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Nathan salió de la ducha únicamente con una toalla blanca al rededor de su cintura, su torso marcado estaba al descubierto y con algunas gotas de agua aún escurriendo por el, como el baño está frente a la habitación, decidió cruzarse, y sin mirar retirar la toalla, rápidamente se escuchó un gritó, el hombre se giró descubriendo que Nathalie estaba acostada viendo todo.

─¡Vete!─ le lanza una almohada, el hombre la toma y cubre sus partes bajas

─¡Tu deberías irte está es mí habitación!.

─¡Es mí departamento!.

El hombre bufo, y regreso al bañó, Nathalie ahora estaba roja como tomate, acababa de ver a un hombre desnudó, y en sus más retorcidos pensamientos, eso no le desagradaba, ¿estaba mal en pensar así de ella misma, o aunque Nathan sea ella, pertenece a otro universo y es una persona distinta?, rápidamente sacudió su cabeza, borro todo pensamiento y decidió salir de la habitación para regresar a la sala, cuando Nathan escucho la puerta salió del baño y entro en el cuarto, tomo del clóset un pantalón estilo pijama negro, una playera bastante más grande que su talla color negra y salió a enfrentar a su versión femenina.

─¿Que hacías allí?, pensé que estarías aquí cenando─ hablo mientras se pasaba a espaldas de Nathalie

─Estaba cansada, quería relajar mis piernas, nada más, ¿que haces saliendo así del baño?─ cuestióno sonrojada

─Bueno, siempre lo hago. . .

─No debes tener malas costumbres─ se gira y lo mira, ambos chocan miradas ─Creo que deberíamos terminar todo esto, dejar las cosas como están, tu deja de ser infantil y vuelve con tu esposa, agradezco tu ayuda pero no soporto más

─Vamos Nathalie no me fijas que te asustaste por verme, es como si encontrarás a un hermano, no te pongas histérica.

─¡No eres un hermano, eres un sexy y atrevido hombre de otro universo!─ gritó

─Es el primer piropo que me dan en años─ medio sonríe y se recarga sobre la mesa, la contraria se pone más roja ─Tu también eres una sexy y atrevida mujer de otro universo, pero no digo nada

─Tu llegaste aquí diciendo que somos la misma persona y ahora sales con eso─ se acerca a el ─¿Estás jugando conmigo?─ el se queda callado ─Si eres de esos, me da asco compartir personalidad contigo

─¿Me crees un patán?─ la toma por las muñecas, ella lo mira ─Soy un hombre respetuoso y bien portado, pase toda mí vida complaciendo a los demás, si ser libre por unos instantes me hace un criminal, soy culpable

─Si pasearte desnudo frente a una mujer es tu idea de libertad, déjame decirte que no eres ningún hombre buen portado─ el se ríe, la suelta y lleva sus manos a la cintura, apegandola hacía el

─No me paseo desnudo delante de cualquier mujer, solo con mí esposa y si tu me viste fue porque te quedaste callada hasta que quite la toalla─ alza una ceja ─Tal vez eres tu la que juega

─No creí que fueras a quitartela, y. . .¿que diría tu esposa si te viera así conmigo?.

─Estaria furiosa, pero no la veo aquí, y lo que pasa en este universo se puede quedar aquí.

─Si eres un patán─ el la suelta ─Uno gigantesco

─Soy un súper villano, no esperes un príncipe en armadura brillante─ se encamina a la cocina

─Que hayas hecho lo que hicimos no te da derecho a comportarte como un tonto─ lo siegue

─Tal vez no, pero sabes Nathalie, estoy cansado de ser perfecto y callarme las cosas, Gabriela me acuso de traicionarla únicamente por haber aceptado organizar un evento, tu me tratas de pervertido por haber intentado cambiarme sin siquiera saber que estabas ahí─ suspira

─Esta bien, tienes razón tal vez exagere, pero no puedes culparme, si un hombre─ hace una pausa y desvía la mirada ─Tan apuesto como tu hace eso, no creo que haya mujer que se resista. . .

─No te preocupes, acepto mí culpa─ suspira rendido

Nathalie se siente mal por todo lo que había sucedido y decide abrazarlo repentinamente, el se sentía tan cálido a pesar de no haberla correspondido, los dos se quedan así uno segundos hasta que ella se separa.

─Creo que es mejor que regrese a la mansión.

─¡No!─ la sostiene y la abraza de nuevo ─Es tarde algo te podría pasar; lo siento, tienes razón en todo, soy un tonto y patético hombre que solo sabe hacer el ridiculo

─Y yo una tonta mujer que se enamoró de su jefe, solo te cargo mis mal estares, debería ser yo quien pida perdón, tu no eres el responsable de mí odio hacia los hombres─ suspira

Ambos se miran, se pierden en el otro y ahí pasa lo que debió pasar hace varios días, los dos unen sus labios en un tímido y corto beso, luego se separan y se dan la espalda, absolutamente apenados.

─Perdon─ dijo el rascando su nuca

─Yo─ susurró ella y se giró ─Yo no debí, tu estás casado, pero─ guarda silenció y el se gira

─Se sintió tan bien. . .

Los dos repiten el acto, ahora dejando de lado la timidez, su beso incrementa hasta que ambos así unidos se recluyen en la habitación.

Mientras tanto, en la mansión Agreste, Emilie, Gabriel y Adrien estaban sentados en el comedor en absoluto silencio, mientras Amelie buscaba las palabras adecuadas para enfrentar a su hermana y cuñado.

─Entiendo perfectamente lo que sucede, no lo apruebo, pero la terapeuta dice que Adrien necesita cerrar este capítulo con ustedes.

─Ya le expliqué a la tía que no tengo nada que hablar con ustedes pero no lo entiende─ intervino el rubio ─Mi madre murió hace tres años y mí padre hace meses, cuando decidió cometer un terrible error

─¡Sacrificar a esa niña valió la pena para traer a tu madre de regreso con nosotros, desagradecido!─ grito Gabriel, Emilie miraba hacía abajo

─Solo importa tu felicidad. . .mientras tu tienes al amor de tu vida contigo, yo la perdí, escucho su voz todo el tiempo, la veo en sueños, ¡ya no puedo continuar así!, ¿cómo quieres que haga como si nada paso?, ¡¡arruinaste mí vida!!─ llora ─No solo la mía, sino que la de Nathalie también, la volviste una fiel seguidora tuya, llenaste su mente de malas intenciones y me hiciste odiarla, ¿cómo es que duermes en las noches después de haber hecho todo esto?

─Suficiente─ hablo Emilie ─Los hechos no se pueden cambiar, ¿pretendes que entregué mí vida a cambio otra vez?, ¡lo haré!, pero no puedo verlos pelear

─No quiero eso, tu no tienes la culpa de los actos de este monstruo─ se levanta ─No quiero verlos nunca más, los odio, espero entiendan que no de pueden jugar así con la vida y la muerte─ camina hasta la salida y se va, Emilie se larga a llorar

─Los mantendré en contactó─ acotó Amelie y sin argumentar más palabra, se fue junto con Félix

Gabriel resoplo y luego abrazo a Emilie la cual lloraba sin consuelo, prefería estar muerta que vivir con el dolor del desprecio de su propio hijo.

 

Miraculous Multiverse: Reactivando los viajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora