Final

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Beomgyu empezaba a sentirse mal al ver a su amigo tan mal, parecía que en los últimos días Soobin no se había alimentado puesto que su rostro se veía más delgado y con unas ojeras prominentes. Ambos estuvieron faltando al trabajo, Soobin por su estado emocional y Beomgyu para cuidar de él.

— Sabía que pasaría y aún así no hice nada —. Puchereó mientras jugaba con sus dedos.

— Claro que sí, intentase re-conquistarlo, no digas que no hiciste nada binnie —.

— ¡Fui un tonto al pensar que sabría que yo dejaba las violetas!, por quererme hacer el misterioso lo perdí —. 

El menor suspiró cansado, no importa cuanto se lo dijera al mayor, éste siempre renegaba diciendo que todo fue su culpa, para Beomgyu el chico alto era como su hermano y era muy doloroso ver como el Choi mayor se culpaba tanto, viendo todo de manera negativa.  
Solo había pasado un día desde que Soobin llegó a su casa para quedarse y ambos estaban a la espera de la llamada de Hueningkai.

— Sabes perfectamente que no es así —. Beom le lanzó una mirada suplicante, levantándose de la mesa para dirigirse a la cocina y preparar la cena, terminando la conversación. 
Soobin suspiró una vez estuvo solo en la sala, fue por su laptop y regresó a su sitio intentado avanzar un poco con el trabajo que se le acumuló en ese día. 

El tiempo había pasado muy rápido, se metió tanto en el cierre de mes que no se dio cuenta que Beomgyu ya había regresado de la cocina y ahora se encontraba enfrente suyo leyendo un libro sobre finanzas. El silencio que reinaba en el lugar se vio interrumpido por el celular de Soobin, quien se congelo en su lugar al ver quien lo llamaba.

— ¿No vas a contestar? — El menor alzó una de sus cejas al ver que el otro no hacia nada.

— Es Hueningkai —. Susurró. 

— ¿Y por eso no vas a contestar? —. 

El mayor ignoró al chico y tomó el celular apresuradamente para contestar, temiendo que Huening colgara. En el fondo tenía miedo de hablar con el menor porque no se resistiría y le diría toda la verdad acerca de los ramitos de flores. Una parte de él quería decirle, pero Soobin en verdad quería que Kai aprendiera la lección, no todo es lo que parece y siempre habrá dos o más versiones ante algún suceso. 

Diga —.

Tengo los papeles, Choi. Solo falta tu firma —. De repente sintió que el aire hacía falta a sus pulmones, Beomgyu se dio cuenta y le hizo señas para que tranquilizara su respiración, Soobin le agradeció con un pequeño asentimiento. 

Bien... Beomgyu me hará el favor de pasar por ellos y mañana mismo te los llevo —. Beomgyu enarco su ceja, preguntando con su mirada el porqué él. 

Me parece perfecto, hasta entonces —. y sin más el menor colgó.

— Okay, ¿por qué tengo que ir yo por los papeles de tu divorcio? ¡Digo! no me niego, pero me da curiosidad saber —. Beom dejó de lado su libro, recargando los codos en la mesa y sosteniendo su rostro sobre sus manos, atento a lo que el mayor diría. Por su parte Soobin lo miró con reproche y se limitó a contestar.

— No quiero decirle la verdad, sé que si lo veo le diré todo, existe la posibilidad de que me crea y no quiera seguir con el divorcio, que si me preguntas yo estaría feliz, pero Huening debe entender —. 

Poesía | sookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora