Bullying IX

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Por la mañana los países estaban camino a la escuela y el menor venía muriendo de nervios; en cuanto llegaron Alemania bajo del auto y entró a la escuela rápidamente dejando a Rusia solo con México.
–Cálmate– ordenó Rusia mirando a México por el espejo del retrovisor– Estás muy pálido y tembloroso, así todos sospecharan que hiciste algo malo
–¿Cómo quieres que me calmé? si estoy apunto de ir a una escuela donde lo más probable es que haya policías y no creo poder luego de... De ese chico– cuestionó México haciendo se bolita en su lugar y escondió su rostro en sus piernas molestando al ruso
Eso tomará un largo rato...
Por otra parte Alemania se encontraba caminando rápidamente por los pasillos de la escuela con dirección a la enfermería– vamos Alemania, se que podrás persuadir lo sin que entre en pánico y por ende intenté delatar te– murmuró él alemán mientras pensaba en sus palabras para explicarle al canadiense lo que pasaría con él, Alemania finalmente llegó a la enfermería, se paró frente a la puerta y suspira profundamente– Bien, aquí voy...– entra a la enfermería y ve a Canadá acomodando unos medicamentos, Alemania cerró la puerta detrás de él para evitar ser visto por otros Country's curiosos
–¿Eh?– Canadá escuchó el sonido de la puerta así que se volteo topando se con el alemán quien lo mira muy seriamente– A-Alemania, ¿Qué?... ¿Qué es lo que haces aquí?– tartamudeo con nerviosismo el canadiense al ser prácticamente asesinado con la mirada del mayor
Alemania por su parte se acerca a Canadá hasta arrinconarlo contra una pared y dejarlo sin escapatoria
–¿Qué haces?– cuestionó el canadiense sin apartar la vista a los ojos de Alemania quien también estaba sin apartar la mirada de Canadá, ambos países tenían una silenciosa batalla de miradas hasta que Alemania rompió el silencio
–Si dices una sola palabra morirás así que irás a vivir con Rusia y yo como un prisionero para que tengamos vigilancia sobre tí y el fríjol– hablo en un tono autoritario muy propio de él pero Canadá se mostró confundido con sus palabras
–¿Hablar? ¿Frijol? Alemania, ¿Estás bien?– pregunto Canadá mientras ponía una mano en la frente de Alemania tomando su temperatura corporal
–Cállate y déjame seguir– demandó el mayor más en un regaño que en una orden pero Canadá hizo oídos sordos a las palabras de Alemania y le dió leves empujones hasta sentarlo en la camilla
–Debés estar delirando, siéntate en la camilla, por lo visto tienes fiebre así que te daré una pastilla– Alemania iba a protestar pero Canadá le dió una pastilla juntó con una nota doblada acompañándola– Ve a tomarte la pastilla, si te sigues sintiendo mal vienes para que firme el permiso de retiro– explico Canadá y discretamente señaló la nota con sus ojos haciendo que Alemania se interese en está, mirá la nota con el seño fruncido en confusión y la Lee discretamente [gracias al accidente pusieron cámaras y micrófonos en los salones "especiales" hablamos después de clases]
Alemania levantó la vista de la nota y Canadá estaba actuando como si nada, el canadiense siguió el protocolo establecido en la enfermería y Alemania le siguió la corriente saliendo del salón luego de agradecerle el medicamento; una vez fuera tiro la pastilla en el primer cesto de basura que encontró y se fue a sus clases pensando en lo que acababa de ocurrir en la enfermería, Canadá pudo fácilmente dejarlo confesar todo y los habrían encerrado a el y a Rusia pero en lugar de eso cubrió sus actos advirtiéndole también sobre las cámaras que pusieron en la escuela. Llegada la hora de salida, Alemania fue a reunirse con Canadá detrás de la escuela donde no había cámaras ni micrófonos, cosa que él mismo comprobó pues desde que Canadá le advirtió sobre lo ocurrido le entró una clase de paranoia y estuvo al pendiente de las cámaras de la escuela.
–¿Sabés algo más que no me hayas dicho?– pregunto el alemán yendo directamente al grano de la conversación
–Si buenas tardes para ti también– Canadá se cruzó de brazos y vio con diversión al mayor quien no mostró expresión alguna o intenciones de devolver el saludo– No te vayas a morir por saludar; las cámaras fueron puestas en lugares como la dirección, el salón de maestros, la enfermería, el auditorio, el salón de artes y la biblioteca. Sin embargo, los micrófonos fueron puestos solo en algunos de esos salones, solo se de la enfermería pues cuando llegue pude ver el micrófono junto a la cámara, de las cámaras me enteré apenas en la mañana gracias a la enfermera
–¿Es todo? ¿Algún otro cambio?– cuestionó Alemania terminando de anotar todo en una pequeña libreta para después darle la información a su hermano
Canadá vio al mayor anotando y se disponia a seguir hablando con el hasta que recordó algo que lo hizo tronar la lengua para llamar la atención de Alemania, posteriormente habló;– Primero que nada yo quiero saber algo, ¿Qué me quisiste decir en la mañana? Con todo ese alboroto no te entendí nada– preguntó Canadá mirando de manera acusatoria al alemán quien sonrió divertido
–Tienes agallas para intentar darme una orden aún que sea mínima– reconoció el alemán dejando de lado por un segundo sus apuntes– Te informaré de lo que tengas que saber SOLO cuando lo tengas que saber, no cuando quieras
–Podría delatarlos a la policía– amenazó Canadá logrando enojar al mayor quien guardo su libreta y su pluma antes de sacar un guante gris de su bolsillo
–Podrías hacerlo–comenzó a hablar Alemania mientras se ponía el guante en su mano derecha– Claro que puedes delatar nos a la hora que quieras y cuando tú quieras pero la cuestión está en… ¿Quieres seguir viviendo?
Todo ocurrió en cuestión de segundos, Alemania saco una pistola que estaba dentro de un bolsillo internó en su saco, la recargo y apunto a Canadá quien sin miedo tomo la muñeca de Alemania doblando su brazo hacia su espalda y arrebatándole el arma para ponerla en la cabeza del europeo quien ni siquiera intentó luchar, en su lugar comenzó a reír cínicamente.
–Dispara si tienes huevos– lo reto Alemania aún con una sonrisa divertida en su rostro– Ninguna de mis armas tiene huellas digitales, si disparas las únicas huellas serán tuyas y no habrá otra explicación a la policía, solo piénsalo; “Ayudante de enfermería en una escuela mata a un estudiante y días antes dispara a su propio hermano mandando lo al hospital”, es un buen encabezado para los medios ¿No?
–Bien jugada– gruñó Canadá entre dientes molesto con Alemania para luego soltarlo y devolverle el arma
Alemania puso el seguro a la pistola antes de limpiarla con un pañuelo que siempre cargaba y posteriormente la guardó mirando a Canadá. Él alemán tomo su libreta y comenzó a anotar de nuevo los datos que Canadá le daba, una vez terminó anotó en otra hoja.
"Canadá controla el combate/defensa cuerpo a cuerpo y sabe desarmar a alguien, sospecho que no es la primera vez que se enfrenta a alguien armado; mantener vigilancia"
–¿Ahora sí tengo que saber lo que ibas a decirme en la enfermería?– interrogó el menor mirando a su contrario quien rió levemente como si le hubieran dicho algo gracioso– ¿De qué te estás riendo?
–No te preocupes, yo te diré cuando tendrás que saber sobre eso– Alemania respondió con una sonrisa divertida en su rostro que molesto al menor, el europeo se giró dispuesto a irse del lugar pero el norteamericano de habla francesa lo hizo detenerse con un comentario;– No sé qué tramas Alemania, pero mantente lejos de Nueva España
–Así que... Te importa México– Alemania se giró de manera elegante con una mirada tan obscura que hizo a Canadá temblar levemente en su lugar– Tú querido "Nueva España" no es tan inocente como te hace ver; al menos no desde hace unos días, ¿Quién diría que entró al juego verdad?
–¡¿Qué hicieron con México?!– preguntó Canadá exigiendo una respuesta pero Alemania solo soltó una risa mezclada con un bufido y volvió a su camino dejando atrás a Canadá quien se estaba muriendo de rabia, nervios y miedo, todo mezclado en una terrible sensación de ansiedad la cual no tardó en recorrer su cuerpo
Canadá entró de nuevo a la escuela y comenzó a caminar por todos los pasillos con un solo objetivo en mente, encontrar a México.
Por otro lado el pequeño México se encontraba de vuelta en la casa del ruso; hace media hora habían llegado de la escuela, México se cambió y luego bajo, llevaba al rededor de quince minutos detrás de Rusia quién estaba leyendo un libro en la biblioteca de la casa; México mordía sus labios ansioso por preguntar al mayor lo que tanto lo molestaba pero, tenía miedo, tenía miedo de la reacción que Rusia podría tener, o tal vez tenía miedo de la respuesta que podrían darle; México no quería hacer un sonido o movimiento mínimo, solo estaba de pie detrás de Rusia, el menor quería correr lejos de ahí pero estaba paralizado, sentía que estaba frente a un animal carnívoro el cual lo mataría si hacía un solo movimiento en vano.
–¿Qué quieres?– la voz de Rusia sacó a México de su shock y miró al europeo quien seguía en su lectura– ¿Qué haces ahí parado?
–Y-yo aah...– México miró con nerviosismo al ruso y comenzó a tartamudear– ¿N-no se supone que iba a hablar con Canadá?
–Si, pero hubo un cambio de planes– respondió el ruso aún enfrascado en su lectura– Alemania se encargará de tú amigo
–No! No le hagan daño... Por favor...– suplicó México con lágrimas en los ojos y Rusia comenzó a reír
–Alemania se encargará de él como yo me encargué de ti, ¿Entiendes?, Mi pequeño щенок– Rusia volvió a su lectura y México estaba más asustado que antes, por su mente pasó la idea de que prefería que maten al canadiense antes de que esos psicópatas asesinos le hagan algo pero no quería adelantar la situación, sabía que si algo tenían los hermanos europeos es que no puedes esperar nada de ellos, pueden actuar en contra de todo lo que esperas
–Como te encargaste de mí... ¿Traumado lo?, ¿Obligando lo a manchar sus manos?– México miró con terror al ruso y esté se encogió de hombros restándole importancia al tema
–Tal vez haga todo eso, pero tal vez no haga nada, Alemania es muy impredecible– respondió el mayor dejando su lectura de lado y mirando al mexicano– Ahora deja de indagar dónde no debes щенок, o ¿Te recuerdo que tú curiosidad te medio en ésto?
México salió de la biblioteca con un sabor amargo en la boca, quería saber que iban a hacer con el canadiense pero, a la vez no quería saber nada de eso pues sabía que si llegaban a lastimarlo física o mentalmente no soportaría eso. México finalmente se decidió por ir a dormir, tomó una ducha, se puso su piyama y se acostó en su cama, luego de unos minutos finalmente había caído en los brazos de Morfeo.








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By: Elraton_debiblioteca
ᘛ⁐̤ᕐᐷ

Ámame o mátame ¡Pero hazlo ya!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora