Epílogo

147 13 2
                                    


El nombre de Zayn fue cambiado a Dion, lo explico mejor en los agradecimientos el porqué del cambio y la información sobre el nuevo proyecto.

Tres años más tarde...

Tomé mi mochila con calma y guardé mis cosas, nadie en la universidad tenía prisa de irse ya que todos parecíamos unos muertos vivientes; saqué mi teléfono y como siempre, no tenía ni un mensaje y menos una llamada, suspiré cansado y salí de mi salón para finalmente dirigirme a las puertas de la universidad, el infierno más grande que había.

Los pasillos de aquel lugar eran enormes, pero era fácil encontrar por donde salir y por donde entrar.

Apenas puse un pie fuera, mi teléfono comenzó a vibrar; un número desconocido me envió un mensaje, lo abrí para dejar de tener que verlo y lo leí en voz alta.

—necesito que vengas, tal vez esto sea raro e incluso inmaduro pero quiero hablar; hubieron cosas que nunca pude decirte cuando terminamos y creo tener la oportunidad ahora: V—sacudí mi cabeza intentando sacar aquellos pensamientos de odio de mi cabeza, habíamos terminado hace un año y medio y estaba seguro que ahora podríamos hablarlo como adultos racionales—ya que, esto debía pasar en algún momento supongo.

Camine a pasos lentos a la dirección que me fue enviada tiempo después; todo parecía tranquilo y en calma en la ciudad, le avisé a mi hermano que llegaría más tarde para que no se preocupara, también le escribí a mi madre en respuesta a sus saludos, finalmente se había separado de la bestia que era mi padrastro y ahora eran felices, Ian y Lauren vivían felices con ella pero no apartaba el hecho de que aún quisieran a su padre. Gracias a su separación, mi madre se dispuso a hablar conmigo y con Zayn para intentar hacer que nuestro lazo familiar volviera a ser el de antes, hablábamos y nos veíamos seguido aunque yo hubiese decidido vivir con mi padre y su pareja actual, mi madre por su parte nos había aceptado y ella era feliz con nuestras decisiones; lo que en un principio pareció imposible había cambiado y era finalmente una realidad.

Mi mente recayó en cuenta cuando finalmente había llegado, muchos padres y sus hijos estaban en el muelle admirando la hermosa vista, el esplendido atardecer frente a ellos y como las estrellas empezaban a aparecer.

—mira papá, una estrella—señaló un niño junto a su padre, una sonrisa se posó en mis labios al pensar lo que alguna vez dije de mí mismo y las estrellas; incluso estando solo me di cuenta que no necesito depender de alguien para mi felicidad, yo emitía mi propia luz y sería yo quien decidiese si me apagaría o no.

—sí, es la más brillante de todas—dijo la que parecía ser la hermana mayor de la familia, ella rió y su mirada reposó en mí, se cubrió la boca por la sorpresa y tironeó la camiseta de su hermano menor para que este se percatara de algo—¡Leo, Leo! Mira.

—¡Es Alex!—el pequeño sin más se me acercó y abrazó mis piernas, la niña también se acerco a abrazarme y por supuesto no me negué ante el tierno gesto—Alex es lindo, tanto como esa estrella Abby.

—disculpe, mis hijos nunca habían hecho eso con nadie—dijo el padre de los pequeños disculpándose, le hice un gesto para que le restase importancia y me agache al nivel de los pequeños.

—no hay problema, a mí también me gustan los abrazos—acaricié el cabello de ambos—además, yo también pienso que son estrellitas muy brillantes, cuiden su luz—mi voz no era ni muy grave ni muy fina, y por primera vez agradecía tenerla; me despedí con un gesto y empecé a caminar hacia mi destino.

Tal vez esos niños tenían razón, con nuestra separación me enfoqué en mí y mi carrera, hasta volverme alguien reconocido en el ámbito musical y más con mi aspecto, cabello castaño y mitad albino, portando ese día una camisa blanca, un suéter claro encima, un pantalón color negro y unas zapatillas, reinando un par de accesorios en mi vestimenta.

Y tan pronto como había terminado de pensar en los dos pequeños, me percaté de que estaba en una parte bastante alejada, la única persona que estaba allí vestía un suéter blanco, pantalones de mezclilla y zapatillas negras con un saco negro sobre sus hombros dejando ondear su cabello albino mientras admiraba al horizonte sin darse cuenta de mi presencia.

—¿y bien? ¿Para qué querías que viniera?—dije al ponerme a su lado, él volteó y sin dejar de ver el horizonte sonrió.

—¿Acaso no puedo verte?—dijo con un tono burlesco, tan inmaduro como siempre a pesar de ya tener veintiún años.

—no es muy común para mí estar con el hijo del presidente de una compañía multimillonaria y menos que él quiera reunirse conmigo, la plebe.

Él rió, finalmente dirigió su vista hacia mí, con esa característica sonrisa suya, odie que termináramos pero sin dudas creo que habíamos comenzado demasiado pronto una relación, ambos estuvimos muy abrumados y simplemente terminar fue la mejor opción.

—no sabes cuánto te he extrañado—su mano cayó en mi mejilla, acariciándola con dulzura—haz crecido mucho, eres una persona mucho más hermosa que antes.

—tú tampoco estás tan mal—dije con un tono burlesco, él rodó los ojos pero no desapareció su sonrisa—Me gusta el cambio, no te vestías tan bien en la preparatoria—mencioné tratando de armar una conversación.

—¿Qué has estado haciendo Alexander?—dijo para volver su mirada a la noche que finalmente había caído.

—no mucho, me mudé con mi padre, me volví un idol, voy a la universidad y de vez en cuando recibo notas anónimas con un ramo de rosas pidiéndome que venga aquí diariamente.

Pude ver como se tensó, yo me largué a reír por su actitud y me recompuse para hablar seriamente.

—las cosas cambiaron mucho, tú trabajas para una corporación multimillonaria y tus propios intereses y yo soy un simple idol, tenemos carreras exitosas y lo que soñábamos, una vida mucho mejor a la de mierda que pudimos llevar.

Él dirigió su vista hacía mí y dijo sin más:

—Alex, al final... ¿Qué fuimos tú y yo?

Simplemente pude voltear a ver el cielo, sonreí inconscientemente y apunté a las estrellas.

—¿Recuerdas lo que Dion dijo?—pregunté y él asintió—pues eso somos, estrellas, antes creía que necesitaba a alguien para que iluminase y le diera sentido a mi vida pero realmente no tiene mucho sentido—me apoyé levemente en el barandal—tú tienes tu propia luz, y tú decides si compartirla con el mundo o no—volteé a verlo—tú decides si apagarte o no.

Simplemente callamos después de eso, un suspiro llegó por su parte y luego pasó su brazo por mi hombro lo que me dejó sorprendido, sin más me gire a verlo y atacó mis labios con un dulce beso, ante la sorpresa reaccioné unos segundos después de lo ocurrido, cuando se había separado de mí dejándome sonrojado e impactado a más no poder.

—sigues siendo tan dulce—dijo con una sonrisa—me alegra que hayas crecido para ti, y....si llegases a sentirte listo podríamos...no lo sé.... ¿Darnos una oportunidad?—el tiempo parecía haberse detenido, fue tal mi sentimiento que me lancé a sus brazos y sin pensarlo volví a besarlo.

—no soy el único que ha madurado mucho—dije sonriente, me ruboricé al pensar mis últimas palabras—creo que este era el momento que tanto esperábamos tú y yo...—bajé el rostro algo avergonzado y sin más acarició mi cabello revolviéndolo un poco.

—hagamos nuestro propio camino a la felicidad a través del amor—mencionó abrazándome, y correspondí para luego unir nuestros labios una vez más.

Una estrella necesita a alguien que la admire, o si no podría apagarse; eso causaría el suicidio de esa estrella; Es una frase muy ambigua ¿no?

Las estrellas siempre han brillado, algunas no se dan cuenta y otras les muestran su potencial; pero dependerá de ti si quieres compartir tu brillo con el mundo.

"Pero mientras caigas, te levantes, y más fuerte seas: la luz de esa estrella perdurará para siempre".

Incluso estando sola o acompañada, la estrella es quien decide cuándo es su momento de apagarse".


¡Por favor lean los agradecimientos!

La canción no tiene que ver pero el ambiente daba para ella.

— Let's do everything for love, Moon.

El Suicidio De Una Estrella | Yaoi / BL NovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora