído sacándola de sus pensamientos sibre Black.
— Hola — respondió viendo al dueño de la voz, Amos Diggory, con quien en ese tiempo se había hecho muy amiga se agradaba mutuamente y pasaban buenos ratos, además salir a Hogsmeade aveces se les había hecho costumbre.
Ese día se reunieron a estudiar en la biblioteca que Amos fuera un año mayor era todo un beneficio para la pelinegra que aveces no entendía temas y Diggory era muy bueno en todo así que aveces le daba tutorias.
Y así transcurrió un día más que para los amigos de los pelinegros, fue otro día en el que no se hablaban pero ahora si tenían el propósito de unirlos de nuevo, no seria fácil, pero quien dijo que lo sería.
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