🌠5 - Sojung

13 7 0
                                    

—¿Hacía falta decirlo enfrente de Yuna? —le reprocho a Eunha, mientras ambas caminamos por la calle en dirección a una cafetería que acababa de abrir y que según mi amiga vendía los mejores postres.

—No entiendo por qué Yuna no puede saberlo —responde ella mientras se aferra aún más a mi brazo. —¿Y cómo es eso de que Eunbi tiene pareja? —pregunta, cambiando levemente la dirección de la conversación.

—A Eunbi le gusta Yuna —digo sin más, sé muy bien que Eunha es capaz de atar los cabos sueltos por sí misma.

—¿¡Ella es quién le dio las llaves del estudio!? —exclama alzando la voz más de la cuenta, asustando a una pobre mujer que justo pasaba a nuestro lado. Luego de disculparse, se vuelve hacia mí nuevamente—¿Por qué no me lo has dicho antes? —exige saber.

—Porque lo he descubierto justamente ayer —respondo rodando mis ojos.

—Existen los celulares, lo sabes ¿no? —reprocha, y tengo que contenerme para no soltar un bufido.

—Iba a verte hoy de todos modos, Eunha. Nada cambiaría por contártelo doce horas antes o doce horas después.

—¿Estás bien? —pregunta entonces, ignorando mis palabras. Un semblante preocupado se planta en su rostro. Finalmente dejo escapar un suspiro, volviendo a mirar hacia delante.

—Si. No sé, supongo... —respondo no muy segura realmente de cómo me siento al respecto.

—Podrías decírselo a Yuna, quizás a ella ni le interese salir con Eunbi y tú aún puedas...

—Olvídalo Eunha —la detengo antes de que pueda continuar—, no tengo interés en ser un premio consuelo. Si no se tiene que dar es por algo. —Me encojo levemente de hombros. —Eventualmente me haré a la idea y seguiré con mi vida como si nada.

—Jo... —quiere insistir pero la mirada que le dedico la detiene. —Está bien —Eunha accede a regañadientes, dándose cuenta que no estoy dispuesta a seguir discutiendo sobre el tema.

—En fin —agrego luego de que ambas caminamos un par de cuadras en completo silencio —, cuéntame sobre esa nueva cafetería a la que iremos y vuelve a justificarme por qué insistes en que irás por los postres y no por la chica que atiende el mostrador —siquiera antes de que termine de hablar, Eunha ya se ha soltado de mi brazo y da un golpe seco en la cabeza.

—No seas idiota —se queja, cruzando sus brazos en un intento por parecer ofendida. Yo simplemente me echo a reír a sabiendas de que he dado en el blanco.

Nuestro camino continúa entre recomendaciones de postres y lo bonita que es la sonrisa de la chica que atiende en la cafetería, y yo me siento aliviada de poder dejar el tema de Eunbi a un lado aunque sea por un rato. 

Étoile [SOJUB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora