Reflexión de medianoche

Irresoluto

Los adolescentes tenemos muchas decisiones que tomar, ¿cuál es la correcta? ¿cuál tiene más salidas? ¿estaré eligiendo bien? ¿me arrepentiré en algún momento de la decisión que estoy tomando? ¿estoy apresurando las cosas? ¿qué está bien y qué está mal?

Son muchas las preguntas que nos vamos haciendo en el transcurso entre elegir uno o el otro. Pero, ¿realmente estará bien? Es decir, nos ponen un peso encima todas esas decisiones que reflejarán nuestro futuro, ¿la respuesta no puede ser un no sé? ¿un tal vez? ¿un puedo hacer ambos sin tener que elegir entre ellos?

Pues, al parecer no. Todos esperan de nosotros que sepamos bien qué es blanco y qué es negro, que está bien y que está mal, que queremos para nuestra vida y que no. Pero en realidad, nadie sabe lo que uno mismo quiere, o sí eso le va a hacer feliz, o sí lo va a hacer triunfar en la vida hasta que lo intenta.

Por eso, es importante no dejarte llevar por esas emociones, ¿hacer o no hacer? Al demonio. Es tu vida, sí te hace bien o mal, eso lo vas a decidir vos. No te dejes llevar por el resto, es decir, ¿no tienen vida propia? Vivan y dejen vivir.