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— Debemos terminar, Jiang Cheng...—

Sintió como todo el mundo le dio vueltas, como el techo se volvía denso presionando contra su cabeza. Faltaba aire, un tic en su ojo izquierdo se hizo insistente y luego... La risa.

Jiang Cheng se estaba riendo en ese preciso momento porque era de la única forma en que su estado de subconciencia y autodefensa podría cuidarle de ese terrible mal sueño.

— Voy a despertar. Sí, tengo que despertar. Esto no es real. — Se repetía una y otra vez en voz baja. Xichen lo escuchaba pero no dijo nada solo soltó suspiros cansados a la vez que le tomaba por las manos. Mismas que estaban inquietas golpeando el rostro de su propio portador como queriendo despertarlo de esa pesadilla infernal.

Xichen conocía esos ataques que a Jiang Cheng le daban, fue gracias a ellos que lo conoció y es por eso que sabía cómo calmarlo.

Envolvió sus brazos a su alrededor pero muy en el fondo no tenía ganas de hacerlo. Estaba bastante aburrido de todo ello.

Solo con eso Jiang Cheng sentía que despertaba del trance, que el no verle en 3 meses lo habían vuelto susceptible a las pesadillas. Xichen ahora lo cuidaba y que...

— De verdad, esto debe acabar... —

No, no, no, no ¡NO!

— ¡NO! Tu, tu no me puedes dejar ¡NO ME PUEDES DEJAR!

— Yo quería decírtelo antes pero no hubo tiempo... A-Yao y yo fuimos aprobados para la adopción así que oficialmente somos padres.—

Otra risa se volvió a escuchar. Sus ojos abiertos, perdidos y a manos temblando que sentía flotar en el aire por la despersonalización no eran ni el reflejo completo de lo miserable que se sentía. No solo fue cambiado por un contrato de matrimonio millonario con los Jin sino que ahora ¿era abandonado por un mocoso?

— Lo siento mucho, A-Cheng. Yo realmente te amé. —

Perdió sentido del tiempo. Reaccionó cuando la puerta del hotel donde siempre se veían fue cerrada por fuera ¿era ese el final de todo el amor que sentían? Jiang Cheng no iba a llorar, porque no había motivo para llorar.

Él iba a despertar de este mal sueño, claro que lo haría.

Él iba a despertar de este mal sueño, claro que lo haría

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➵ Codependiente; MingCheng.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora