maybe later || Vkook

one shot

En esta historia Jungkook es 5 centimetros más pequeño que Taehyung.

CDMX

Taehyung

Había planeado este día desde hace tiempo, siempre había querido venir a ese museo. En realidad no era un museo como tal, era un castillo que se había convertido en museo. El castillo de Chapultepec.

Estoy seguro que cada persona que haya pasado por la Ciudad de México ha escuchado acerca de él y que tan magistral es. Cada persona que sabía acerca de historia sabía las reliquias que se guardaban ahí, todas las joyas, carrozas pinturas, murales, cañones. Absolutamente todo era tan especial, mostraba una época llena de ostentosidad de la clase alta, solo de esa porque era un imperio, era obvio que la clase obrera era pobre.

Lo habían mandado a hacer en 1785 por Bernardo de Gálvez y Madrid, el virrey de la Nueva España. Definitivamente su arquitectura te daba a entender en que época lo construyeron. Era una mezcla increíble de la arquitectura neoclásica y la arquitectura neogótica. Su estilo barroco era tan agradable a la vista, simplemente no lo puedes parar de ver.

Yo solo he visto fotos, pero cada una de ellas es tan hermosa que simplemente mis ganas de ir aumentaban cada vez más.

Había pedido un taxi para poder llegar, el taxista era un amable señor. No me hizo plática lo cual me sorprendió un poco y tampoco habló mucho durante el viaje, en lo personal, yo prefiero eso cuando estoy en la calle.

Me gustaba observar la calle, los autos y posibles lugares que visitar. El señor había puesto una estación de radio, por lo menos lo había puesto bajito, algunas canciones me permitían seguir imaginando escenarios falsos que me encantaría que pasaran pero era obvio que nunca iban a pasar, a veces eran cosas muy fantasiosas.

Estaba metido en mi mente, recordando cosas vergonzosas y momentos felices, otros momentos no pensaba en nada, simplemente me desconectaba.

Después de un rato llegué a mi destino, le pagué al taxista y le dí una sonrisa.

Tenía que caminar un poco por el bosque antes que llegar al castillo. Disfruté de mi pequeña caminata, tomando inspiración para crear nuevos poemas. Las hojas caídas, los animales en los árboles, la forma en la que pegaba el sol, el viento; simplemente me daban tantas ideas y me llenaban de inspiración, vendría aquí todos los días para poder tener la misma sensación.

Llegué a mi destino, me quité mi cinturón, mis anillos, mis collares y saqué mi cartera y todo el cambio que tenía antes de pasar por el detector de metales. El policía de ahí solamente veía la gran cantidad de anillos y collares que llevaba, solo me dirigió una mirada confundida y yo le respondí con una leve sonrisa.

Estaba a punto de entrar, había un gran espacio en dónde no había nada más que algunos árboles antes de entrar, había algunos grupos escolares ya que era viernes, veía a maestros y a guías estresados viendo a los niños comportarse mal. Nota mental de no mal educar a mis hijos, si es que voy a tener.

Al entrar lo primero que veías era un gran carruaje, lleno de oro y adornos preciosos, estaba viendo maravillado tremenda magestuosidad, al los lados había algunas pinturas pero nada competía con lo que mis ojos estaban viendo. El carruaje era el de Maximiliano de Habsburgo, con el había llegado a México, hecho en Milán, Italia en 1864. Era impresionante verlo, te quitaba el aliento.

Seguí caminando sin poder poner total atención a lo demás, le dí la vuelta al carruaje unas cuantas veces más sin poder creer lo que mis ojos veían. Seguí y sin querer choqué con un chico, no sabía quién era pero apuesto a que el también estaba observando alguna de las maravillas que se encontraban en ese cuarto.