Reisher

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- Vamos Rei, quédate un rato más, tu padre no sospechará- Dijo aquel hombre tan elegante, abrochándose la camisa lentamente.

- Sabes que sí lo hará, somos todo lo contrario, realmente no sé cómo empezó todo esto, creo que fue un error- Reisher terminó de reprochar, su vestido era demasiado complicado de poner.

- ¿Que? ¿Crees que todo esto fue un error? - El muchacho se acercó a ella, ayudándola con el vestido, ese chico era tan bueno, pero a la vez malo.

- Posiblemente, de lo que no dudo es de que es el mejor error de mi vida- La chica se volteó y dejó un cálido beso en la mejilla de el chico- Ah... Se me olvidaba- Agarró el revolver de la mesa.

Reisher siempre fue una mujer rebelde, su padre la quería casar con un hombre 20 años mayor que ella, lo que él no sabía es que ella ya había encontrado a alguien, alguien especial, un chico rico, de su edad, apuesto, el único problema es que no era tan rico como su padre deseaba.

Fue al establo y se montó en su caballo, este era blanco, pretendía ir a casa, pero algo la distrajo, otro caballo realmente escurridizo. A Reisher no se le ocurrió  otra idea, ¿Por qué no seguirlo? Mala idea, Reisher.

Todo iba genial, al caballo pareció no importarle la curiosidad de Rei, ese fue el error de Rei, el solo fijarse en el otro caballo y no en el suyo, la flecha clavada en una de sus patas lo decía todo, alguien la quería matar, se había metido en territorio ajeno.

- Joder, Kew, tu pata- Rei era una mal hablada, pero sabía disimular e improvisar.

Antes de que Reisher pudiera poner su mano en el revolver, cosa que intentó, una flecha la atravesó

-¡JODER, COMO DUELE!- Una mujer salió de entre los árboles.

- Hmm, ¿Qué hará una princesita tan mal hablada en mi territorio?- La mujer era asiática, con el pelo negro.

-¡MIRA MALDITA ZORRA, COMO NO ME SAQUES ESA COSA DE MI MANO Y CURES A MI CABALLO TE BUSCARÉ Y TE MATARÉ!- Reisher, frenética, insultaba y amenazaba estúpidamente.

- ¿Qué me harás? Si yo quisiera podría matarte en este mismo instante, si no te disculpas me veré obligada a hacerlo, sino papá me matará a mi.

- Está bien, perdón por lo que sea que te haya hecho, ¡AHORA SÁCAME ESTO DE MI MANO!- Exigió histérica la castaña

- Bueno, ahora dilo enserio, con sinceridad.

- Oye, mira, perdón por meterme en tu territorio, solo seguía a el caballo- La asiática se acercó a Reisher.

- Dame tu mano- Reisher se la dio y ella le arrancó la flecha bruscamente- ven, te curaré eso, bájate del caballo.

- No puedo, me duele, ah, ¿Puedes curar a Kew también?- señaló al caballo blanco.

- Por supuesto- Agarró a Reisher de la cintura y la bajó del caballo- Ahora saldremos a por tu cabello y lo curaré.

- ¿Cuánto te tendré que pagar?- Rei iba con la verdad por delante, ella estaba segura de que la chica misteriosa le pediría algo.

- ¿Cómo?- Preguntó extrañada la muchacha y notó el incómodo silencio, automáticamente ella comenzó a reírse- No necesito el dinero de tu padre, seguro que es el típico rico y tu la típica princesa mal criada.

- ¿Eso es un alago?- Rei sonrió, la asiática agarró la mano de Reisher y le curó la herida

- Me tendré que quedar con el caballo unos días, debo tenerlo en observación.

- ¿Y como vengo a por él sin que me atravieses la cabeza con una flecha?- Dijo Rei, sarcásticamente.

- No hay manera- La chica parecía muy seria al decir eso.

- ¿Perdona?- en ese momento la asiática rompió en carcajadas.

- Era broma, tranquila, se a quien debo y no debo disparar, te llevaré a casa- Y así hizo, Rei llegó a casa sana y salva, aún que le esperaba lo peor, las preguntas de su padre, si ella no respondía lo que él quería oír, su padre le pegaría como de costumbre.

- ¿Por qué has llegado tan tarde? ¿Con quien has estado? ¿Qué tienes en la mano? ¿Y el caballo?

- No es de tu incumbencia- Reisher... no tienes ni idea de lo que acabas de provocar.

Su padre alzó la mano, ella sabia que su padre era así, pero la rebeldía corría por sus venas , una rebeldía estúpida.

🌑El jinete oscuro🌑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora