Mi Perdición II Parte De Un Nuevo Comienzo

Capítulo 52

Después de pasar otro viaje en moto con Harry ya estábamos en la casa de la playa donde rápido se hizo presente el ruido del agua chocar contra las rocas.

En este momento me vino tantos recuerdos que no pude no evitar sonreír como una tonta.

-¿Qué te hace gracia? - me pregunta Harry con tono gracioso.

-Nada solo son recuerdos - con eso sé que me entiende porque él también sonríe quitándome el casco de mi mano para guardarle en su sitio.

-Vamos - pasa su mano por mi cintura cuando comenzamos a caminar hacía la casa.

Iba a preguntarle si tenía la llave, pero no hace falta porque me responde sin hablarme cuando saca la llave de su bolsillo abriendo rápido la puerta, debe ser que siempre la lleva encima.

Entro después de él la casa sigue igual de bonita que la última vez que la vi.

Puedo verla mucho mejor cuando enciende la luz, se acerca a la cocina y le sigo mirando cada movimiento que hace.

Saco mi móvil avisando a mis padres que no dormiré en casa como siempre digo que me quedo con Vanessa, está claro que las horas que son nos quedaremos aquí.

Me sorprendo cuando Harry me ofrece en un vaso zumo.

¿Cómo tiene zumo en la nevera?

Si aquí no suelen venir mucho solo para pasar unos días de vacaciones.

Da igual se lo agradezco sonriéndole mientras bebo un poco, veo como él se sirve de una botella de alcohol y me controlo para no rodar los ojos.

-Mi padre sabe sobre lo nuestro - suelta de la nada Harry.

Lo miro demostrándole que lo que me dijo me sorprende.

¿Cómo es posible?

-¿Cómo se enteró? - le digo queriendo saber cómo se enteró, al menos que él se lo contara, pero por la forma en que me lo dije sé que no le dijo nada.

-Él es listo en este tiempo el vio cosas de nosotros cuando estábamos juntos, se dio cuenta que algo estaba pasando - me cuenta, me apoyo en la encimera mirándole.

-¿Qué vamos a hacer? - porque su padre es el mejor amigo de mi padre seguro que se lo contaba, llegas a un punto que ya no puedes ocultar una cosa si la otra persona sabe demasiado y no te queda más remedio que confirmarlo.

-Tendremos que contárselo a los tuyos mi padre no es el único que lo sabe - le miro confundida.

¿A que encima hay alguien más lo sabe?

-¿Quién? - le digo sospechando sobre mi padre.

-Mi madre - bueno no me lo imaginaba, pero tampoco me pone más nerviosa porque su madre es muy buena.

-Bueno prefiero que lo sepa tu madre a mis padres, pero sí tienes razón deberíamos contárselo ya a los míos - él rodea la encimera para colocarse a mi lado.

-Cuando estés preparada no hace falta contarlo ya - acaricia mi cara cuando aparta un mechón de mi pelo.

-Lo sé, pero cuanto más tiempo pase peor no quiero que se enteren por otro lado - le digo, tal vez mi padre se enfadaría por enterarse de otro modo y que no se lo contase yo personalmente.

Se acerca un poco más hasta que nuestras caras quedan a centímetros, levanto mi mirada mirándole a los ojos nos quedamos en silencio mirándonos.

Me acerco un poco más rozando nuestras narices hasta que uno mis labios con los suyos, al principio es un beso lento, pero luego se vuelve más intenso cuando nuestras lenguas se unen profundizándolo.