Cap 2.2

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La vida da muchas vueltas muy interesantes, un momento eras una de las mujeres más deseadas de tu aldea y al siguiente era una de las llamadas brujas fugitivas después del pequeño delito de asesinar a tu hermana pequeña y devorarla

pero me estoy adelantando

Renée siempre fue una mujer de belleza indiscutible y comportamiento impecable ante la situación, pero detrás de esa aparente mujer perfecta se encontraba una mujer soberbia y conspiradora

sus ojos castaños con reflejos rojizos eran cautivadores para muchos, pero los ancianos de la aldea no eran personas estúpidas, conocían bien la mirada de aquellos ojos, la mirada de las arpías, aunque se guardaban las opiniones debido a que era hija de una viuda respetada y un difunto soldado del reino, pero no por ello pasan por desapercibidas las advertencias de aquella mirada que nunca auguraba nada bueno para quien se dejara seducir por ella

eso no evitaba que los jóvenes impresionables y unos pocos señores crédulos intentaran captar la atención de la mujer con diferentes hazañas y montones de regalos, siendo lo máximo que conseguían una sonrisa falsa y un, gracias, dicho de manera seca y con eso bastaba para que ellos se sintieran los más afortunados de aquella aldea

a Renée no había cosa mejor que ver como los varones hacían fila para obtener una mira suya reafirmándole lo que ella ya savia, que era la mujer más hermosa del pueblo

adoraba reafirmarles a las demás mujeres del pueblo su belleza dejando en claro que ella podría tener al hombre que quisiese con una sonrisa mientras ellas solo podían soñar con atraer la mirada de algún barón

aquel día era como cualquier otro, su madre las había llevado a la plaza del pueblo donde los mercaderes vendían parte de su mercancía su hermana compró una gargantilla de perlas blancas, su pequeña hermana era más parecida a su madre, con ojos chocolate y cabello en un del mismo tono, muy diferente a su largo cabello negro azabache, siempre con sus vestidos sucios por perseguir animales de todo tipo y con esa risa extraña que salía por la nada absoluta

realmente creía que su hermana debió de ser enserada en el sótano o el ático por su madre en cuanto nació, aún la sorprendía que nadie en el pueblo hubiese acusado a su hermana por brujería

ella lo hubiese hecho de no ser porque de hacerlo sería vista como la hermana de una bruja y que alguien de buen estatus y buena familia que la desposara sería algo imposible

ella se compró un nuevo vestido de color blanco con detalles anaranjados por todo el corsét y también a los bordes de la falda

- Renée, mira- dijo Lily mostrándole a su hermana un sapo que tenía sostenido con ambas manos

- ¡Lily, baja esa cosa!!, ¡es repugnante! - dijo Renée mirando como Lily sostenía a aquella asquerosa criatura

- se llama Grendel- viéndola un poco mejor Renée se percató de que el vestido marrón de su hermana tenía manchas de lodo por todas partes, sus zapatos estaban raspados y su cabello estaba algo desordenado

realmente era una vergüenza que fuese su hermana

- Lily, ¿qué le paso a tu vestido? ¿Y por qué llevas ese sapo en las manos? - dijo la madre de ambas con cansancio, estaba acostumbrada a las travesuras de su hija menor y a los desplantes de su hija mayor, en este punto realmente savia que enojarse y gritarles solo la cansaba a ella y ellas no aprendan ni cambiaban así que mejor estar calmada

- se llama Grendel- dijo la menor antes de reírse como siempre lo hacía haciendo que su madre suspirara

tras terminar las compras se fueron a casa con las compras

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