2

44 8 0
                                    

-Dios bendito, gracias por el ángel que haz enviado esta noche. - Liam nos saludó mordiendo su labio cuando nos vió. -¿Cómo andan niñas?

-Partiendo el suelo. -Jes le guineo el ojo.

-Están ardientes.

-¿Quieres saber lo que puede hacer el fuego? -dije sonriendo, el tomó mi mano y besando el dorso dijo:

-Un diablo vestido de angel.

Miré a mi mejor amiga.

-A aprovechar.

Entramos a la casa de Liam, había varios amigos y conocidos de ambas.

Las luces de colores y la música ambientaban la sala junto a los gritos y risas. Pude ver a mis amigos en una ronda tomando.

Y más allá de ellos en un rincón pude divisar a Nico besando a Samantha, la mano de él apretaba uno de sus pechos sobre su top blanco.

Sonreí, Nicolás te acabas de ganar un viaje al infierno.

Nos acercamos a los chicos.

-MIAAAMORR -Gritó Victor al vernos y silbó.

-¡POR DIOS! -Leo exclamó ahogándose con la bebida.

-Lo perra lo llevan en las venas. -Romi nos guineo el ojo.

-Disculpen señores pero esta mujer es mía. -Erick pasó su brazo sobre mis hombros marcando territorio.

Lo miré a los ojos y se generó una gran tensión, mordí mi labio mirando sus tentadores labios, el inferior más grueso que el superior, pero en un balance justo.

-No me tientes Ana. -advirtió mirándome con esos ojos oscuros.

-Yo no soy de nadie Erick. - saqué su brazo. - no supiste apreciarme cuando me tuviste, ahora te jodes por imbécil.

-Ah. -levantó sus cejas ofendido pero rápidamente su rostro denotaba aires de superioridad. -¿A caso el otro te valoró?

Golpe bajo.

De inmediato le di un golpe en el abdomen con toda mi fuerza. Pero no sirvió de mucho, no hizo ni un gesto de dolor. Ahí sólo hay puro músculo.

-Tranquila nena, no es necesario que te pongas así.

-Eres un imbécil. - mi pecho subía y bajaba por la furia que recorría mi cuerpo, quería decirle todo lo que sentía pero no dejaré que él me arruine la noche. Sonreí ignorando lo y me senté al lado de Víctor.

-¿Cómo estás Ana? -preguntó Victor, sabía a qué se refería.

Le saque su vaso, analicé el aroma del contenido oscuro; Fernet. Le di un largo sorbo dejando que lo amargo viajará por mi garganta mientras que mi mirada viajaba hasta la espalda de Erick, quien ahora estaba hablando con un grupo de chicas.

-Mejor que nunca. -respondí sonriente. -Una caída no es una derrota, aún tengo mi corona Victor.

-Esa es mi mejor amiga. -dijo él tomando otro vaso de la mesa para brindar junto a mi. -Un brindis por la reina Ana, -exclamó y todos mis amigos levantaron su vaso- la reina de

-Del fracaso. -Imterrumpió Samantha y comenzó a reír.

Reí falsamente y me paré frente a ella.

-Tengo un mejor brindis. - anuncié mirando a mis amigos y levanté mi vaso. -Un brindis por ti Samy. -la miré de pies a cabeza. -Un brindis por la puta número uno, la señorita "10", ¿Cuántos petes tuviste que hacerles a los profesores? Te felicito, maravillosa manera de llegar a la cima.-hice una pausa viendo lo rojo de su rostro furioso. - De rodillas. -sonreí victoriosa admirando la cara de esta arpía.

Ella intentó arrojarme su bebida pero sostuve su mano.

-Ni lo intentes. -la empujé y chocó contra el pecho de Nico. - Nico cuida a tu perra, ponle correa y la antirrábica porque quién sabe qué bicho puede portar. -Nico intentó disimular su risa.

Samantha quiso volver a mi, pero Nicolás se lo impidió sosteniendola de los brazos.

-Ya nena, tranquila. - le dijo y se la llevó, no sin antes guinearme el ojo. Le tire un beso como respuesta.

Mis amigos comenzaron a reír por la escena.

-¡ESA ES MI AMIGA! -Me felicitó Leo.

-Nadie puede contra ti. -expresó Jessi.

-Por eso eres mi reina. - habló Cristian quien hasta el momento no había dicho una palabra. -¿No es así Ana?

-Arrodillate ante mi y veremos.

-¿Sabes lo que haré si me arrodillo frente a ti? -Podia percibir deseo en su voz.

-Haz tomado mucho Cris. -Rió Romina.

-Hoy pareciera que todos quieren devorar a mi mejor amiga. -Victor sonó celoso. -por favor chicos, no sean tan babosos.

-No es para menos, a caso no ves lo diosa que está. -Comentó Liam bebiendo.

-Gracias chicos. Los amo. -Sonreí.

Estaba vestida como Jesica me había indicado, dejé mi cabello suelto dando a lucir mis ondas y rulos oscuros, el maquillaje era simple al igual que mi collar, aros y brazaletes. Sin embargo lo que tanto impacto causaba era que no estaban acostumbrados a verme vestida de este modo. Usualmente uso ropa holgada que no deja lucir la figura de mi cuerpo, y una cola de caballo que estira mi rostro.

No es que no me guste arreglarme, solamente me siento segura de ese modo. Nadie depara su mirada en mi y me gusta pasar desapercibida, pero esta noche y las que siguen serán mías.

Trago tras trago una ola de valentía y euforia nos recorría a todos. La música movida y energética más las luces danzantes aceleraban el efecto del alcohol en nuestros cuerpos.

Nos paramos y fuimos al centro de la sala donde Liam había improvisado una pequeña pista de baile.

Jesi, Romi y yo comenzamos a bailar y cantar, los chicos tambien bailaban junto a nosotras.

De repente sentí el cuerpo de alguien detrás mío. Por el aroma a colonia pude identificar a Nico.

Su pecho chocó contra mi espalda y su abdomen bajo contra mi espalda baja.

-Nico. -susurré volteando mi rostro para verlo.

Él sujetó mis caderas pegandome a su entrepierna. Comencé a bailar al ritmo de la música sintiendo como mi amigo me deseaba.

-Sigue así y acabaré cogiendote en medio de todos. -sujetó mi cuello. -Te haré rogar.

Me di vuelta y lo miré a los ojos deseosa.

-Intentalo.

¿Habré tomado un buen camino?

Maldita PorqueríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora