Mesiak es la representación de cada uno de ustedes cuando en algún punto de sus vidas, sin darse cuenta, perdieron el control y dejaron de saber quiénes eran.
Crecí escuchando que todos tenemos un propósito en nuestras vidas, que no vivimos solo por vivir, ya saben, lo usual. Normalmente hay personas que te dicen lo poderoso que eres, o lo que podrías llegar a ser si dejas de vivir como si fueras un accidente, es decir, que tu existencia, aunque la creas insignificante, no lo es; que si cambias tu mentalidad, verás un gran cambio en tu vida; que no escuches a las personas que te dicen que no eres suficiente, que no vales, que no eres nada; que estás aquí por algo y que en su momento descubrirás porqué y lo pasado no importará. Todo muy alentador, sí. Pero ¿Qué pasa cuando eres tú el que no cree en sí mismo?
Recuerdos
Estoy en el parque cerca de mi casa, tengo cuatro años y estoy jugando con Ben, mi amigo. Él trajo sus juguetes: Carros, aviones y soldados. Yo también tengo los míos, pero Ben tiene un carro que me gusta mucho, es rojo con líneas amarillas en sus costados.
–¡Tenemos que salvar a nuestros soldados! –dice él moviendo su soldado.
–No lo sé, soldado –le digo yo moviendo el mío –es una misión muy difícil.
–¡Claro que no! Tenemos que ir por ellos.
–Podríamos morir ¿Quieres morir?
–Prefiero morir haciendo lo correcto a morir escondido; tú eliges: Vienes conmigo y mueres con honor o te escondes aquí como un bebecito –hemos estado jugando desde hace más de dos horas. El juego es sobre un equipo de soldados que quiere salvar al mundo, pero han atrapado a los demás y solo quedamos Ben y yo. Escondimos los soldados en el área de los toboganes, y nosotros estamos en el césped lejos de este.
–Juntos hasta el final –él me sonríe y se levanta para ir a los toboganes; yo también me levanto, pero una dulce voz me interrumpe.
–¡Mesiak! –mi mamá me está llamando. Yo volteo para verla –Ya nos vamos.
–¿Me puedo quedar un ratito más? –le suplico.
–No, cariño, recoge tus juguetes para irnos.
–Está bien –digo con desánimo.
Comienzo a recoger mis carros y aviones, y los guardo. Veo el carro de Ben que me gusta, levanto mi mirada para ver si él está cerca, pero no lo veo; me gustaría llevármelo y si me pregunta por él, le diré que no lo he visto. Tomo el carro rojo con la intención de guardarlo en mi mochila.
No lo hagas.
La voz me lo dice; pienso mejor las cosas, o bueno, él me obliga a hacerlo y caigo en razón, así que dejo el juguete de Ben en donde estaba y me voy con mi mamá.
Tengo siete años y estoy en la sala de mi casa viendo la televisión.
–Cariño –mi madre me dice mientras guarda su cartera en el bolso –iré un momento a la casa de Clara, no tardaré ¿Okey?
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Mesiak: La verdad sobre la mentira (I Parte)
Science FictionMesiak es un libro de ciencia ficción que muestra un futuro muy diferente a como lo predijeron los científicos, este es bueno y todo el mundo vive en paz, pero eso cambiará repentinamente para Mesiak, el personaje principal, se dará cuenta que su re...