mía

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Te encuentras en la cocina. Realmente no entiendes muy bien que está pasando pero tampoco decides moverte. Puedes escuchar desde donde estás a los gemelos discutir por algo. Ese algo parece que eres tú.

"¿Por qué Angry me arrastró hasta aquí y se fue?" suspiras mientras tus manos juegan con los mechones que se escapan de tu moño. Solo puedes pensar en la manera en la que te había mirado y en cómo sonrió cuando se dirigió a ti. Nunca le habías visto sonreír. Y eso produjo el nacimiento de mariposas en tu barriga. "¿Y si me marcho? Total ahora no se darán cuenta." Pero no tienes tiempo de procesar la idea ya que la puerta se abre y el peliazul te vuelve a agarrar del brazo, para arrastrarte de nuevo, esta vez a lo que parece que es su habitación.

"¿Q-Qué haces?" exclamas mientras te empuja a sentarte en su cama. Él sigue de pie, obligándote así a levantar la cabeza para poder mirarle. Tus mejillas se enrojecen cuando vuestros ojos se encuentran.

"Te pido perdón por parte de mi hermano. Él no tenía que haber hecho eso." Su expresión seria pero calmada se transforma de nuevo en rabia al mencionar el incidente del salón.

"Ah... no te preocupes" le das una sonrisa tímida. Él es tan agradable como te lo imaginabas. A pesar de las miles de ideas que habían asaltado a tu cabeza y que hicieron que te calentaras en cuestión de segundos, te alegras de haber pasado ese minuto con Angry, y de que hubierais cruzado dos frases. Te conformas con poco, pero haberle visto preocupado por ti te hizo muy feliz.

"Ya hemos hablado mil veces de esto, pero le gusta llevarme la contraria". Bufa mientras apoya su mano en tu cara, sosteniéndola, mientras con la otra pasa los dedos por tus labios. "¿Cómo se atreve a jugar con lo que es mío?"

Tus ojos se abren a la vez que tu boca, intentando procesar lo que acabas de oír, creyendo que son imaginaciones tuyas.

"Desde el primer momento que te vi" te acaricia la mejilla lentamente mientras la mano que estaba en su boca pasa a ocupar tu cabeza por detrás. "la primera vez que coincidimos en el ascensor" te quita la goma del pelo, soltando así tu larga cabellera. "la primera vez que pronunciaste mi apellido" un fuerte agarre se cierne sobre tu pelo, tirando de tu cabeza hacia atrás. "en todos esos momentos, ya eras mía".

Tu corazón se desboca. Eres incapaz de articular una sola palabra. La presión en tu entrepierna se hace insoportable. Ya te sientes mojada, y eso te avergüenza.

Él parece que se da cuenta del efecto que está causando en ti y va más lejos. Tira más fuerte de tu cabello mientras acerca su cara a la tuya, dejando que sientas su aliento.

"¿No te gusta esto?" pregunta mirándote fijamente.

"M-Me gusta..." respondes automáticamente. No está pensando tu cerebro, lo está haciendo otra parte de tu cuerpo que desea salvajemente que el chico que tiene enfrente la empotre y posea.

Angry relaja su rostro, pero no su agarre.

"Nadie puede tocarte salvo yo, ¿verdad?"

"E-Emm...yo..." tu voz sale entrecortada.

"Di que soy el único que puede tocarte" gruñe mientras aprieta su mano libre alrededor de tu cuello.

"Eres el único que puede tocarme" dices sin apenas respirar y apretando los muslos con fuerza. No sabes cuánto tiempo vas a aguantar, pero estos pocos minutos ya fueron más satisfactorios que todo el sexo que habías tenido en tu vida. En tan solo cinco minutos había conseguido con tres frases que estuvieras completamente empapada. No sabías que eso fuera posible, pero lo que él provocaba en ti era demasiado.

Parece que se conforma con la respuesta, por lo que suelta tu pelo para colocar la mano por detrás de tu cuello.

"Espero que lo tengas claro" puedes observar una media sonrisa. "No quiero tener que castigarte."

Acerca su boca a la tuya dulcemente, para a continuación, cuando ya parece haberse acostumbrado a la forma de tus labios, proceder a morderte el labio inferior. Lo succiona sin dejar de apretar tu cuello, hasta que abres la boca para soltar aire, momento que aprovecha para colar su lengua y explorar cada rincón.

Su mano baja del cuello a tu pecho, comenzando a palparlo con delicadeza por fuera de la ropa. El débil gemido que escapa de tu boca solo lo enciende más, por lo que agarra tu seno de manera más bruta, mientras te sigue besando con fuerza.

Su respiración agitada y los sonidos hambrientos que hace cuando te besa solo consiguen que te calientes más. Sus ojos te perforan con una lujuria salvaje.

Jadeas al sentir como su mano pasa a través de tu camiseta para encontrarse con uno de tus pezones, con el que juega alegremente. Angry gruñe de satisfacción al comprobar todas y cada una de tus reacciones.

Rápidamente y sin dejar de besarte en ningún momento, te quita la camiseta y el sujetador para poder verte.

"Eres preciosa" te observa atentamente, acariciando lentamente tu abdomen.

Tú intentas taparte por vergüenza, pero él lo impide llevando tus brazos por encima de tu cabeza.

"Ni se te ocurra volver a hacer eso" dice mientras deja una serie de besos desde tu cuello a tus pechos. "Quiero verte."

Gimes al sentir uno de sus dientes rozar con tus pezones, ya erectos.

"Todo esto es mío y tengo derecho a verlo".

Comienza a lamer uno de tus pechos, succionando la piel dejándote marcas oscuras, que cuando termina de hacer, besa con delicadeza.

Cuando te oye jadear al llegar a un punto en concreto de tu cuerpo, se pone a trabajar en él como un animal salvaje.

Tu respiración se vuelve irregular, y de tu boca solo quiere salir una palabra: su nombre.

Y cuando estás a punto de hacerlo, oyes cómo la puerta de la habitación se abre y una sonrisa se cuela en ella.

"Con lo que a mí me gusta jugar con la comida, y empiezas el festín sin avisarme"

un poco de sal [Angry/SmileyxReader +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora