redención

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[ 14 y 16 años ]

Los últimos días de enero siempre eran los más fríos de todo el año, y aquella vez no había sido la excepción.

El último mes y medio había transcurrido con altibajos; los ahora adolescentes habían pasado la mayor parte de sus días de invierno viéndose a escondidas en el centro del pueblo o en sus extensos campos. Sin embargo, Hyungwon continuaba teniendo episodios de arrepentimiento y culpa en los que alejaba a Changkyun por un par de días hasta que este se las arreglaba para escabullirse entre sus cobijas. Pero todo iba bien.

Changkyun no se quejaba, después de todo, ya había pasado lo peor, o eso es lo que le gustaba creer. Esta vez serían cuidadosos, se asegurarían de no ser descubiertos de nuevo y harían todo lo necesario para que fuera así.

—Llegaste tarde, otra vez —murmuró Changkyun.

—Lo siento mucho, Kyun-ah. Mamá se puso rara, por un momento creí que lo sabía —dijo el mayor mientras buscaba acercarse a Changkyun luego de haberse sentado a su lado.

Changkyun se apartó, aunque estaba temblando, no quería cerca al chico que lo había dejado esperando casi una hora en medio del campo, con el viento helado secándole la piel de la cara y entumiéndole las manos y los pies.

—Vamos, Changkyun-ah, de verdad que ha sido eso, déjame abrazarte —Hyungwon lo intentó de nuevo, se acercó y esta vez su dongsaeng no puso objeción, se dejó abrazar. 

—De verdad lo siento, lo siento, estás helado Changkyun, no debiste esperarme. 

—No quería irme, sólo podemos vernos aquí, si me iba, tendría que haber esperado más que una hora por ti —el menor hablaba en murmullos.

—Lo siento mucho.

Changkyun aceptó sus disculpas, después de todo, no había nada que no pudiera perdonarle, que no pudiera aceptarle a Hyungwon. Le quería demasiado. Changkyun se acurrucó contra el pecho de Hyungwon y dejó que el calor de su cuerpo lo consolara. Qué importaba si había tenido que esperar en medio del campo por tantos minutos que la eternidad parecía corta en comparación, qué importaba que el ambiente amenazara con enterrarlo en la nieve si Hyungwon no se apresuraba. Nada de eso importaba si podía estar unos minutos con él.

—Escucha, Changkyun —habló Hyungwon mientras sus manos se encargaban de frotar el cuerpo del menor en busca de que este no se le muriera de hipotermia—. Papá y mamá van a irse a la ciudad, volverán hasta mañana, si esperamos un poco, podemos ir a mi casa y calentarte ahí, ¿Qué te parece ese plan? Creo que puedo prepararte chocolate caliente o alguna cosa así.

Changkyun había estado disfrutando de lo calientito que estaba su hyung, de los masajes que este le daba y de la simple idea de tenerlo a su lado, pero escuchar la propuesta lo hizo enderezarse, apartarse de su fuente de calor y mirar el rostro de Hyungwon. Changkyun ya estaba ilusionado.

—¿Hablas en serio? 

Hyungwon sonrió, algo avergonzado, pero asintió. Changkyun amplió su sonrisa. Las noches que se había quedado en casa de Hyungwon en las últimas semanas habían sido sin invitación, con un recibimiento hostil de parte de su hyung y con una inevitable escapada de su caliente cama antes del amanecer para que los padres de Hyungwon, o su abuela, no lo descubrieran. No se lo pensó dos veces y aceptó.

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⏰ Última actualización: Sep 19, 2021 ⏰

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