♡ | DÍA O5. DAFFODILS

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Al principio, Toga no entendió lo verdaderamente estúpido de su acción hasta que la consecuencia le pesó tan grande

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Al principio, Toga no entendió lo verdaderamente estúpido de su acción hasta que la consecuencia le pesó tan grande. Y eso fue la ausencia de Ochako en su vida.

Ambas han sido mejores amigas por tanto tiempo. Y al llegar a la preparatoria una idea de perder esa amistad nunca fue posible y nunca surcó en su cabeza. Pero cometió un terrible error que hirió a mejor amiga.

Así que había planeado por una semana una disculpa por el error cometido. Con la espera de que este detalle pudiera expresar lo tanto que sentía y no podía decir.

...

En sus manos lleva un pequeño ramo de narcisos, sujetos con una cinta amarilla igual a la de las flores.

Toga había encontrado que el narciso al regalárselo a los amigos daba connotaciones de un fuerte lazo de amistad, agradecimiento y sobre todo es también mensajero de disculpas en el caso de haber errado en alguna acción.

Toga sabe que Ochako es consciente del lenguaje de las flores. Así que sabe que por mucho que la ansiedad no la deje hablar y pedir disculpas correctamente. Sabe que esto es lo correcto y ella lo sabría.

Al acercarse al aula en esa mañana, ve cómo hay algunas otras personas charlando y estando fuera de sus asientos como es normal a esta hora.

Y entre todas esas pocas personas está la que tanto busca, quien siempre recurre venir temprano. Sentarse en su lugar mientras espera el inicio de la clase.

Ahí estaba Ochako sentada, mirando por la ventana con su rostro sobre su mano.

Es una vista tan bonita, que la hace sentir tan mal.

Con una inhalación profunda, Toga se arma de valor y entra al aula.

Como es normal los presentes voltean a ver, pero en esta ocasión no es ignorada como suele ser solo por el ramo de flores amarillas llamativas que carga en sus manos.

Pero nada de eso le importa a Toga. Mucho menos que esté provocando cotilleos que van desde "que bonitas flores" a "¿qué chico se las habrá regalado?"

Su objetivo está cada vez más cerca. Qué no la mira, que sigue sumergida en el paisaje de afuera.

Y ahora que está cerca de Ochako. Tampoco lo hace. Puede que la esté ignorando o solamente no se ha percatado. Pero sea lo que sea con un ligero toque en su hombro la hace voltear a su dirección.

―Toga ―su nombre salió como una sorpresa.

Pero Toga sólo extendió el ramo de flores justo enfrente de la cabeza de Ochako.

―¿Qué pa-...? ―Ochako se corta de inmediato. Observando con sorpresa las flores― ¿Son para mí?

―Si ―. Logra articular Toga.

Los ojos de Toga están abiertos de una angustia palpable. El miedo se cuela en sus manos temblorosas que se vuelven igual parte de lo que la delata de sus nervios.

―Toga yo...

―¡Por favor acéptalas! ―cerró los ojos, los aprieta por la inseguridad que le dice que será rechazada. Que no obtendría un perdón.

―Claro, Toga –. Ochako aceptó el ramo. Y Toga siente que un gran peso se ha ido de su cuerpo. Tanto que quiere llorar del alivio.

―¡Gracias Ochako! ―corre a abrazarla. Sorprendiendo a la otra.

―No tienes que agradecer Toga. Creo que ambas solemos ser muy tontas por pelear por cosas tontas.

―Me gusta ser tonta contigo ―dice Toga limpiando las lágrimas con la manga de su suéter― ¡pero no de esta manera! A la próxima que vuelva a ser una tonta colosal dame una cachetada.

―No haría eso ―Ochako ríe.

―¡Debes!

Ambas se funden en otro cálido abrazo. lleno de perdón entendido con solo un ramo de narcisos.

Togachako week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora