"Sus brazos me rodeaban con posesividad, era consiente de que debía pararlo, pero mi cuerpo no reaccionaba a otra cosa que no fuera él. Sus ojos habían adquirido un toque travieso, y su respiración se volvía cada vez más pesada, ¿o era al revés?
- Voy a besarte Leyla - susurró haciendo que mis piernas temblaran.
¡Hazlo! Quise gritarle.
Lentamente fue acortando la distancia entre ambos.
- Laurent - pronuncié su nombre con voz queda, lo cual pareció gustarle, ya que una sonrisa maliciosa se extendía sobre sus labios.
Su cabello rubio me hacía cosquillas en la frente por la proximidad, y sus ojos azules me observaban como todo un depredador.
Estaba tan cerca, sentí su aliento en mis labios, mis manos estrujaron su camiseta entre mis puños.
- Bésame - dije perdiendo la cordura..."
- ¡¿Aine, donde estabas!? - gritó Katie entrando a mi habitación.
-¿Aquí en mi cuarto? - respondí enfadada.
- ¿Por qué estás molesta?
- Porque estaba leyendo, al fin Leyla cedió, y estabamos a punto de besarnos con Laurent, ¡me sacaste de ahí! ¡Casi podía ver y respirar la tensión entre esos dos! - expliqué moviendo mis manos exageradamente.
- Ay Aine, debes dejar de soñar despierta con chicos que no existen - me miró con una mueca - ¿sabes qué? Te ayudaré a limpiar las malas energías de tu habitación.
- ¿Y eso que es? - pregunté viendo cómo sacaba algo de su bolso.
- Son hojas de laurel, dame un momento - ¿y ahora a esta que le había entrado? Bueno no me quejaba, muchos de sus extraños inventos me ayudaban. Minutos después la vi entrar con una olla, y un frasquito de canela.
- ¿Que vas a hacer con eso?
-Voy a quemar las hojas de laurel con la canela en la olla - me explicó.
- Ah bueno - no sabía que más decir.
-Listo - dijo al terminar - tu habitación está limpia ahora. Deberías aprovechar esta noche, la luna está en su máximo punto, es bueno momento para pedir deseos.
- Okey... - me encogi de hombros.
- Bien, debo irme, ya es tarde, solo venía a ver como estabas - se acercó corriendo y me dio un beso en la mejilla - oh, y recuerda que al pedir el deseo debes creer en que se cumplirá.
- Si si
- Y no olvides llevar un cuarzo rosa en tu sostén cuando salgas - no entendía con exactitud para que era eso pero asentí.
- Al fin, ¿por donde iba? Ah si.
"... sentí su aliento en mis labios, mis manos estrujaron su camiseta entre mis puños.
- Bésame - dije perdiendo la cordura..."
- ¿Aine cariño tienes hambre?
Por Hécate.
- No mamá - respiré hondo para calmarme - estoy bien ya es algo tarde de todos modos.
- ¿Estás segura?
- Sip - asentí efusivamente - ?ahora, ¿puedo...? - levanté el libro enseñándoselo.
- Oh, si claro, lo lamento hija, no sabía que estabas leyendo.
- Descuida mamá - le sonreí.
- Bueno, no te quedes hasta tarde despierta - cerró la puerta tras si.
- Okey.
"... mis manos estrujaron su camiseta entre mis puños.
- Bésame - dije perdiendo la cordura..."
La luz repentinamente se fue dejándome a oscuras en la habitación.
¡TIENE QUE SER UNA ESTÚPIDA BROMA!
Rápidamente tantee la cama buscando mi teléfono, cuando lo sentí lo agarre rápidamente y encendí la linterna, nada evitaría que continuara mi lectura.
"Bésame - dije perdiendo la cordura..."
Mire a todos lados esperando que algo pasara, nada pasó así que volví la mirada al libro.
"Y así lo hizo, de un momento a otro sus labios estaban sobre los míos moviéndose con una lentitud exasperante.
Era mejor de lo que había imaginado sentía como si hubieran estallado miles de fuegos artificiales detrás de mis ojos. Estaba mal, pero Dios, se sentía maravilloso.
Estaba besando a Laurent Vanuatu"
-¡Al fin! - salté sobre la cama moviendo mis brazos como loca - luego de veintinueve capítulos al fin se besaron - canturreé entre risas, probablemente parecía una loca pero bah.
Me tapé la cara con las manos, luego me las quité y me senté de golpe en la cama para abrir el libro y releer esa escena, la leí de nuevo haciendo que soltara un chillido cerrando abruptamente el libro de nuevo, para levantarme y cantar como una loca "We are the champions" mientras saltaba por la habitación.
Luego de unos diez minutos de aquella emoción me tiré en la cama soplando los mechones de cabello que me habían quedado en la cara, respiré hondo y sonreí a la nada.
- Bueno - me senté - sigamos - agarré el libro de nuevo.
Así pasó toda la noche, cuando me di cuenta ya eran las dos de la mañana y había terminado el libro, mi madre seguramente me daría con la chancla si se enteraba que estaba despierta.
Puse el libro en su lugar, en una repisa especial que tenía reservada para los libros que más me gustaban.
- Laurent, te has ganado tu puesto - dije admirando el encuadernado - Te presento a tus compañeros, Andri, Zachary, Nathaniel, Axavel, y Aleksi - señalé cada libro restante - de seguro te llevarías bien con Andri y Zachary, sus personalidades son parecidas, Nathaniel es un poco serio, pero mejor no te acerques a Axavel y a Aleksi, el primero está demente y el segundo es bastante borde.
Si alguien me viera pensaría que se me ha zafado un tornillo, pero bueno dicen que hablar solo es señal de inteligencia superior.
Apagué las luces, pero no hizo mucha diferencia, ya que la luna iluminaba toda la habitación, estuve a punto de meterme debajo de las sábanas pero algo me detuvo.
Me senté en la ventana de mi habitación y me quedé un rato ahí. "Deberías aprovechar esta noche, la luna está en su máximo punto, es bueno momento para pedir deseos" casi escuche la voz de Katie..
Bueno, no pasaba nada con intentarlo ¿no?
- Huh... ¿Como se supone que debo hacer esto? - susurre para mi misma - Eh... Señora luna, mmm... Buenas noches, siento si le estoy quitando su tiempo - me rasque la parte de atrás de la nuca sin saber como seguir - Yo... Bueno, mi amiga Katie dijo que hoy era un bueno momento para pedirle un deseo, así que... - no funcionará si no crees Aine, me repetí - La verdad, mi mayor deseo es... - volví mi mirada a aquella repisa -... que ellos estuvieran aquí, conmigo - jugué con mis manos - que sean reales, poder abrazarlos y hablar con ellos - volví mi mirada a la luna - se que tal vez esté mal lo que estoy por decir pero... Cuando los conocí luna, me di cuenta que este mundo nunca será suficiente para mi, no sin ellos.
Contemple la luna por unos minutos más y luego me dirigí con pasos torpes a la cama, una vez acostada me cubrí con las cobijas hasta la cabeza. Suspiré, nada cambiaría solo por un deseo.
Pero claro, no tenía idea de que al día siguiente, mi vida cambiaría para siempre.
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Puedes concederme un deseo?
Fantasía¿Que pasaría si un de repente un día despiertas y descubres que los personajes masculinos favoritos de tus libros (si, aquellos con los que suspiras y ríes como desquiciada) se volvieron reales? Mi nombre es Aine y esto fue exactamente lo que me pas...