Magia

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—Creo que estoy enfermo.

La reunión se quedó en un silencio sepulcral. Todos miraban sorprendidos a Senku que revisaba unos planos sobre la mesa. Tsukasa, Gen, Chrome y Ryusui no sabían cómo reaccionar. Al notar que nadie respondía nada, alzó la cabeza para verlos como si a cada uno les hubiera salido un tercer ojo.

—¿Por qué tienen esas caras?

—¿Por... Por qué lo dices?— Chrome habló preocupado.

Senku lo vio cansado como a todos los demás. Paranoicos.

—¿Por qué tanta preocupación y ambiente pesado?—Hizo una mueca— Que crea que estoy enfermo no quiere decir que me vaya a morir.

—Bueno...—Intervino Tsukasa— Recuerdo una vez cuando dijiste que el enfermarse en este tiempo era sinónimo de muerte.

—Eso fue hace poco más de cinco años, sino contamos los siete de espera. Ahora tenemos más medicinas e instrumentos que antes.

—¿Pero por qué lo crees?—Dijo Ryusui.

—No estoy muy seguro— Se relajó en su asiento—Últimamente me he sentido diferente a lo usual pero no encaja a nada de lo que yo conozca. Por eso se los comento.

—Deberia hacerte un examen para estar seguro— Volvió a hablar el luchador— No tenemos la medusa como para estar seguros.

—Sí, también lo he pensado. Aunque no tenga mucho tiempo con la construcción del nuevo Perseo— Quizá lo haga más tarde, no hay prisas—También podía ser causa del estrés, pero nunca lo había experimentado así.

—¿Cómo «así»?

—Mi ritmo cardíaco se acelera, presentó una sudoración en las manos sin razón aparente y sequedad en la boca. Todo en situaciones específicas sin mucha conexión— Ahora que lo decía en voz alta sonaba más extraño— Entre otras cosas, pero son insignificantes.

Mientras todos discutían que podía ser lo que molestaba al científico entre teorías y especulaciones, Gen pareció encontrar una respuesta mucho más simple que podría explicar todo, pero sin dejar de ser extraño.

Solo necesitaba comprobarlo.

°°°

—¡Kohaku-chan! Ven un segundo.

La rubia dejo en el suelo los pesados tubos de metal hecho por las superaleaciones, estaba yendo a dejarlas donde se encontraba Xeno hasta que Gen la llamó.

—¿Qué sucede?

—Oh, Kohaku-chan...— El fingido dramatismo en su voz era malditamente claro— ¿Te enteraste? Parece que Senku-chan está enfermo...

—¿QUÉ?— La sorpresa fue enorme— ¡No me dijeron nada!, ¿Sabes si-

—¿Si necesita ayuda? ¡Claro que sí! Por eso fue que-

No pudo completar lo que iba a decir por qué Kohaku ya no estaba al frente suyo. Fue más rápido de lo que imaginó. Bah, ¿A quién engaña? Era obvio que saldría corriendo a buscarlo ni bien lo supiera. Ahora tendría que intentar seguirle el paso.

°°°

—¡SENKU!— La puerta de su tienda se abrió de golpe, sobresaltándolo—¡¿QUÉ TE SUCEDIÓ?!

—MIERDA LEONA, TOCA ANTES DE ENTRAR. CASI ME MATAS DE UN SUSTO.— Intentó que su alma volviera a su cuerpo.

—NO SOY UNA LEONA.

—Sí, sí, lo que digas— Ya más calmado volvió a respirar con normalidad— ¿A que refieres con «qué me sucedió»?

—¡Gen me dijo que estabas enfermo!— Se iba a acercar a él hasta que se escucharon un jadeos cansados desde el marco de la puerta.

Senhaku Week 2021 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora