A las siete | Kookgi

El arbol de los secretos

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Jungkook corrió entre los árboles altos y verdes, podía sentir como insectos y pequeñas hojitas golpeaban su rostro junto a la velocidad de sus pasos, sus pies dolían y retomaban con él pisar de las ramas, entonces cuando los árboles de gruesos troncos se abrieron lo pudo ver como todos los días a su hermoso novio tocando el tronco de aquel bello árbol de cerezos que se movía con la tranquilidad del la brisa que anunciaba la llegada del frío del final del día.

—¡Yoongi!—Grito con euforia logrando captar la atención del rubio quien al verlo correr hacia él sonrió con alegría.

—¡Si viniste!—Devolvió Yoongi con el mismo entusiasmo y alegría que su novio.

Con confianza corrió hacia el pelinegro con los brazos abiertos siendo recibido rápidamente por el más alto quien debido a la fuerza y la velocidad terminó por botarlos a ambos al suelo entre risas y alegría.

—Perdóname, Jimin no me dejaba venir.—Murmuro Jungkook rodando a Yoongi para que quedara debajo de él, apoyo sus brazos a sus lados para sostenerse al igual que sus rodillas queriendo evitar aplastar a su novio que rodeaba con sus brazos su cuello.

—Odio a tu psicólogo.—Murmuro Yoongi con un pequeño puchero.

Jungkook sonrió sonrojado, amaba los Pucheros de Yoongi, en especial cuando arrugaba su nariz y sacaba su labio inferior.

—Solo bésame, te extrañe.—Murmuro Jungkook acercándose al rostro del pálido.

Así compartieron un beso lento y dulce, Yoongi acariciaba la nuca del pelinegro quien sonreía entre medio del beso que anhelaba profundizar, pero el ambiente estaba tan a gusto para ambos que aquel simple movimiento del labios los tenía encantados.

—Podría quedarme aquí contigo el resto de mi vida.—Susurro Jungkook apartándose unos milímetros terminado el beso.

—No podemos, lo sabes.—Lastimo Yoongi acariciando la mejilla del más alto.

Jungkook apretó sus labios molesto, quitándose de encima del pálido quien entristecido se sentó frente a su novio.

—Jungkook.—Llamó Yoongi.

El nombrado negó con la cabeza parándose del húmedo pasto para caminar así hacia el árbol.

—No me parece justo Yoongi.—Dijo mirando el tronco del árbol, aquel que guardaba tantos secretos y misterios—Solo por qué alguien.

—Ya lo hablamos.—Interrumpió el pálido cruzado de brazos caminando hacia el pelinegro.

Jungkook suspiró, y volteó encontrando a su novio con aquella triste mirada en sus ojos que odiaba ver.

—Ven.—Dijo el pelinegro abriendo sus brazos siendo recibido por los brazos del pálido.

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Disculpen las faltas de ortografía.

Chinmokushi.