𝟏𝟗

168 12 0
                                    

La escuela terminó, ojalá se pudiera decir que después de lo que le pasó a la Scamander no volvió a suceder, pero la verdad es que los ataques siguieron, no constantes pero sucedían y el temor de todos crecía así como el poder del señor oscuro.

Sirius no volvió a dejar sola a la joven de sus ojos, ni siquiera la dejaba que estuviera por los pasillos después de las ocho de la noche, y aunque la joven decía que no era necesario, Black pensaba que era lo que debía hacer porque si por el fuera la tendría encerrada en su habitación, lo cual era malditamente estúpido pero era una opción que no quitaba de su lista si tenía que usarla. Porque nuevamente, Sirius Black se había enamorado, y nuevamente de Alondra Scamander, pero está vez no intento nada, no sacó el tema al aire, ni ella tampoco porque de igual forma y esta vez enserio, sincera y verdaderamente, se había enamorado. Un amor que es correspondido pero ninguno lo dice, ni lo sabe, Sirius tiene miedo de que ella no lo ame, Alondra tambien tiene miedo de que él no la ame, que piense que una relación seria un fracaso, así que se conformaban con esa amistad que tenían.

Sirius y James habían entrado a la academia de aurores, aún estaban en prácticas y preparación obviamente, pero ellos estaban seguros de que entrarían, no había nadie mejor.

Mientras tanto Alondra y Lily habían entrado a preparación para ser medimagos, Marlene, buena ella no tenía que preparase para nada sus padres le habían pasado su puesto en el ministerio, lo cual le gustaba, Remus no quiso aplicar para nada, creía que por su condición nadie lo aceptaría así que por el momento estaba haciendo una pasantia en Hogwarts, y Peter, bueno el aun no se decidía.

Ahora era Julio 1978, Dumbledore les invito a unirse a su organización La Orden del Fénix, un grupo de magos que intentaban detener al señor oscuro, a lo cual los chicos habían aceptado. Las reuniones se hacían en la “Madriguera” era la casa de unos chicos que se habían graduado de Hogwarts hace tiempo, Molly y Arthur Weasley, eras una familia amable, tenían, para ese entonces tres hijos, Bill, Charlie y Percy, pero aún así la mujer estaba embarazada de gemelos, ¡gemelos!, Alondra no podía creer como podía tener tantos hijos, ella se volvería loca.

— Te invitó a cenar — se encontraban saliendo de una de las reuniones de la orden.

— Tengo que estudiar.

— Yo también, pero te invitó a cenar — el pelinegro le dedico una sonrisa a la que obviamente no le podría decir que no, la joven solo asintió hacia el tratando de que una sonrisa no saliera de sus labios.

Fueron a un lugar muggle que según, Sirius era fantástico, lo había conocido en uno de sus paseos con James en la motocicleta. Por que si, ahora el maldito Black tenía una motocicleta, porque no le bastaba solo con esa barba poco crecida y su chaqueta negra, claro que no, él quería volverla loca, o almenos eso era lo que pensaba Alondra.

El pidió por los dos ya que la joven no sabía mucho de la comida muggle, tuvieron una charla normal, nada fuera de lo común. Al terminar la cena pagaron y de nuevo emprendieron camino hacía otro lugar. Era un lindo mirador en el centro de Londres, y considerando que ya era de noche la vista era espectacular.

— Esta vista es... — la joven observaba anonada hacia el cielo, no tenía suficiente palabras para describirla — hermosa.

— Si, bueno, hay mejores vistas — pero Sirius no se refería al cielo, o no, claro que no, el solo podía admirar a la chica a su lado, con sus enormes ojos cafes y todo el brillo de las estrellas reflejado en ellos, como lo lindo que se veía su cabello desde que lo había cortado y el viento jugaba con él, "¿te dolió el golpe, Black? Porqué ahora si que estas en el fondo" era su conciencia recordándole, como lo hacía muy concurridamente, que amaba, perdida e incondicionalmente a esa chica.

Pero de que servía que su interior se lo gritara en todo momento si el no haría nada, estába decidido, aceptaba esa vida, en la que no podría estar con él amor de su vida. Desde que era un niño y aunque nadie lo crea, Sirius Black pensaba en el amor, en que cuando encontrará a la persona de su vida lo sabría con sólo mirarla a los ojos y todo su mundo tomaría color, y que sin importar nada, el terminaría con esa persona para tener una vida juntos, o bueno eso pensaba cuando tenia diez años, después se le olvidó hasta el significado de la palabra.

Al pasar unos minutos más, la joven le pidió que la llevara a casa, vivía en un departamento que compartía con Lily, almenos uno de sus sueños se habían cumplido, vivir con su mejor amiga cuando fueran mayores. Era un lindo departamento nada enorme pero del tamaño correcto, por fuera era de un destellante color rojo, típico de las dos jóvenes.

— Gracias por el día.

— Nunca hay porqué agradecer — la joven ya estaba en el primer escalón del edificio, estaba indecisa en el que hacer, se suponía solo debía entrar y ya, pero no se movió de su lugar y el pelinegro tampoco.

Después de muchas discusiones mentales y sirviendo que la joven tenía un escalón de ventaja que le permitía estar a la misma altura que el chico, se acercó a su mejilla y le dejó un pequeño beso para después entrar por la puerta y cerrarla sin esperar respuesta.

Y así fue un 14 de julio, que trajo la paz que unos jóvenes enamorados de dieciocho años necesitaban más que nada.

.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Like You Do || 𝐒. 𝐁𝐋𝐀𝐂𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora