El Suicidio De Una Estrella | Yaoi / BL Novel

XXIII

La letra cursiva significan recuerdos.

Días después las personas seguían viéndome como basura, tratando de que yo dejase de existir de una maldita vez para tener un poco de paz en sus vidas; sus tratos y sus palabras eran la punta del iceberg y como todo buen alpinista yo había llegado a ella pero por un mal paso caí hacia mi muerte prominente. Viktor había desaparecido por completo, ni llamadas, ni mensajes, ni una explicación. Simplemente había desaparecido sin dejar huella alguna. Más de una vez pensé en pasar por su casa y preguntar, saber donde se había metido o al menos me dijesen algo de él para estar más tranquilo.

Por alguna razón yo me sentía culpable, sentía que mis palabras lo habían hecho dudar o retroceder y ya no quería verme. Me deprimía ya no tener a aquel rayo de luz en mi vida.

Un año pasó y ahora que estábamos en tercer año ya nadie lo recordaba, yo parecía más deprimido que de costumbre. Muchas personas se fueron y muchas nuevas llegaron, algunas con tanta amabilidad de hablarme pero otras seguían los consejos de los demás y se alejaban de mí. Una de las partes positivas era que mi mayor dolor de cabeza se había ido pero a cambio el chico que me gustaba también había desaparecido de mi vida. Pronto se acercaban las fechas de octubre, Halloween estaba a la vuelta de la esquina y todos parecían bastante emocionados por la idea de que la escuela diese una pequeña fiesta por la época de terror; las chicas de primer año que había conocido me pidieron que fuese más de una vez pero no resultaba tan bien para ellas porque yo terminaba negándome a todo, pero no era porque no me gustase la idea, en cambio yo también apoyaba aquello pero el hecho era que me sentía aún bastante triste por la partida de la única persona que había querido.

Una mañana en mi casillero guardaba mis cosas mientras muchos hablaban de temas sin importancia, mi semblante estaba serio y me ayudaba a evitar a las personas molestas, ahora que Thompson se había ido de intercambio nadie se atrevía a ponerme una mano encima o a decir estupideces delante de mí; no me percaté cuando todas las personas dentro del enorme pasillo se habían quedado en silencio. Miré de reojo para ver de qué se trataba el extraño silencio repentino pero sin dudas que no tuve ni tiempo para reaccionar cuando una mano ya estaba sobre la mía y la otra acariciaba mi cintura.

—no sabes cuánto te extrañe—aquella voz...aquel tacto, aquella persona que había hecho dar a mi mundo un giro de 360° ahora se posaba ante mí mientras acariciaba mi cintura y poco a poco se acercaba a mi abdomen.

Mi vista comenzó a nublarse debido a la acumulación de lágrimas en ellas, sin dudas quería abrazarlo, besarle y rogarle que no volviese a desaparecer pero mi rabia y enojo se apoderaron de mí; cerré con fuerza mi casillero y aparté su mano para luego salir caminando a paso rápido de aquella incómoda situación, sabía que gracias a mi acción había llamado la atención de la mayoría pero eso era lo de menos. Mientras caminaba no tardaron un par de lágrimas resbalarse por mis mejillas, abrí las puertas que dirigían hacía el patio trasero y finalmente me senté debajo de uno de los árboles.

En momentos como este extrañaba que Moon estuviese consolándome pero debía ser fuerte ya que ella no estaba, mis recuerdos atacaban mi mente sin cesar, recordándome cada lindo momento que pasé junto a Viktor antes de que decidiese desaparecer y mandar todo lo que teníamos a la mierda. Pero el que más dolía era aquella noche en mi balcón, la noche en que por primera vez...admitió sentir algo hacía mí.

—sin duda...esto sonará a una locura pero creo que es por el alcohol en mi cuerpo...—él se detuvo y rió por lo bajo, palmeó su lado para que me pusiese junto a él. Cuando estuve a su lado dirigió su vista al frente y volvió a hablarme—Cuando oigo la letra de esa canción...me recuerda a ti—sin más rió por lo bajo, apagó su cigarrillo y se puso muy serio, como si tratase de buscar las palabras correctas para hablarme.