🌠6 - Eunbi

14 7 0
                                    

Estoy a punto de escabullirme dentro del estudio cuando veo a Yuna doblar la esquina, y caminar directamente hacia mi. Parece molesta, y por alguna razón sus pasos resuenan fuertemente contra los mosaicos del corredor.

Se detiene abruptamente a unos pasos de la puerta, su expresión de fastidio ahora demuestra sorpresa mientras me observa con algo que parece... ¿curiosidad? Entonces recuerdo que mi mano se ha quedado a medio camino, aún sosteniendo la manida de la puerta. Mierda, mierda y muchísima más mierda. ¿Cómo se supone que salga de esta ahora? Definitivamente sigo sin estar preparada para decir la verdad. Sin embargo, en lo que Yuna parece analizar la situación, me dedico a mentalmente formular una excusa coherente.

—Disculpa, ¿tú eres...? —pregunta, y me sorprendo al ver que su primera interrogante no ha sido el por qué me encontraba allí.

—Oh... Eunbi —respondo, intentando sin éxito el no sonar nerviosa —Hwang Eunbi.

—Ya veo... —su mirada me analiza un par de veces de arriba abajo y deduzco que intenta averiguar por su propia cuenta qué es lo que estoy haciendo aquí. Internamente sonrío al notar que la frustración con la que parecía cargar al llegar, lentamente queda relegada a un segundo plano. Me siento feliz de al menos haberla ayudado de manera no directa. —Dime, Hwang Eunbi —su voz aleja mis pensamientos y me devuelve a la realidad una vez más—, ¿se puede saber qué estás haciendo aquí? —y entonces la pregunta por la que temía desde que la vi doblar la esquina del corredor se hace presente.

—Em pues... —piensa Eunbi, piensa—Me han dicho que este estudio funciona como un armario de utilería o algo así —respondo finalmente, sabiendo que no solo no he respondido su pregunta, sino que ni siquiera un tonto se sentiría satisfecho con ella.

Pero una vez más, y contra todo pronóstico, Yuna asiente antes de sonreírme. ¿De verdad va a quedarse con una respuesta tan mediocre? Ni bien acabo la pregunta en mi mente, ella vuelve a hablar:

—¿Tienes una llave para entrar? —Mierda. La llave. Decido que mi mejor opción es hacerme la desentendida.

—¿Llave?

—Así es —Yuna continúa sonriendo—, necesitas una llave para entrar.

—Oh pues... No sabía eso —respondo, con toda la falsa tranquilidad que soy capaz de reunir.

—¡Oh, vamos! —Yuna exclama de pronto, estallando a carcajada limpia. Rápidamente repaso la breve conversación que hemos tenido en busca de si acaso he cometido algún error que haya podido delatarme. —Si ambas sabemos que nadie más usa este lugar hace años. ¿Por qué intentas engañarme?

La miro, perpleja ante su cambio de actitud. Realmente no tengo una respuesta no humillante al por qué intento hacer de cuenta que tengo algún otro tipo de razón para estar ahí. La risa de Yuna finalmente se detiene, su mirada fija en mí mientras una leve sonrisa vuelve a formarse en sus labios.

—Lo siento —dice, y yo soy incapaz de entender la razón por la que se está disculpando conmigo—, no era mi intención que pensaras que me estaba burlando de ti. Realmente tenía muchas ganas de conocerte —confiesa, y de pronto un recuerdo se hace presente en mi cabeza.

—Ha sido Sojung, ¿verdad? —pregunto, arrepintiéndome al momento en el que tu expresión se vuelve sombría una vez más.

—¿Sojung lo sabía? —cuestionas y de pronto no estoy segura de cómo proceder. —Respóndeme, por favor... —tu voz se oye considerablemente más baja y confirmo que, sin siquiera intentarlo, acabo de cagar nuestro primer encuentro.

—Pues.. Ella me descubrió entrando aquí hace un par de semanas... —respondo con cautela. —Le pregunté si te lo contaría y me dijo que no tenía intención de meterse en mis asuntos —al momento en el que termino la frase me doy cuenta de que quizás Sojung sí mantuvo su palabra, y yo solo fui y arruiné todo, para variar. — Lo siento, no te enfades con Sojung —agrego en seguida, esperando enmendar la metida de pata— al fin y al cabo es todo culpa mía no suya....

—No es eso —responde rápidamente mi discurso atropellado, recostándose contra la pared cercana y dejándose caer hasta el suelo. Sin saber muy bien qué más hacer, decido sentarme junto a ella justo cuando decide volver a hablar. —Sojung ha estado un poco rara últimamente y creo que igual ella no me considera tan su amiga como yo pensaba... —¿Podría Sojung estar enamorada de Yuna también? Quizás por eso había accedido tan fácilmente a guardar el secreto, porque a ella le convenía, de alguna u otra manera, que Yuna no supiera que yo estoy detrás del asunto de la llave. —Lo siento —menciona, unos segundos después de haberse quedado en silencio—, esto no tiene nada que ver contigo.

—Bueno, —decido que nada pierdo con intentar ayudarla, —sé que acabamos de conocernos y todo... Pero puedo darte una opinión objetiva, si es que la necesitas. Al fin y al cabo, soy alguien que puede ver el problema desde fuera —¿Así o más obvia Hwang?

Yuna sonríe, aún con la mirada fija en la otra pared del corredor. Antes de sacudir su cabeza a modo de negación y volverse hacia mí.

—No —dice—, no quiero hablar de Sojung ahora. Mejor hablemos de tí —sugiere y yo definitivamente no sé cómo voy a lograr salir de esta. —¿A qué he de deber el honor de que decidieras arreglar este estudio y regalarme las llaves precisamente a mi?

Vuela alto, Hwang Eunbi.

Étoile [SOJUB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora