6

46 6 0
                                    

Me ha costado tanto superar a Eric y que haga esto me duele. Que aparezca nuevamente en mi vida esperando que lo reciba de brazos abiertos y peor aún, que piense que sigo enamorada de él.

A decir verdad aún estoy dentro de lo que Jesi llama "proceso de superación".

¿Cómo voy a superarlo si hace ese tipo de cosas?

Lo peor de todo esto es que además de eso, ahora debo aguantar ver a Mateo con su novia caminando juntos por el instituto.

—Ana, ya deja de mirarlos así. — ordenó Victor con el seño fruncido.

Mateo Sanz, 17 años, alto, cabello ondulado, ojos grises y tes caramelo. Ah, y no olvidemos; mi actual ex y la razón por la que llore desconsoladamente al principio de esta historia.

—Si sigues haciendo eso harás que les caiga un rayo encima o algo por el estilo. — Comentó Jesi fingiendo preocupación por la pareja.

—No estaría mal. — agregó Nico enojado.

Lo miré un poquito confundida por el tono de voz que usó.

—¿Qué? —preguntó el castaño.

Al ver que mi mirada pedía explicaciones el volteo los ojos.

—Tuvimos una pequeña pelea esta mañana, nada muy grave —explicó restándole importancia —. Fue sobre el equipo de fútbol así que no se preocupen.

—Ustedes y sus problemas

—Cosas de chicos. —Rió Victor.

Reste importancia a mis ideas y enfoqué mi mirada más allá de Víctor y Nico. Pude ver a Romi y a Liam discutiendo en un rincón de la cafetería. Noté que Romi estaba muy afligida y se dió la vuelta para salir del lugar dejando a Liam ahí solo, él pasó sus manos por su pelo en gesto de frustración. Notó que lo estaba viendo y me dedicó una mirada de "ayúdame por favor" asentí y me levanté de la mesa.

—Voy a hacer algo. —informé sin dar ninguna explicación para luego salir de la cafetería.

Para mí suerte Romi no estaba muy lejos, estaba caminando hacia los baños de la escuela.

—Romi. —nombré a la morena haciendo que está se diera vuelta con una expresión de alivio —. ¿Estás bien? —pregunté una vez que llegué a su lado.
—. Te ví discutiendo con Liam en la cafetería.

—Si...

—¿Qué pasó? —pregunte mientras ambas caminábamos por el lugar—. Si necesitas hablarlo estoy dispuesta a escuchar.

—Es sobre Tadeo. —explicó con tristeza.

A pesar de que Romina tiene solamente 17 años, es madre de un hermoso bebé de cuatro meses llamado Tadeo. El padre es Liam. Ambos concibieron a Tadeo un día de fiesta y alcohol hace un año.

Llegamos al campo deportivo y nos sentamos en las gradas.

"Demaciado jóvenes" pensarán, "imprudentes e irresponsables" los llamaban, "inconscientes" y muchas cosas más. Pero a pesar de todos los problemas que Romi y Liam tuvieron que pasar durante el proceso lograron afrontarlos.

Ni siquiera eran novios en aquel entonces, aunque tampoco lo son ahora, fue muy difícil para ambos, tuvieron que enfrentar a sus padres y lograr crear una linda relación por el bien de Tadeo.

Liam estuvo muy presente en el embarazo de Romi, se encargó de que ella y el bebé estuvieran bien, pero no fue nada fácil para él, mucho más siendo hijo único de una familia exigente y autoritaria.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 01, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Maldita PorqueríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora