"¿Qué pasó ayer?" Edición Joestar (Parte 1)

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Dentro de su pesado sueño, GioGio lograba oír una alarma a lo lejos, esperaba que se callara rápido para volver a lo que estaba dentro de su sueño: estar desnudo buscando su ropa en la sala de operaciones.

Pero parecía que la alarma era tan real como el dolor de cabeza que apareció una vez que estaba más consiente. Intentó abrir los ojos lo más que pudo y estiró su mano para deslizar la alarma y desactivarla. Soltó un suspiro fuerte mientras sentía como toda su vista regresaba a medias, y su cuerpo caía pesado en la cama. Era definitivo, estaba cruda. Era el único diagnóstico que se daba hasta que notó un dolor en sus caderas y espalda baja.

¿Pero qué chingados había hecho la noche anterior?

Recordaba que había llegado al bar en compañía de Narancia y Mista, y que había quedado fascinado con la estética del Stardust Crusaders: En el centro, como si se tratara de una isla oval, se encontraba la barra de bebidas. La superficie para colocar las bebidas era de caoba, al igual que los veinte bancos que rodeaban la barra, mientras que el resto era de algún polímero con reflejos tornasol. También había largos sillones morados en las paredes, colocados uno frente a otro, cada par separado por una mesa; una mesa de billar enorme por una de las esquinas y una pequeña pista de baile. El suelo era de un color dorado que emulaba la arena del desierto, mientras el techo imitaba la bóveda celeste en una noche despejada, llena de estrellas, pintadas con tal maestría que seguramente alguien ebrio lo confundiría con el cielo real. Las paredes eran de piedra arenosa, excepto por los bordes, diseñados del mismo polímero que las barras, y estaban llenas de cuadros con motivos egipcios. Había un montón de pequeños candelabros que emitían una luz blanca, lo suficientemente tenue para no lastimar los ojos, pero suficientemente para permitir apreciar al lugar y a tus interlocutores con nitidez.

-Wow. - Fue lo único que atinó a decir en el momento.

-Lo sé. - Respondió Mista con orgullo, como si el lugar le perteneciera a él. - Y espérate a probar las bebidas. N'Doul hace los mejores martinis de Italia. ¿Les parece si nos sentamos en la barra? Aquí no hay meseros.

-¿Por qué? - Preguntó Gio. Tratándose de un bar tan grande, era bastante inusual.

-Porque si no estás en condiciones de llevar tu propia bebida, no deberías seguir bebiendo. - Respondió un desconocido. Era de estatura media, pero bastante musculoso, de piel acanelada y cabello negro recogido en una bandana amarilla. De no ser por la película lechosa que cubría sus ojos, Giorno difícilmente habría adivinado que era ciego, pues su rostro apuntaba hacia los recién llegados con la precisión de una persona vidente.

Gio no tardó en enterarse de que el tipo era el mismísimo N'Doul, barista y dueño del lugar, quien además poseía uno de los stands más potencialmente letales que había visto, pero solo lo utilizaba para preparar bebidas y mantener el lugar vigilado.

Luego de la primera bebida, el hecho de que Narancia estaba haciendo mal tercio pasó a segundo plano, pues el chico era divertidísimo. Entre él y Mista lo pusieron al corriente de algunos de los chismes más importantes del hospital, muchos de los cuales incluían a uno de sus padres, DIO.

-¿Alguien dentro del hospital puede alterar la memoria? - Preguntó.

-Daiya y Pucci. Y Rohan, pero ese tipo me da miedo. - Respondió Mista. - ¿Por?

-Porque estaba mejor sin saber eso. - Y acto seguido, apuró su trago. A ese punto, estaba un poco "alegre", pero hasta ahí, por lo que siguió bebiendo. Gio había olvidado lo traicionero que era el vodka.

También recordaba que, en cierto punto de la noche, Mista colocó discretamente una mano sobre su rodilla, y no la movió de ahí... Hasta que llegaron tres personas. A uno de ellos lo reconocía como Formaggio, el cirujano que se había topado en la mañana. Los otros dos se llamaban Pesci e Illuso. En ese momento el bar aún estaba medio vació, ya que era relativamente temprano... Ocuparon lugar cerca de la mesa de billar porque Narancia quería apostar contra los de "La Squadra". Y no cualquier apuesta de niñitos, no: él había decidido apostar una cubeta y 3 botellas de vodka.

JOESTAR'S ANATOMYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora