━ capítulo 19 ⊹

4.7K 627 39
                                    

—Puedo hacerlo, puedo hacerlo. —murmuraba Taehyung para sí mismo, parado unos pasos frente de la casa de Jungkook. —Solo iré y le preguntaré si está bien... si todo sale bien, tal vez, cuando esté menos tenso el ambiente... le puedo preguntar por qué me ha estado evitando...

Tomó aire y trató de dirigirse a la puerta para tocar el timbre, fallando en el intento.

—No puedo hacerlo, no puedo hacerlo.

Retrocedió de nuevo y miró al cielo, frustrado. Y es que Taehyung tenía miedo, debía admitirlo. Su corazón palpitaba tan fuerte contra su pecho, no sabía que pasaría con su relación... aunque no estuviera bien definida. Porque él conocía al padre de Jungkook, sabía que siempre ha sido estricto con él y que Jungkook le oculta muchas cosas.

Tiene miedo de que Jungkook haya salido lastimado y de no poder estar con él para apoyarlo, tiene miedo de haberse convertido en un problema en la vida del castaño, y tiene miedo de que Jungkook se aleje de él, incluso como amigo.

Suspira y mira de nuevo la puerta que está unos metros frente a él, piensa que tal vez sea buena idea irse, no quiere atormentar al castaño y se siente inseguro al respecto. Pero algo dentro de él lo mantiene ahí, mirando esa puerta y pensando que necesita hablar con Jungkook. Se ríe suave para sí mismo cuando encuentra gracioso el hecho de que está parado frente a una puerta desde hace unos quince minutos sin hacer nada. Desvía su mirada a la derecha por pura casualidad, y ve a unos pasos al chico que no sale de su cabeza.

Jungkook le mira a través de las gafas para leer que lleva puestas, se ve tan bonito con su chaleco café sobre una camisa blanca y pantalones holgados, que Taehyung no puede evitar querer abrazarlo, pero se contiene más que nada porque está sorprendido, y nervioso por haber sido atrapado casi que espiando la casa del castaño.

También nota que lleva una bolsa de tela en sus manos con algunas compras, bolsa que tiene conejitos pintados por el mismo Jungkook, dato que sabe porque es parte de un proyecto que hicieron juntos en la clase de artes, un par de años atrás.

Ninguno de los dos sabe que hacer, Jungkook está sorprendido y busca alguna escapatoria, pero sabe que no la hay; Taehyung está frente a su puerta y en el fondo sabe que le debe una explicación. Mientras tanto el pelinegro está muy preocupado de parecer un acosador en potencia, pero ve al castaño regalándole una pequeña sonrisa y siente que su corazón se ha saltado un latido. Se acerca a él devolviéndole la sonrisa, y Jungkook está bajando la mirada.

—Hola... —se atreve Taehyung a hablar primero. —Lamento haber venido sin avisar... yo... bueno... —ríe con nerviosismo y rasca un poco su nuca.

Jungkook siente las palabras atoradas en la garganta, no sabe como empezar a hablar, si debe iniciar con una disculpa o algo así. Aunque en realidad siente muchas ganas de abrazar al chico que esta frente a el. —H-hola, no... no hay problema. —tartamudea un poco y se golpea mentalmente por ello.

—Vine porque... mmh, no me contestas los mensajes y... ¡no me malinterpretes! yo solo quería saber si estabas bien y eso... bueno, además Seokjin me dijo que tu padre había venido a verte y, bueno, eso...

—Soplón... —murmuró Jungkook, refiriéndose a Jin.

—¿Qué?

—Nada, nada... yo... uh, lo siento Tae, por no haberte contestado. Estoy bien, solo que...

Jungkook muerde su labio mientras piensa en las palabras que va a decir, está conmovido por la intención de Taehyung. Pero le dolía el pecho y pensaba en todo lo que había pasado el día que lo visitó su padre.

A Jungkook le gustaba Taehyung desde tiempo atrás, pero su padre le había dicho toda la vida que eso no era normal, por lo que se lo negaba constantemente. Ese día solo le preguntó que pensaría si estuviera saliendo con un chico, y cada palabra de su progenitor se clavó en su corazón y lo llenó de culpa. Se sentía culpable con su necesidad de aprobación paternal, pero Taehyung lo hacía feliz. Lo evitó toda la semana por el intenso sentimiento de culpa, pero en realidad no se sentía capaz de alejarse de él como si nada, y negar lo mucho que lo quería.

—Lo de mi papá... es que... —suspiró, sin saber que decir. La culpa de nuevo acaparando sus pensamientos.

—Yo... lo sé, Kook. Sé como es y... —mordió su labio con temor de equivocarse con sus palabras, pero continuó. —Me gustas mucho Kook, te quiero... y a mí no me importa lo que piense nadie de lo que siento por ti, porque... se siente bien... se siente bien verte dibujar en clase, verte reír cada que vemos ratatouille, verte poner una carita de asco cuando como helado de menta. Se sienten bien las mariposas en el estómago, cuando me abrazas o me besas. Y hay muchos detalles que hacen que no me importe lo que piense alguien más... y sé que es más fácil decirlo que hacerlo, pero me gustaría que a ti tampoco te importara...

Jungkook miraba al suelo ocultando el sonrojo que se extendía a sus orejas, sus manos jugando con las asas de su bolsa. Siempre las cursis palabras de Taehyung lo conmovían al punto de que le daban ganas de llorar.

—Aunque está bien... está bien si no quieres. Sabes que no me gusta que te sientas obligado... y si decides que no quieres estar así conmigo, lo entiendo y solo... me gustaría pedirte que no te alejes de mí y me dejes seguir siendo tu amigo... prometo que será todo como antes y-

Se vio interrumpido por un cálido y repentino abrazo de parte del castaño. Quien a este punto no podía contener más el nudo en la garganta y las lágrimas comenzaban a descender por sus mejillas. Taehyung le devolvió el abrazo acariciando su espalda, la bolsa había quedado en el suelo pero a Jungkook no le importaba nada más que abrazar a Taehyung.

Y la culpa de Jungkook ya no era con su padre, sino con Taehyung por haberle hecho sentir mal. Y era tan comprensivo que se sentía derretir en sus brazos.

—N-no llores, Kook... ¿dije algo malo?

Jungkook se separó un poco del abrazo y tomó su rostro dejando un salado beso en sus labios.

—¡Lo siento TaeTae, por todo! yo... por supuesto que no quiero ser solo tu amigo, me gustas mucho... quiero estar contigo así.

Taehyung le sonrió embelesado por el beso recién recibido y las bonitas palabras del castañito. —No te tienes que disculpar, Kook. —murmuró sobre sus labios antes de dejar otro piquito en ellos.

Jungkook abrazó su cuello, impaciente por recibir un beso un poquito más largo. Así que unió sus labios comenzando a moverlos despacio, siendo correspondido al instante.

Aunque no duró mucho, pues la puerta de la casa de Jungkook fue abierta. Se separaron rápidamente y voltearon al mismo tiempo.

—Eh... ¡no, no! sigan en lo suyo... ¡buenas tardes, Tae! bueno... los dejo, no tardes mucho Jungkook, necesito las compras. —dijo la madre del castaño, cerrando la puerta después de interrumpir el momento.

Taehyung rió bajito viendo a Jungkook esconderse en la curva de su cuello, sintiendo su carita tan caliente de la vergüenza.

—Estás rojito, Kook.

—Estás rojito, Kook

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
blush, taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora