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Samuel saltó de la cama, buscó entre sus papeles la dirección que necesitaba y sin realmente cambiarse de ropa corrió en dirección a su cochera...

La necesidad era tan fuerte que apretaba su pecho sin dejarle respirar, encendió el vehículo y partió rumbo a su destino.

El móvil del pelinegro marcaba la hora e vez en cuando, cuando una nueva notificación le llegaba... Siete y cuarto de la mañana...

Se saltó uno o dos semáforos en rojo y por suerte no tuvo un accidente, estacionó frente el gran edificio al que anhelaba llegar, apagó el motor y tomando aire llegó hasta el pórtico donde tocó el timbre del respectivo piso.

-¿Nieves?- La voz rota de Rub le preocupó

-Soy Samuel... ¿Puedes abrirme?, ¿Por favor?- tras unos segundos de silencio el portón eléctrico se abrió...

Samuel respiró con alivio al saber que era recibido, por suerte el ascensor estaba en la planta baja y no tendría que esperarle, rápidamente apretó el botón del piso 7...

Cuando las puertas de aquel aparato se abrieron, no puedo evitar estar nervioso, frente suya se encontraba un pequeño pasillo y enseguida la puerta principal del gran departamento de Rubén Doblas... Tocó nuevamente timbre y al instante él estaba ahí.

Estaba ahí, parado en frente suya, tenía el cabello rubio despeinado, los ojos rojos y llorosos, vestía una camiseta de una banda cualquiera bastante larga junto con sus boxes...

- Lamento aparecerme de golpe y sin avisar pero... Te juro que tenía que verte- Samuel comenzó a hablar rápidamente para que el menor no mal interpretase la situación- Tuve este extraño sueño en donde tus feromonas aparecían y... También estaba esta niña... VENUS, yo... Tenía una gran presión y necesidad por verte...

Los delgados brazos de Rubén le abrazaron con fuerza, en los primeros segundos quedó en shock pero luego respondió abrazándole fuertemente.

-Yo también tuve un sueño- dijo entonces- Tu aroma estaba por todo el lugar, no vi tu cara pero sabia que eras tú... ¿qué está pasando?, ¿Por qué empezó a dolerme el pecho cuando no estabas?

-No lo sé pero me pasa lo mismo...

Fue entonces cuando Rub se dio cuenta de que el pelinegro estaba aún con las ropas de dormir, vestía una musculosa blanca que dejaba al aire sus brazos musculosos, un short de algodón gris y de suerte unas zapatillas.

-Ven, pasa... - El rubio invitó al mayor a entrar a su hogar

Apenas el pelinegro dio un par de pasos en el interior y las feromonas del omega le llegaron por montones, aquello gritaba "Rubén Doblas" de muchas maneras distintas...

-Nieves viene en camino- el menor le informó a Samuel- Me llamó cuando estaba en plena crisis y se preocupó... Por cierto ¿Haz desayunado?

-No- negó pensando en eso, salió sin importarle nada, ni siquiera sabía si había cerrado su casa con llave.

-¿Café?- el rubio preguntó y prosiguió a servirle una taza al ver que Samu asentía con la cabeza

Ambos se sentaron en el sillón que estaba ubicado en la sala del departamento, al principio estaban incómodos, nerviosos, con miedo a qué decir y qué hacer... Era obvio, ambos estaban experimentando algo inédito, algo tan extraño que les ponían los pelos de punta.

-Yo... No quiero parecer un loco por caer de golpe- Los ojos avellana del menor se clavaron en el pelinegro que comenzaba a hablar- De verdad... Pensé que iba a morir si no te veía.

-Tranquilo, me pasó lo mismo sólo que yo empecé a llorar- una pequeña risita nerviosa abandonó los labios del rubio- Me alegra que hayas venido, la ansiedad en mi pecho se calmó...

Los dos se miraron curiosos, los ojos avellana se encontraron con aquellos orbes morados que intentaban averiguar todo del menor...

Poco a poco y lentamente se fueron acercando el uno al otro, una de las manos de Samuel terminó en la mejilla de Rubén y pronto... Sus labios se juntaron.

Como pudo, Veg dejó su taza en la mesa de café que estaba en frente suya, aprovechó que ya no tenía una de sus manos ocupada para devorar a besos a su compañero de una mejor manera...

Rubius tomó impulso y terminó sentándose sobre las piernas del mayor, sus labios se buscaban ansiosos, como si su vida dependiese de ello, era adictivo, algo que nunca habían experimentado antes...

Las manos del pelinegro terminaron aferrándose a la cintura del omega mientras sin poder controlarlo dejaba salir un par de feromonas, la adrenalina del momento y saber que estaba besando a alguien que le parecía jodidamente atractivo e interesante no ayudaban a controlarse.

Un pequeño gemido involuntario salió de Rubén al ser atraído más al cuerpo del mayor, el rubor cubrió sus rostros pero no por ello tenían pensado frenar...

-¿No dijiste que Nieves estaba en camino?- Preguntó para corroborar

-No importa ahora... -Contestó el menor queriendo probar más y más de aquellos labios- Ya habrá tiempo de explicarle las cosas...

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No me resistí y escribí 1 cap más ❤

DESTINED - Karmaland #Lazos2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora