Todo por la familia

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—Speedforce—

Zorel, el mayor, se encontraba en una vacía réplica desolada del Salón de la Justicia; aún portaba su traje de Superman, dañado y con sangre seca encima, aunque no la suya. Un brillante verde iluminaba las habitaciones de los cuartos a los que entraba Zorel, aunque extrañando al joven futurista, pues con los conocimientos de speedforce que había en su tiempo, el verde sólo había sido medianamente alcanzado por Inercia. Prime sólo avanzo y avanzo, viendo con temor a cada pasillo al que entraba, cada salón al que llegaba, eran un paso aún más desconocido que el anterior. Se sentía vigilado, se sentía amenazado pero ya no lo mostraba, había pasado el tiempo suficiente en la nada, y a la vez en el todo, que este silencio era ruidoso para él. La preocupación real llegó para Zorel cuando la tormenta al exterior se calló de golpe, aún había ruido para él, pero aun así era preocupante.

—Zorel Danvers-Allen— habló una voz femenina desde atrás de él, haciéndo que este se girará

Ya no estaba en un cuarto cualquiera; de un momento a otro había llegado al salón principal del Salón de la Justicia. Viéndose frente a la mesa y sillas de cada héroe principal de la Liga, acercándose para deslizar sus dedos sobre la silla de su padre: Flash.

—Tu no eres ella— susurro Zorel al ver a Nora Allen, su abuela, frente a él —, solo eres la marioneta de la speedforce para hacerme sentir tranquilo...

—¿Prefieres que sea tu padre? O algo más reconfortante como ¿Tu madre?— ante esto, no hubo respuesta alguna del meta kryptoniano —. Ya veo ¿Quieres que sea Dawn? Puedo ser Dawn si te hace sentir más c...

—¡No te atrevas a usar su forma!— grito Zorel, con ambos ojos ardiendo en carmesí, acercándose rápidamente hacia la Speedforce

—Vaya, veo que si hay una forma de romper tu armadura— declaró la Speedforce, mientras detenía la mirada en sus puños, viendo que parecían manchados de alguna especie de plasma verde oscuro, aunque ya seco —. Eso en tus manos, es lo que me está enfermando.— aseguró con furia

—¿Esto?— pregunto sarcástico Zorel, sonriente tras alzar las manos y hacer a la Speedforce un par de pasos atrás —¿Te da miedo?

—Los relámpagos verdes, tu los estás causando, me estas enfermando— sentenció con seriedad la Speedforce —. Pero solo necesito un remedio para esa espectral sangre cósmica en tus manos, otra vida más en tus manos

Pronto, un sepulcral grito se escucho en la lejanía, acompañado del sonar de relámpagos; un gutural quejido se escucho y entre un carmesí destello, Black Flash, el heraldo de la muerte de la Speedforce, entró en escena, con los esqueléticos dedos al frente en aras de internarse en el pecho de Zorel.

—¡Black Flash!— grito para si mismo Zorel, volando hacia atrás, tratando de escapar de aquel putrido velocista, pero no pudiendo escapar de este tras que diera un brinco

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—¡Black Flash!— grito para si mismo Zorel, volando hacia atrás, tratando de escapar de aquel putrido velocista, pero no pudiendo escapar de este tras que diera un brinco

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