sesshomaru es un imponente hombre de negocios el cual posee la mayor fabrica farmacéutica en todo el mundo más era infeliz ya que su esposa que el tanto amo lo dejó con su pequeña hija de tan solo 4 años rin la cual la extrañaba, aún así ella gozaba...
Al llegar al hotel estaba algo apartado en una zona residencial típica de la antigüedad aunque el pueblo tenía mucha variedad de atracciones y distintos platillos los cuale la joven quería probar.
El hotel era hermoso y al llegar a su habitación una suite elegante con un tatami tradicional lleno de pétalos y totalmente despejado con un ropero de pino no muy grande y un baño privado, lo que las le gustó fue que al abrir las puertas corredizas de afuera vio un hermoso paisaje lleno de árboles que ya estaban en otoño perdiendo su color.
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Era de piedra hermosamente decorado y la cristalina agua la hizo distraerse hasta que sintió algo frío en su cuello lo cual miro y tenía un hermoso relicario en su cuello en forma de corazón.
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Sesshomaru lo había colgado en su cuello para ver su dulce sonrojo, lo abrocha para ver como lo abría tiendo dos fotografías una de ellos con rin y los dos solos mirándose.
-es hermoso- susurró para mirarlo acariciando el obsequio.
-no tanto como lo eres tu- susurró para besar sus labios atrayendola hacia el sosteniendo sus caderas dulcemente.
-y el tuyo?- pregunto curiosa cuando el saco uno sencillo de su bolsillo lo cual ella lo coloco en su cuello para abrirlo tenía una foto de los tres juntos y otra de kagome y rin abrazadas lo cual a ella le pareció tierno.
El sabia que se estaba enamorando perdidamente de él sin conocer que el mayor ya lo estaba desde que la vio aquel día en la calle por accidente.
-esta semana olvida todo y solo se completamente mía- susurró en su oído para acariciar sus glúteos juguetonamente sonriendo picaramente.
-eres tan seductor que podría enamorarme- ronroneo para besar un poco su perfecta barbilla.
-eso planeo- con una respuesta sincera y sin vacilar en su mirada deboro sus labios dejándola sin aliento para luego alejarse de ella- vamos te llevare a comer algunos postres de la zona.
Ella tan solo asintió agarrando su mano la cual le ofreció, caminaron por muchos locales de la mano pareciendo pareja de recién casados, se adentraron a un local que vendía unos deliciosos dangos muy famosos.
