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Samuel abrió la puerta de su coche, se sentó, dejó su maletín junto a unos cuantos papeles en el asiento del copiloto y se tiró para atrás en su asiento... Tenía bastante calor, estaba agitado y no dejaba de oler la escencia de aquel Omega.

Rápidamente tomó su celular y abrió el calendario, aún faltaban dos días para que su ciclo comenzase pero de seguro se había adelantado, abrió un pequeño compartimento en su maletín y sacó una pastilla de color dorado, un supresor... Lo tragó sin agua, haciendo un esfuerzo ya que odiaba tragar pastillas y condujo hasta su departamento a las afueras de Karmaland...

El medicamento no ayudó mucho pero sí lo suficiente para que él pudiese acostarse en su cama, tomó nuevamente el móvil pero ésta vez para buscar sobre aquel sujeto que había visto durante la tarde, videos, fotos, las canciones del tipo... Su respiración se agitaba cada vez más a medida que el celo se acercaba, odiaba ser un Alfa, le hubiese encantado ser un Beta para no tener que sufrir de estos ciclos de calentura extrema.

Se volvía nulo, perdía todo uso de su raciocinio y sólo pensaba en follarse lo primero que viese... Por suerte vivía sólo, podía afrontar unos cuantos días sin ver a nadie y poder soltar sus feromonas sin tener que estar precavido de afectar a alguien.

Su mente no dejaba de pensar en el rubio, era algo bastante loco... No negaba que de vez en cuando veía a alguien que le parecía atractivo físicamente y pensaba en cómo sería si fuese su pareja pero... Era la primera vez que alguien le llamaba la atención de tal forma, era como si su cuerpo quisiese estar con ese omega a toda costa. Samuel consideró aquello peligroso, tendría que tener cuidado a toda costa y sobre todo, no quedarse a solas con él.

[...]

Rubén respiraba entrecortadamente mientras se encontraba sentado junto al balcón de su piso, tenía la ventana abierta y estaba semi desnudo, una camisa blanca larga junto a la ropa interior era todo lo que le salvaba de estar desnudo.

Su rostro estaba todo sudado a causa del calor abrasador del celo, el rubio apoyó su cabeza en contra de la fría pared y maldijo haber nacido como omega. No eran muchas las ocaciones que se molestaba por haber nacido como la división "más débil de todas", de hecho le gustaba ser codiciado por muchos pero en cuestiones como el Celo, se odiaba a muerte.

Al no tener una pareja pasaba esos días en sufrimiento, cuando un Omega está emparejado a un Alfa, incluso su escencia ayuda, por lo general se arman un "Nido" con la ropa y todo lo que tenga el aroma de esa persona especial... Rubén no tenía aquello, era él sólo contra un celo que cada vez se hacía peor por la falta de una figura dominante.

-Joder- musitó en voz baja- Encima todavía siento el olor a chocolate con moras... Maldita tortura

Fue entonces cuando recordó al abogado, pensó seriamente en él, era de su tipo.

A Rubius le gustaban los chicos altos, de apariencia seria pero misteriosa, le gustaban los tatuajes y casualmente el pelinegro tenía algunos que todavía no había podido ver...

Su cuerpo sintió un hormigueo intenso al imaginar el torso de aquel hombre sin camiseta, le gustó la idea de apreciar aquello pero tristemente negó con la cabeza.

Rubén deseaba tanto a un alfa pero su orgullo como "Omega fuerte e independiente" le podía más, se negaba a recibir ayuda por parte de ellos, a decir verdad... Les envidiaba y por eso no quería estar con uno.

Envidiaba el poder que emitían, los alfas solían tener todo demasiado fácil gracias a su estatus, eran apuestos, exitosos... Al contrario que los Omegas, ellos la tenían complicada para sobresalir, sí, eran increíblemente apuestos pero eso no les ayudaba en nada si eran pisoteados por los "superiores".

-Menuda putada de vida- se quejó en voz baja mientras que quería seguir pensando en los músculos de cierto pelinegro...

Pensar en él no significaba entregarse, ¿verdad?

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Duda... ¿Si estuvieran en un Omegaverse, qué serían? Yo creo que Omega idk

DESTINED - Karmaland #Lazos2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora