#HUAWEIWEEK2021 ♡HuaWei♡

Day 1: Conociéndose

♡Lindo y tonto♡

La ciudad fantasma era todo y más de lo que Wei Wuxian había esperado encontrar. Al despertar en un espeso bosque cercano al extenso pueblo, esa misma mañana, y ver frente a él una de sus tantas teorías descabelladas siendo una realidad; casi pudo sentir la risa histérica salir de sus pulmones vacíos.

En su vida, la vida que hace una hora había perdido, había escrito docenas de libros largos y detallados sobre cultivación demoniaca. Rituales y barreras probadas desde su propia mano y objetos creados en un sistema de prueba y error terco, tal y como su dueño. Aunque, claro, el joven patriarca admitía que muchos de los escritos no eran más que teorías locas sacadas de ideas al azar. Teorías tan locas que lo harían ver como un desquiciado si las expresara de forma abierta.

La ciudad fantasma era una de esas tantas locuras. Un limbo interminable que lucía como estar vivo, pero variando el público y lugar. ¿Quién diría que tenía razón? ¡JA!, Si otros cultivadores lo vieran ahora...

.- Seguirían pensando que estoy loco .- Se convenció a si mismo mientras sus largas piernas cruzaban entre ellas bajo la muy demacrada túnica negra. Sus pasos fueron suaves como pluma mientras recorría cada centímetro de calle principal, sin querer aventurarse demasiado, pero a la vez llamando inevitablemente la atención de muchos seres a su alrededor.

¿Acaso ser el único con apariencia humana ahí era toda una novedad para los lugareños?

Quizá así era. A decir verdad, podía sentir los cientos de ojos de demonios y fantasmas extrañados por su presencia, clavándose en su espalda como si fuera una atracción turística para que el público jadeara con total asombro.

No era como si Wei Wuxian no fuera el centro de atención donde iba, de todos modos. Después de todo era una cara bonita, de cerebro brillante y cálida personalidad, pero dudaba que los demonios interesados lo vieran como algo más que una pieza de carne como las que se encontraban en los mesones de venta en ese mismo instante.

Las piernas y brazos de humanos cortados a kilos de pieza le enviaron un temblor a la columna vertebral y agradeció a cada dios del cielo por no estar vivo para ser una brocheta deliciosa en la mesa de esos desconocidos. Aún si esa ventaja no evitó los ojos indecisos de probar si realmente era un humano sólido o un fantasma que tuvo la suerte de no cambiar su apariencia al morir.

El joven patriarca, independiente a todo eso, continuó su caminata a pasos más veloces. Una que otra vez recibiendo el amable saludo de alguna de señorita fantasma de vida alegre, deslumbrada por su bella apariencia suave y audaz. Hasta que, sin percatarse mucho de la dirección, llegó a una enorme torre central no muy lejos de una mansión de rojo imponente.

Luces de linternas brillaron sobre la noche cálida del más allá y cientos de risas resonaron dentro del lugar, acompañadas siempre con música entretenida de oír. Unos aplausos fueron el siguiente ruido y Wei Wuxian al fin asomó su cabeza por uno de los bordes de la pared en la que se había escondido a espiar. A pocos metros de donde estaba, dos enormes guardias armados cuidaban la entrada de aquello que parecía una caverna o burdel.

Demonios de todas la formas y tamaños entraban y salían de la puerta con total normalidad mientras jarras de licor colgaban de sus manos.

Al ver eso; sonrió.

¿Hace cuantas horas no había probado una gota de licor en ese mundo? ¿Jamás?

Eso no era aceptable.

¿Y que si no tenía dinero fantasmal para costear la bebida? Nadie extrañaría una jarra de licor si ese "nadie" estaba inconsciente.

Pensando seriamente en que hacer en aquella circunstancia, al fin Wei Ying se decidió a seguir a su corazón, el cual gritaba furiosamente: Entrar, beber, salir. Entrar, beber, salir. De manera desenfrenada.