Siempre fue una jaula, su vida siempre un encierro, supo que nunca podría tener esa libertad que otras tenían, aveces se preguntaba si algún podría ser libre y ser una mujer normal, ser capaz de tomar sus propias decisiones y no tener un cargo encima de sus hombros, supo que jamás sería normal como las demás.
— ¡¡kaimi!! — gritó una adolescen- (le dan su golpe)
-Pero que estas contando boluda?
+ no es esa la historia? (le dan otro golpe) auch ok perdón TwT...Ejem toma 2 :"v
— hermana kikyo estas bien? — pregunto la menor viendo a la mayor más pálida de lo normal.
— estoy bien kaede — contestó en un tono bajo.
Aún podía recordar cuando la vio desnuda en el río, o bueno, casi la ve, considerando que se cubrió con el agua antes de que él la viera por completo.
Ese día en la noche del río.
— ¿Qué haces aquí? — pregunto en un tono tranquilo y sereno, ocultando sus propias emociones.
+ oye eso me recuerda a alguien =v
-calla y sigue narrando >:v
+ ni siquiera me pagan por esto >:"^Ejem continuemos :v
El dayoukai no dijo nada y sólo mantuvo su mirada fija en ella, como si la estuviera examinando con sólo verla.
— *debo encontrar solución a este problema* — pensó sin dejar de apretar la cadena que tenía en su mano.
Kikyo dejo de sentir el aire por unos segundos, como si la hubieran asfixiado en tan sólo unos instantes, tocó aquel collar, su insignia de que ya no es libre.
— vete... por lo menos respeta mi privacidad — se molesto, no tenía que ir hasta donde ella para hacerle saber que ya no es mi libre.
La sacerdotisa estaba empezando a sentir frío, y si seguía metida en el agua fría se iba a resfriar, cosa que sintió él Inu dayoukai molestando-se aún más de lo que ya estaba.
Ignorando las protestas de la miko, empezó a entrar al agua sin mojar su estola y se acercó a ella haciendo que la joven retrocediera por instinto.
— ¿Qué haces? — pregunto, y soltó un jadeo cuando este la tomó de su muñeca.
Él no respondió y la tomó con su estola cubriendola por completo, ella se sintió avergonzada al ver como la sacaba del agua sin inmutarse ante su desnudez.
— sueltame — se quejó empezando a moverse con algo de brusquedad.
— escucha bien sacerdotisa — dijo en un tono molesto dejándola bruscamente al suelo sintiendo el dolor que ella sintió al caer de un golpe, ignorando el dolor fijo su mirada en ella viendo que como tapaba su desnudez como podía con sus brazos — ya no eres libre y ahora soy yo a quien perteneces — demandó apretando fuerte la cadena que tenía en su mano.
Kikyo no dijo nada, y sólo trataba de cubrir su cuerpo como podía con sus brazos. El collar que tenía en su cuello se empezó a apretar sin motivo alguno. Sentía como su orgullo y dignidad eran pisoteados por el suelo como si nada fuese, eso la molesto.
— tú eres el que debe de estar en deuda conmigo — habló — fui yo quien te liberó de ese sello, si no fuera por mi tu aún estarías aún con los ojos cerrados atado en aquel árbol — protestó molesta.
Él ya no dijo nada, pos era verdad lo que ella decía, si no fuera por ella, él aún seguiría con aquel molesto sello.
— entonces… busca la manera de romper está maldición — demandó dándose la vuelta dejándola ahí sin importarle nada.
Ajsm, presente =v
— sólo tuve una mala noche Kaede — contestó para que la menor no se preocupe por ella.
— si tú lo dices hermana — dijo, sabía que algo andaba mal con su hermana mayor, pero no quería presionar la ante sus preguntas.
La mayor siguió con su recolecta de hierbas medicinales en un tranquilo silencio, hasta que escucho alboroto provenir de la aldea, alarmada se levantó de su sitio diciéndole a su hermana que se quedara ahí y no se acercará a la aldea hasta regresar por ella.
Corriendo con su arco en la mano llegó a la aldea y vio como los aldeanos evitaban a toda costa que un demonio entrará al templo en donde estaba la joya shikon. Sin esperar más tomó una de sus flechas y la lanzó hacia el youkai desintegrandolo al instante, pero no todo terminó ahí, más demonios salieron del bosque para atacar a la sacerdotisa, cosa que no paso ya que un dayoukai los mató antes de que ella se diera cuenta de su presencia, con una mirada el se fue al bosque otra vez.
— *engreído* — pensó con molestia.
Terminando su trabajo ahí, vio como su hermana regresaba a la aldea con las hierbas medicinales en la mano.
— esperame en casa kaede — demandó en un tono suave.
La menor asintió y entró a su pequeña choza con las hierbas en sus pequeñas manos.
La mayor se volteo y entró al bosque en busca del peli plateado.
— Qué es lo que quieres? — pregunto en un tono serio.
El Inu dayoukai sólo la quedó mirando por unos segundos hasta decir unas simples palabras.
— debes desaserte de esa joya…
Perdón si es corta qwq
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el despertar
RomanceCientos de años estar dormido con su alma sellada, pero ese cello se rompe ya que una sacerdotisa le libera. La odiara, despreciara, la querrá matar... pero sobre todo la amara