[🤡]Aquel día era hermoso, se podía sentir el clima cálido todavía y el sol que quedaba en el cielo, ambos chicos caminaban tomados de las manos por el pequeño bosque, sin un rumbo realmente fijo, solo caminaban, sintiendo a los animales escabullirse, las ramas tronando y pisando acompañado de los ruidos de aleteos y cantos de los pájaros que disfrutaban de los últimos rayos de sol, Jungkook quien iba jugando con sus pies esparciendo las hojas del suelo y flores que habían tiradas por allí y allá interrumpió la tranquila caminata de ambos.
—¿Eso de ahí es... un balancín?—Dijo un Jungkook confundido.
Yoongi igual de confundido miró a su novio, y luego lo que estaba a unos metros oculto entre los grandes árboles, un balancín oxidado y cubierto de pequeñas plantas.
—¿Qué crees que haga aquí?—Yoongi levantó sus hombros quitándole importancia a la pregunta, ambos caminaron hasta el juego abandonado y triste.
Jungkook maravillado con el juego soltó la mano de Yoongi para caminar emocionado hasta el oxidado aparato, con curiosidad toco uno de sus extremos que estaba en alto haciendo rechinar levemente este mientras bajando y el otro asiento subía rompiendo las plantas que lo habían rodeado, Yoongi a unos pocos metros lo miraba cruzado de brazos.
—Está funcionando perfectamente... quizás con un poco de aceite dejaría de rechinar.—Dijo el pelinegro moviendo el juego provocando que rechinara con fuerza. —Amor ven.
Yoongi negando con la cabeza se acercó al pelinegro, sabía perfectamente que su novio le diría "Hay que subirnos y probarlo, no seas miedoso" estaba totalmente seguro que incluso ocuparía esas mismas palabras en cuanto llegara a su lado.
—Amor.—Lo miró con aquellos ojos brillantes que le daban un aspecto tan tierno que Yoongi nunca podía negarle nada.—Hay subirnos... hay que probarlo ¿Si? No seas miedoso, no pasará nada.
Bingo, Yoongi lo sabía, pero no podía negarse ante aquellos ojos que eran su galaxia entera.
—Bien, pero si me caigo, te mataré.—Jungkook río feliz de la respuesta afirmativa de su novio, acercándose hasta el lo ayudo a equilibrar el balancín con tal de que quedara a una altura pareja y así ayudar a Yoongi a sentarse, entonces corrió hasta el otro extremo listo para sentarse también. —¿Preparado?
Yoongi asintió no muy convencido, primero se sentó él con cuidado hasta el suelo haciendo que el otro asiento se elevara, pero no pasó mucho hasta que las manos del pelinegro lo subieran para que este se sentara provocando que subiera más y dejara sus pies colgando, con miedo de la altura de afirmó del pequeño barandal frente a él.
—Comencemos.—Dijo Jungkook pegando un pequeño salto que provocó la caida del pálido quien al tocar el suelo también saltó.
Entre risas ambos jugaron tranquilamente escuchando cómo el balancín chillaba ante el movimiento.
—Hoy... tengo que irme más temprano.—Dijo Jungkook llamando la atención de un concentrado Yoongi que caía hasta el suelo y volvía a saltar.
—¿Por qué?—Ataco el pálido que ahora lo veía desde arriba del juego.
—Jimin vendrá a cenar...—Los nervios lo invadieron.—Dijo que necesitaba hablar con mis padre y conmigo de forma urgente.
Silencio, Yoongi no había vuelto a saltar haciendo que por obvia razones comenzara a subir lentamente mientras Jungkook caía por la diferencia de pesos, el pálido estaba serio y pensativo, mientras Jungkook se sentía consumido en sus nervios.
—¿Le dijiste algo de nosotros?—Rompió el silencio.— ¿Qué le dijiste la última vez?
—Yo... no le e dicho nada.—Dijo.—Yo...
—¡Pero lo sabe! —Gritó Yoongi.—¿Si no por qué querría hablar con tus padres? Metiste la pata Jungkook.
Nuevamente el silencio incómodo, Jungkook se sentía preocupado al ver a su novio tan serio y enojado.
—Bájame.—Demando Yoongi.—¡Bájame ahora Jungkook!
El cielo había comenzado a cambiar a penas, pero se veía triste, sus estrellas simplemente no salieron esa noche.
[🤡]
Disculpen las faltas ortográficas
Chinmokushi
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A las siete | Kookgi
أدب الهواةJungkook se encontraba con su novio, Yoongi, exactamente a las siete de la tarde en un hermoso árbol de cerezo oculto entre la carretera.