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"Narradora"

Ocho acariciaba la mano de Cinco mientras le leía un libro.

— Ocho, espera — Mirándola.

Ella lo mira y ladea la cabeza.

— Me gustas tú — Susurra.

Separa sus labios emocionada, pero lo ocultaba — Tu me gustas, también — Se sonroja.

Sonríe orgulloso — Lo s...

— Número Cinco... ¿Número Ocho? ¿Quien te permitió venir? — Frunce el ceño.

Traga en seco — Papá, no me gusta estar ahí escondida.

— Estas castigada, sígueme — Empieza a caminar.

Lo mira — Te amo — Susurra.

— Yo a ti.

Ocho siguió a Reginald, cabizbajo, hasta llegar al sótano.

La encierra — Te vuelvo a ver fuera de aquí, y te pongo una cadena en el tobillo— Sale del sótano.

La chica empezó a llorar mientras tapaba su cara con sus menos sentada en su cama.

Por el lado de Cinco. El señor Reginald, fue a ver cómo estaba y le dio la noticia de que se iría unos meses fuera del país por los negocios. Este asintió y cerró los ojos para descansar un poco.

...

— Te doy de alta, cariño.

Cinco Sonríe con emoción — ¿Puedo bajar al jardín a jugar con mis hermanos?

Obviamente, Cinco no iría para jugar con sus hermanos, sino, a visitar a su amada.

— Claro — Le muestra una pequeña sonrisa para luego retirarse de la enfermería.

Cinco feliz, se teletransporto al sótano
— Bonita, ¿Hey qué pasa? — Se le acerca y se sienta a su lado.

— Papá me amenazo con ponerme una cadena en el tobillo si volvía a salir — Seca sus lágrimas — No podremos vernos y tampoco ir a ver el atardecer.

— Tranquila, se fue varios meses del país, estaremos juntos — Agarra su mano y la mira sonriente — Ahora vamos a la playa.






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