Capitulo XVII

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Witten es una ciudad alemana en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, situada en la parte central de la cuenca del Ruhr entre las ciudades de Bochum y Dortmund. La ciudad cuenta con 96.700 habitantes (2017) y es, con una superficie de 72,4 km² , la cuadragésimo primera en extensión.

700 habitantes (2017) y es, con una superficie de 72,4 km² , la cuadragésimo primera en extensión

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Alemania se encontraba en extremo frustrado, rastrear el celular que lo había llamado no sirvió de nada, no sabía dónde estaban Rusia y México, tenía tres días sin dormir esperando al malparido de norcorea y lo peor del caso es que no sabía si él podría ayudar con eso. Si no podía ayudar... No sabría qué hacer.
Alemania escuchó su celular sonar y prácticamente se lanzó sobre este para contestar lo más rápido que podía.
–¡Corea del Norte si no estás aquí en tres segundos arrancaré tu cabeza de tu cuerpo y la daré de comer a Flecken!– amenazó Alemania entre gritos al celular como si tuviera al norcoreano frente a él
–Estoy afuera Alemania, tengo media hora tocando el timbre y nadie abre, creí que no estabas en casa– respondió con calma el norcoreano sorprendiendo al pelinegro quien salió corriendo a la ventana viendo a través de está a Corea del Norte frente a la puerta con su celular en mano
Alemania colgó la llamada y le abrió al pelinegro quien entró en la casa como si fuera suya quejándose por la tardanza del alemán hasta que se volteo notando el terrible aspecto que portaba el chico de lentes.
–No te ofendas amigo, pero te ves como si algo te hubiera vomitado... Y no algo bonito
–¡¿Quieres cerrar la boca un momento y escucharme?!– le gritó con rabia Alemania al chico con un parche en su ojo antes de suspirar exhausto– Los chicos tienen tres días sin aparecer y hace poco recibí una llamada de un celular desconocido, traté de rastrearlo esperando que sean ellos pidiendo ayuda pero no lo logré
–Dame el número de teléfono– pidió el norcoreano mientras se sentaba en una mesa y abría su laptop
–De acuerdo– Alemania sacó su celular y buscó en su registro de llamadas– Es el +352 ××× ×× ××
–¿352?– pregunto norcorea apartando la mirada de la computadora pera ver a su contrario– ¿Realmente dijiste 352?
–Ese es el número, ¿Pasa algo?– interrogó Alemania confundido viendo a su contrario
–Lo siento no puedo hacer nada por ti– dicho eso norcorea guardó su laptop y camino a la salida de la casa seguido por un confundido alemán
–Dime que ocurre, ¿Por qué no puedes ayudarme?, ¿De quién es el número?, ¿Es algún departamento de policías?– Alemania comenzó a bombardear a su contrario con múltiples preguntas siguiéndolo hacia la puerta, no podía dejarlo ir dejándolo a él sin respuestas
–¡Es un grupo de traficantes!¡¿De acuerdo?!– respondió exaltado el norcoreano volteando hacia el alemán– Trafican droga, armas, órganos e incluso gente, incluso contenido morboso en fotos y vídeos no puedo ayudarte contra ellos ya que estoy aliado con ellos, son demasiado poderosos
–Si estás aliado con ellos puedes conseguir información sobre el celular, incluso saber el paradero de Rusia y México– comentó con algo de esperanza el pelinegro mirando a su contrario con una ligera sonrisa la cual se borró cuando vió al norcoreano negar con la cabeza
–Si Rusia y México están con ellos, damos por muertos– respondió el pelinegro de parche para posteriormente recobrar su camino a la salida
–¿Y que esperas que haga?
–Reza a tu dios por que hayan escapado con el dinero de la compra y vuelvan en unos días más– dicho eso Corea del Norte salió de la casa dejando al alemán solo, Alemania pasó sus manos por su cabello con frustración y subió a su oficina, debía encontrar algo... Lo que sea
La mirada de Alemania se poso en una mesa pequeña dónde estaban unos lentes negros sobre está, esos lentes le traían tantos recuerdos... Y tal vez... Una idea.

Ámame o mátame ¡Pero hazlo ya!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora