XXIV

187 22 3
                                    


Él estaba de rodillas ante mí, sin esperar más hice lo que mi corazón dicto primero: me lancé a sus brazos y junte sus labios con los míos. Para mi sorpresa esta acción de mi parte fue recibida con gusto por parte de mi contrario, tanto que me apegó más a él; al separarnos él me sostuvo fuertemente de la cintura y yo me apegaba a él como si fuera mi pilar central, porque para mí él era una parte importante y gracias a él podía derrumbarme o seguir adelante.

—supongo que si me extrañaste—dijo tratando de hacer el ambiente menos incomodo, se levantó y me ofreció su mano, la tomé con nerviosismo y quedamos de pie; juntamos nuestras frentes y nuestras manos se juntaron una vez más, él apretaba mis manos entre las suyas como si pensase que me alejaría, pero por más enojado que estuviese sería imposible, él buscó las palabras y volvió a mirarme—Alex...sé que tienes muchas preguntas, ¿Por qué me fui? O ¿Por qué no te dije nada? E incluso ¿Por qué soy un completo idiota que deja un año a la persona que le hace sentirse tan bien? Pues por lo mismo, soy un imbécil, pero si me dejas relatarte todo prometo que no te vas a arrepentir.

Esta vez fue mi turno de apretar sus manos, le transmití la confianza de que estaba bien y sonreí nuevamente en mucho tiempo.

—está bien.

—¿Enserio no me reclamarás?—dijo sorprendido, se ganó una mirada de furia por mi parte y relamió sus labios para hablar—no es que quisiese dejarte, ni mucho menos para alejarme yo...sinceramente estaba confundido. Me sentía atraído por ti y no estaba seguro si era verdad, yo no quería que estuvieses con un patán y fue por eso que intenté probar que pasaría si yo me alejase, fue duro pero en mi mente solo podía tener nuestros recuerdos felices al igual que creaba nuevos, eras tú lo único en que podía pensar-hizo una corta pausa y me abrazó escondiendo su rostro en mi cuello-sin dudas creo que no podría hacer esto con nadie más...Alex...yo...—pausó nuevamente, repasé nuevamente con mi vista ahora a la persona nueva que me mostraba el mundo, ya no era frío ni mucho menos una persona tan carismática, ahora se mostraba frágil y muy inseguro de sus sentimientos.

—tranquilo, a mí también me costó darme cuenta pero...si aún te gustan las chicas...puedes asumir que eres bisexual—asumí aquella respuesta, pero él negó, supuse que él explicaría lo que sentía.

—creo que el género es lo que menos me importa—pausó un momento—pero...Alex...yo...—era como si se formase un nudo en su garganta que le impidiera decirme la verdad, se levantó y se puso ante mí, ahora más determinado—...creo que te amo.

"Te amo"

Una expresión fuerte y bastante utilizada hoy en día, pero mayormente desgastada por el mundo al creer que toda persona se merecía esa palabra tan fácil pero a la vez tan difícil. Justo en aquella situación estaba yo: la persona a la cual siempre había querido, la cual creí que ni siquiera se detendría para mirar en mi dirección; ese chico de cabellos blancos y ojos soñadores estaba justo frente a mí diciéndome que creía que me amaba. Mi mente era un revoltijo de emociones, pero nunca fueron negativas, mi mente me decía "lo hiciste, hiciste lo que alguna vez pareció imposible".

—...aún no estoy seguro de nada pero...creo que si lo hago—dijo un poco más confiado, sin más volvió a esconder su rostro en mi cuello y sin razón aparente mi mano acariciaba su espalda.

El timbre sonó pero creo que era lo de menos, ninguno estaba de humor para recibir la primera clase y mucho menos aptos para ir y actuar como si nada cuando aún no habíamos resuelto las cosas completamente.

La inseguridad me mataba, tanto tiempo esperando este momento y ahora ¿No iba a responderle? Por más cobarde que fuera no podía dejarlo así; si Viktor realmente me gustaba debía admitírselo tal como dijo Carther: si dos personas saben que deben estar juntas a pesar de las declaraciones fallidas buscarán la manera de congeniar.

El Suicidio De Una Estrella | Yaoi / BL NovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora