-Me da cinco chocolatinas por favor- el chico las agarró y las pasó por la cosa esa que chilla al mostrar el producto.
Me cobró y salí de la tienda tarareando Hey de Pixies. Abrí mi mochila y eché las bolsas adentro de ésta. La cerré y caminé a la dirección que me anotó Kate, hoy cuida a unas niñas y decidí pasar a verla.La calle estaba muy oscura a pesar de que tenía los faros de iluminación a los lados. Me abroche mi chaqueta de la banda escolar y apresuré el paso, sentía una vibra rara por mi cuerpo.
Me alivié cuando vi la casa donde estaba mi chica trabajando. Me acerqué y toqué el timbre dos veces, en lo que esperaba escuché un ruido en los arbustos y volteé alarmada esperando lo que sea que estaba ahí.
Pero antes de que hiciera otro movimiento sentí una mano en mi hombro y salté asustada hacia atrás chillando agudo.Kate me miraba diciendo "¿Qué mierda Scott?" y poniendo sus manos en jarra.
-Maldición Schmidt, me diste un gran susto- sostenía mi mano en donde se encontraba mi corazón tratando de tranquilizarme.
-Deja de ser idiota y entra a la casa- entró dejándome la puerta abierta. La seguí no sin antes mirar por última vez la calle, asegurándome que no haya nada raro.-Katy, pasame una presión que se me subió la Coca-Cola- puse mi mano en la frente y jadeaba bajo.
-Deja de bromear tonta y bésame que te extrañe todo el día- y me besó desesperadamente, además quién soy yo para negarme a ésto. Sus manos acariciaban mi nuca y las mías sostenían sus caderas.
-No se besen en frente de las niñas que las trauman con sus cochinadas- Simón nos apartó y puso mí cara en su axila.
-¡Simón que puto asco! ¡Sueltame!- escuchaba su risa mientras trataba de zafarme.
-¡Maia! Sin malas palabras cuando estén las niñas- la pelinegra me jaló lejos del rubio y me dio un manotazo en la cabeza para reprenderme.
Me acomodé la ropa y miré a las niñas saludándolas con la mano. Saqué de mi mochila lo que compré y lo puse en la mesa para que comieran todos. A excepción de unos dulces que se los entregue a Kate.
-Gracias cariño, tenía tiempo que no comía de estas chocolatinas-
-Pues come que traje cinco, tu jugo de uvas y una hamburguesa que compré en el puesto de Mario- sonreí feliz al ver sus ojos brillar de felicidad.
-¿Sabes que te amo mucho verdad Mailz? Dios no sabes cuanto lo hago nena- besó toda mi cara para terminar en mis labios.
-Si me agradecerás así, te compro tus cosas todos los malditos días- reímos y me dio un golpe en el brazo.
Mientras Katy negociaba algo con las niñas, yo me dirigí con Simón a la sala.
Me senté a un lado de él viendo como pescaban y decían algo de atraer tiburones.-Eso es mucha sangre- dije con la boca llena de mi hamburguesa. Simón hizo un sonido de afirmación y se quejó cuando la pelinegra le tapó la vista.
-No hables con la boca llena, sucia, y tú Simón ¿No ibas a separarla?- señaló la ropa que estaba en la mesita. -Blanco y oscuro. Recuerda encontrar el par- volcó un cesto con más ropa.
-Recuerdame que es lo que gano- saltó del sillón y se desabrochaba su sudadera.
-Nada- Kate miró obvia al rubio.
-Puedes ganarte una hamburguesa que te traje- chupe mi dedo lleno de catsup y mi novia me miró severamente, haciendo que alcanzara una servilleta y limpiarme bien.
-Que asco, ¿Sigues usando la ropa de ayer?- miró disgustada la playera de Simón.
-Wakala flaco, ¿Cómo puedes usarla así? Apesta horrible- tapé mi nariz por el olor que desprendía.
ESTÁS LEYENDO
Fear Street 1994 «Kate Schmidt»
RomanceMaia Scott es novia de la grandiosa Kate Schmidt, las dos vivirán una trágica noche con sus amigos Deena Jonhson, Sam Fraser, Simón Kalivoda y Josh Jonhson. Escapando de extraños asesinos, la pareja vivirá diferentes emociones tratando de sobrevivir.