Habits [TaeSoo]

❦Habits❦

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Ellas te están alejando de mi lado, y tengo tanto miedo por eso, porque antes yo te amaba pero tú te mantenías cerca, ahora yo te amo pero solo te alejas.

Te alejas y vas con ellas, y las detesto tanto, pero me detesto más a mí por hacerlo. Tú eres libre de estar con quienes quieras y donde quieras, pero si me iba a quedar sola aquí, ¿por qué diantres acepté ir a esta fiesta contigo?

Me arrepiento, me arrepiento tanto, TaeHyung. No hay nada de divertido aquí, el alcohol es repugnante, la música aturde mi ser, me duelen los oídos, mi cuerpo parece arder, hay muchas personas. Todas saltan, todas gritan, todas cantan, todas parecen energía viviente y ardiente.

Me asfixio. Necesito un apoyo.

Entonces apareces, rodeas mi cuerpo y me llevas hacia el balcón, yo respiro con normalidad, siento la fría brisa de la noche golpear mi rostro, los mechones negros de mis cabellos se agitan.

Tú me miras, me pides perdón, yo no te contesto. Sólo inhalo y exhalo lentamente, mi corazón vuelve a dar pálpitos sincrónicos, yo dejo de temblar.

Sigo bajo tu mirada.

—Perdóname, JiSoo.

—¿Ahora sientes culpa? ¿en serio?

—No, en realidad, siempre la siento. Perdóname, tenía que estar a tu lado, sólo que ellas...

—Sí Tae, lo sé, son bonitas, te gustan las chicas bonitas, para eso estás en la fiesta.

—¿Qué? No, te equivocas, solo quería que se vayan de allí, son muy jóvenes para estar metidas en drogas... Pero parece que el efecto ya les había llegado.

—¿Ah?

—JiSoo, si vine aquí fue porque quería distraerme, si te lleve conmigo es porque también quiero que lo hagas, pero estos... No son tus lugares.

—Nunca lo fueron.

—A mí me distraen, aunque a veces son una mierda.

—Sí, lo son.

—Son una mierda cuando estás solo o sola, volvamos, no voy a soltar tu mano.

—Pensé que eso sería lo que harías cuando llegamos aquí, pero estuvimos juntos un momento y luego desapareciste.

—Perdona, de verdad son muy jóvenes para drogarse.

—¿No son las chicas con las que te veías?

—Nah, a estas no las conozco. Con las que me veía... Ellas son falsas, bonitas pero falsas.

—Al menos distraen.

—Tampoco hacen eso, aburren, pero pensé que dejarían de hacerlo.

Nos miramos por unos instantes, serios y en silencio, para luego reírnos por lo que has dicho. Quizá fue cruel, pero tú y yo somos algo así, entonces creo que mientras esto quede entre nosotros, todo está bien. Todo está mejor cuando de pronto tomas mi rostro con tus cálidas manos, es inevitable que mis ojos no se enfoquen en ti y en cada gesto dulce que formas.

Allí está, tu sonrisa.

Como siempre, eres el chico de la bonita sonrisa, está grabada perpetuamente en mi cabeza, luces precioso con ella pintada en tu rostro.

Debería ser así siempre.

—¿Vamos? No voy a soltarte.

Yo dudo, pero soy débil, y te acepto. Tomo tu mano, eres cálido, eres risueño, eres mi sueño. Pasamos a la pista de baile, las luces son bonitas, la música deja de ser bulla para convertirse en algo disfrutable.

Tomas mi mano, damos vueltas.

Tomas mi mano, gritamos divertidos

Tomas mi mano, no me sueltas.

Durante toda esa noche, nunca me sueltas, y me siento bien.

Y estamos bien.

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