• Día 2 •

2.2K 328 846
                                    

Akaashi Keiji a veces se arrepentía de sus propias decisiones

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Akaashi Keiji a veces se arrepentía de sus propias decisiones.

Y lo hacía enormemente.

—¡No me pienso bajar de la van! —chilló una voz aguda, un poco congestionada a causa de las bajas temperaturas del lugar—. Se me va a congelar el culito.

—¿Cuál culito? —se rio otra de las voces, aunque era un poco más burlista—. Si eres una tabla de planchar...

La primera persona ahogó un jadeo de indignación. Varios de los presentes se rieron.

—¡Tsukishima, grosero! —agregó una tercera persona de voz aguda—. Discúlpate con Lev, ¡que sea una tabla de planchar no significa que debas burlarte!

Lev Haiba, el objeto de las burlas, arrojó las mantas a un costado para erguir su amplia espalda. Era el más alto de todos los presentes, incluso incluyendo al gigante Tsukishima —quien originalmente era quien comenzó a burlarse de las faltas de carne de Lev.

—¡Hinata! —Lev rezongó—. ¡Pero si estás admitiendo que tengo el culo plano...!

—Ya, ya, mocosos —opinó otra persona, y era el muchacho de cabello negro que iba al volante—. Dejen de pelear, o nos vamos a caer por el barranco...

—¡Kuroo, ten un poco de sentido del humor! —rio la última persona que los acompañaba en el viaje. Su risa era tan estruendosa que casi podía sentir vibrar las paredes de la van—. Lev, tiene las nalgas planas, pero Tsukishima parece ese video de la anguila...

—¿Qué cosas dices? —preguntó Tsukishima más serio. Ahora eran Hinata y Lev los que reían a carcajada limpia—. Perdónanos, Bokuto-san, por no ser unos titanes como tú.

—Tsukki tiene razón —opinó Kuroo, dando una mirada de soslayo a Akaashi por ir tan silencioso—. ¡Bokuto tiene la suficiente carne para alimentar a toda África!

—¡Envidiosos! —Bokuto exclamó mientras flexionaba uno de sus brazos y se besaba por encima de las capas de ropa—. Ustedes ya desearían tener estos cañones. ¡¿Cierto, Akaashi?!

Todas las miradas se posaron en Akaashi, como si apenas fueran recordando que se encontraba allí. No había dicho mucho al respecto porque se encontraba tiritando de frío en una esquina.

—Akaashi está al borde de una hipotermia —notó Tsukishima—. Como el inútil de Kuroo nos siga metiendo campo adentro, vamos a tener hielo en vez de sangre en las venas.

—Un hipopótamo, ¡¿dices?! —preguntó Lev sorprendido. Tsukishima resopló resignado.

Hinata, quien ya se había enfocado en su consola portátil, levantó sus curiosos ojos para pegar una mejilla contra la empañada ventana de la van.

—¡¿Hipopótamos?! ¡¿Dónde...!?

—¡Hinata! —masculló Kuroo mientras viraba el volante de forma brusca—. ¡No

BokuAka Week 2021 - [HAIKYUU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora