Aperitivo

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"¿Y/n? ¿Me estás escuchando?" la voz de tu amiga te sacó de tus pensamientos. Estabas sentada con ella en una de las mesas pegadas al ventanal de la cafetería que se encuentra debajo de tu bloque de edificios, y aunque te estaba contando las últimas novedades llevabas más de quince minutos sin prestarle atención.

"Últimamente estás muy despistada. ¿Ha pasado algo?" su pregunta se queda grabada en tu cerebro.

¿Qué es lo que ha pasado? Ni tú misma lo sabes. Y aún menos, lo entiendes. Desde el día de la sal, no te has vuelto a cruzar con ninguno de los gemelos en los pasillos o en el ascensor. También es verdad que los has intentando evitar lo máximo posible, comprobando por la mirilla que no estuvieran antes de salir de casa. No sabías cómo enfrentarte a ellos. Solo de pensar en verle el rostro a Angry hacía que el calor ascendiera a tu cara.

"Llevo unos días durmiendo algo mal por los exámenes" le sonríes para quitarle importancia "pero ya queda poco para que acaben".

"Te van a salir todos genial" te aprieta la mano mientras te dedica una sonrisa sincera. "Y luego saldremos a celebrarlo por todo lo alto. Luego ya dormirás todo lo que quieras"

Te ríes. Siempre que sales con ella de fiesta acabáis haciendo lo imaginable y con gente lo más aleatoria posible. El alcohol es lo único que consigue que te relajes un poco y pierdas algo de vergüenza.

Observas a tu amiga detenidamente. Es tan bonita y buena contigo. Y tan confiable. Te encantaría contarle lo de la otra noche, pero para los problemas del corazón siempre te ha costado abrirte. Tienes tanto miedo de ser rechazada y pasarlo mal, que nunca cuentas cuando sientes algo por alguien. Siempre piensas que nadie se va a fijar en ti, que no eres suficiente para los demás.

"Bueno cariño, me va a pasar el bus en cinco minutos. ¿Te importa si vamos pagando la cuenta?"

"Claro" dices mientras te levantas y te diriges a la barra del bar. Suspiras. Algún día te gustaría cambiar ese aspecto de tu forma de ser para también poder compartir cosas con ella.

Una vez fuera, te despides de ella con un ligero abrazo y te diriges a tu portal inmersa en tus pensamientos. Tanto que no te diste cuenta, mientras buscas las llaves en tu pequeño bolso, de que alguien te había abierto la puerta.

"Oh, gracias" dices apresuradamente y una vez dentro, te giras para ver qué vecino fue el que te ayudó. Te quedas en blanco.

Delante tuya tienes al chico que el otro día te había prestado la sal y que no te había dejado que movieras los brazos. El chico de la sonrisa permanente.

"S-Smiley" murmuras sin saber qué decir o hacer.

"Hola preciosa" ronronea acariciando tu mejilla y metiendo uno de tus mechones sueltos detrás de tu oreja. "¿Me echaste de menos estos días? Parecía que estabas escondida.

Abres los ojos y la vergüenza se apodera de ti. Te separas de su toque y te diriges apresuradamente al ascensor.

"No es eso" tus palabras salen con un hilo de voz mientras presionas el botón que marca tu piso, deseando que las puertas se cierren rápido y se acabe este momento, pero Smiley se cuela en el elevador antes y su voz retumba en el pequeño espacio que ahora compartís.

"Así que te estabas escondiendo de mí" se acerca a ti e intentas alejarte marcha atrás, hasta que tu espalda está pegada contra la pared. Lo tienes de frente. Ya puedes sentir su aliento en tu rostro.

"N-no..." murmuras bajando la mirada, pero él no te deja, cogiendo tu barbilla con dureza y obligando a mirarlo a los ojos.

"No me gusta que me mientan" dice duramente sin apartar la vista de tus ojos. Su sonrisa se desvanece y mantiene una expresión seria. Nunca le habías visto así y eso genera una nueva presión en la parte baja de tu estómago.

"Perdón" es lo único que consigues decir mientras te sientes avergonzada. A su toque eres completamente indefensa. Y eso parece gustarle, ya que su expresión vuelve a la normalidad.

"Cómo me pone lo sumisa que eres" lleva tu mano al bulto de sus pantalones y gimes al sentir su ya dura longitud. Aprietas las piernas para saciar la necesidad que cada vez crece más dentro de ti.

Smiley se da cuenta y no deja escapar el detalle, llevando una de sus manos a tus piernas que están a la vista por el corto vestido que llevas encima. Lentamente sus dedos rozan tus muslos hasta llegar a tus bragas, donde ya se puede apreciar una mancha. Smiley ríe.

"Estás tan mojada" dice mientras frota tu coño por fuera de las bragas, sacando de ti un par de gemidos bajos. Pero de repente para, y se acerca a los botones del ascensor. Estáis ya casi en vuestro piso.

Sonriéndote, le da al botón de parar. Y entonces el elevador deja de subir ese último piso que le faltaba para llegar a su destino.

"¿Te pensabas que iba a dejar así lo del otro día?" vuelve a acercarse a ti, esta vez desabrochando los botones de su pantalón. "El otro día solo fue un aperitivo. Hoy vas a ser solamente mía". 




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Hola <3 Decidí continuar con la historia, así que aquí un poquito más. Comentadme cualquier cosa que os gustaría, soy todo oídos <3

un poco de sal [Angry/SmileyxReader +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora