Capitulo 2

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Holii, una pequeña nota antes de empezar: 

No sé cada cuánto ir actualizando, pero estoy segur@ de algo, será cada semana. Bueno, eso es todo, les dejo el cap. uwu. 

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Aún después de todos los inconvenientes, la cena se llevó a cabo de manera tranquila. Ahora Wei Wuxian esperaba pacientemente a que el señor Jiang sacara el auto para poder subir las maletas. Por fin había llegado el día en que se iría a la universidad. A pesar de haber dicho que no estaba nervioso, en esos momentos sí se sentía bastante nervioso. Logró distraer su mente en cuanto vio llegar a Mo Xuanyu y a Xue Yang. El señor Jiang se había ofrecido a llevarlos a todos, cosa que molestaba a la señora Yu, pero por suerte ella no iría con ellos.

–Llámame en cuanto lleguen—Dijo la señora Yu, acomodándole el cabello a Jiang Cheng. –Mi niño, has crecido tanto. Estoy orgullosa de ti—Sonrió, besándole la mejilla para luego mirar con el ceño fruncido a Wei Wuxian. –Compórtate por favor, no quiero recibir una llamada de la dirección en la primera semana de clases.

–No se preocupe, señora Yu—Sonrió Wei Wuxian, arrancándole sin querer una sonrisa a la mujer. Por más que ella lo negara, no podía evitar querer también a aquel muchacho.

Subieron al auto y llegaron a la academia en tan sólo una hora. Realmente era impresionante. El campus parecía un pueblo entero, no por nada era tan prestigiada. Cuando bajaron del auto, el señor Jiang se despidió de ellos, deteniéndose un poco más en Wei Wuxian. –Sé que lo harás bien, A-Xian, yo estoy orgulloso de ti—Susurró, abrazándolo y dejándolo ir tras Jiang Cheng y sus amigos, que miraban maravillados el lugar.

A través de los altavoces colocados en el patio, se les notificó a los recién llegados que se concentraran en el auditorio principal, ahí se les daría la bienvenida y también se les mostrarían las listas para saber en qué dormitorio se quedarían y con quiénes compartirían habitación. Los muchachos se encontraron con varias caras conocidas, entre ellas la de Xiao Xingchen, que sonrió tímida y rápidamente a Xue Yang, alzando levemente la mano en gesto de saludo. Iba vestido de blanco, como casi siempre y llevaba su largo y hermoso cabello negro amarrado en un chongo, dejando ver su blanco y tentador cuello. Xue Yang sintió que le hormigueaba el estómago. Devolvió la sonrisa y el saludo con la misma timidez. No pudo siquiera acercarse, pues casi de inmediato apareció Song Lan, el primo hermano de Xingchen. Era mayor que ellos y por ende era demasiado sobreprotector con su primo, a quien tomó del brazo para guiarlo hasta el auditorio, distrayéndolo de mirar a Xue Yang. –No te juntes con él, no está bien de la cabeza—Susurró Song Lan, a lo que Xiao Xingchen soltó una risita. –No parece una mala persona—Dijo, viendo cómo Song Lan fruncía el ceño y negaba con la cabeza. –Es amigo de Mo Xuanyu y de Wei Wuxian, es bien sabida su fama de escandalosos y salvajes—Espetó, pero Xingchen no dijo nada, simplemente sonrió, recordando la tímida sonrisa de Xue Yang al saludarlo.

Wei Wuxian se acomodó entre la multitud de jóvenes que buscaba entrar al auditorio, pero le resultaba difícil abrirse paso al mismo tiempo que tomaba sus maletas. Tal y como lo presagió, se tropezó al subir las escaleras y se cayó encima del muchacho que tenía delante, quedando de frente a él. El desconocido frunció el ceño, ordenándole que se levantara. –Lo siento, lo siento—Rio Wei Wuxian, deteniéndose para mirar al muchacho. Tenía los ojos de color ámbar y la mirada hostil, su cabello negro estaba despeinado, cubriéndole casi la mitad del rostro. Aun así, se veía que era muy guapo. – ¡Quítate!—Exclamó, esta vez empujando a Wei Wuxian, quien se hizo a un lado. Todos a su alrededor reían ante la escena. Xue Yang se apuró en ayudar a Wuxian a levantarse, mientras que el muchacho gruñón fue auxiliado por un mayor que se parecía demasiado a él. – ¿Estás bien Wangji?—Preguntó el mayor, a lo que el muchacho asintió, con el ceño fruncido y los ojos quemando vivo a Wei Wuxian. El mayor sonrió, calmando las aguas. –No pasa nada, chicos, los accidentes suceden, tengan cuidado—Dijo, dándose la media vuelta junto al muchacho de ojos ámbar para poder entrar al auditorio.

Corazón de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora