ᅟᅟᅟ Saiki tenía la mirada puesta en una pequeña niña, la razón por la cuál Annie se encontraba preocupada: Su hermana.
Por un momento se arrepiente de estar en un momento privado de familia que no le incumbe, mas el agarre tembloroso de Annie a su camisa consigue que deje atrás esos pensamientos y concentrándose en ella.
──¿Annie?
Los jóvenes giran al mismo tiempo, detrás suyo se encontraba una mujer alta de cabello corto grisáceo, su expresión facial era atemorizante, incluso para el psíquico.
La observa unos segundos, era mucho más alta que él.
"¿Quién es este?" sus pensamientos eran agresivos, siente su mirada puesta en él.
Solo pasaba por aquí. Lo juro.
──Oh, él es Saiki Kusuo, un compañero de clase. ──Annie se apresura en decir antes que la mayor saque conclusiones equivocadas.
"Tiene cara de ser un chico que no sale de su casa ni aunque haya un temblor" los pensamientos de Sora prosiguen. "Parece otaku."
Equivocada no está.
──¿Compañero? ──su voz resuena en sus oídos, reprime el miedo haciendo una reverencia como saludo──, soy Sora, hermana de Annie.
Una vez incorporado, se aleja un poco de las Nagareboshi, ellas tendrían cosas de hablar y él no es un metiche —sí lo es, pero hay límites—.
──¿Y Tsuki–neesan?
──Se quedó, no quiero que salga tan de noche──contesta, se acerca a una ventanilla para ver a la menor de todas ──. ¿Cómo se encuentra? ¿Dijo algo recientemente?
La de moño niega suave su cabeza, en negación, Sora mira sus ojos con algo de molestia.
──Annie, ¿estuviste llorando?
La cuestionada da un leve brinco, pero resalta un no que fue más que escuchado, su hermana estaba por reclamarle pero prefiere no hacerlo.
──Dile a tu amigo que se vaya, es muy tarde para que un adolescente esté aquí.
Sus palabras son directas, lleva sus profundos ojos al nombrado, era tan sospechoso que esté en el hospital.
Escucha la respuesta positiva de su pequeña estrella, para rápidamente acercarse con timidez a su compañero. Justo cuando separa sus labios para decir algo, él ya había alzado su pulgar como despedida, dándole la espalda encaminando sus pasos a la salida.
──Parece un buen chico. —escucha Annie una vez que regresa donde su hermana.
──Nee-san, eso no es lo que pensabas cuando lo viste —responde algo confundida la azabache.
—Annie, ¿cuántas veces te he dicho que no leas mi mente?
—Ah, lo siento.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mikoto se estira en su asiento, observa a sus dos integrantes del club.
Saiki y Toritsuka tenían poderes especiales iguales que ella, así que formar un club de videntes era natural para el trío.
¡Pero nada había salido como ella quería! La morena aún estaba en busca de un cuarto integrante si quería que su club prospere.
Nota sus dos amigos holgazanear en la sala, estaba lista para gritar; sin embargo, el sonido de la puerta deslizándose hace que detenga su acción, voltea a ver de quién se trata, una Nagareboshi muy tímida es la causante.
──¡Bienvenida a nuestro club, lindura! ¿Se te ofrece algo? ──el primero en hablar fue Toritsuka tratando de ser coqueto, aunque sólo consiguió asustar a la pequeña.
──Bueno, yo. . . —balbucea ocultando la mayor parte de su rostro con los papeles que tiene en mano.
──Oh, ¡Es Anniepikki!
──¿Anniepikki...? —susurra aterrada.
Definitivamente ustedes son demasiado intensos para Nagareboshi.
Saiki se levanta de su asiento para acercarse a la muchacha, al verlo puede notar como sus nervios se relajan y sus pensamientos ansiosos disminuyen.
──¿Pasa algo?
──Eh, ¡Sí! Verá Saiki-san, el director de clubes mandó esto para su club, dice que necesita más integrantes. —responde entregando con torpeza los papeles que trae consigo.
Él recibe con neutralidad asintiendo, un pequeño choque de sus dedos hace que una descarga eléctrica recorra su cuerpo.
¿Qué fue eso? ¿Tiene algún poder psíquico también?
Con su mismo rostro sereno echa un vistazo a las hojas, tratando de no pensar en el contacto que acaba de tener. Observa los ojos azules de Annie; no lo iba a admitir en voz alta, pero le parecen hermosos, como ver la galaxia.
──Gracias.
Annie sonríe más animada, el psíquico siente algo en su pecho que en el momento no lo identifica. Piensa que su sistema parece tener algo contra él cuando recuerda lo que pasó la noche anterior.
Tarda unos segundos esperando que se vaya la estrella, más no sucede y necesita que salga de su campo de vista, empezaba a sudar de los nervios.
Escucha los pensamientos de Annie, nerviosa recordando lo cálido que fue su abrazo, como su mano se encontraba acariciando su cabello con delicadeza, su voz gruesa que resonaba en su cabeza y lo muy cerca que se quedaron durante varios minutos.
Los colores suben a su cabeza segundo después, el recuerdo empieza a carcomerla, posiblemente sus orejas estarían mucho más rojas. Y para empeorar las cosas, pensar que tres compañeros la estaban viendo en ese estado, solo la avergonzaba más.
──¿Nagareboshi? ¿Te encuen-
──¡Lamento lo sucedido ayer! ──hace una reverencia de cincuenta grados para luego huir del lugar tapando su rostro.
Echa un vistazo fuera del marco de la puerta, curioso viéndola correr.
Adorable.
Recuerda nuevamente lo ocurrido, arrugando un poco su nariz cuestionándose de donde sacó el valor para hacer eso.
──Kusuo~ ──el nombrado sintió un escalofrío al escuchar la voz de Mikoto, toma el valor de entrar nuevamente para verla con una sonrisa pícara──. Tienes mucho por explicarnos.
