6 años después.
Punto de vista de Alex.
Habían pasado seis años desde que me marché de Miami, jamás volví, ni siquiera de visita y por el momento no pensaba hacerlo, en Los Ángeles me va bastante bien, me volví un cantante famoso y todos mis sueños ahora mismo se estaban haciendo realidad.
Cada vez que pienso en Miami, pienso en mi familia, no volví a llamar, no di señales de vida desde que me fui. Para mí, esa ciudad se había convertido en dolor, en pena y en un corazón roto que me dejó como consecuencia un juego estúpido.
En cuánto a relaciones si que hay varias chicas, pero nada serio con ninguna, no me volví a enamorar detrás de Samantha. Sinceramente no habrá otra mujer en mi vida como ella, capaz de hacerme perder todos los miedos y de llenar un corazón vacío que parecía malherido.
Salí de casa. Era una casa enorme, demasiado para vivir sólo yo. Tenía cuatro plantas, un jardín enorme con piscina y jacuzzi.
Saqué mí ferrari rojo del garaje y me dirigí hacia mi discográfica, tenía que terminar de tramitar mi nueva gira mundial con mi último disco.
— Es un día trágico para todos en la ciudad de Miami, el importante empresario, Taylor Camacho, ha sufrido un accidente de tráfico en el que lamentablemente no consiguió salir con vida. Deja a una mujer y a un hijo, a los que les mostramos nuestras mas sinceras condolencias. La capilla ardiente será en la ciudad de Miami en la barriada donde el joven hombre nació. —dijo el locutor de radio, frené el coche cuando llegué a las oficinas de Sony.
Salí en shock, mi cuñado, el marido de mi hermana, el padre de mi sobrino y el hermano de uno de mis mejores amigos; pero sobre todo mi amigo. Recuerdo como Jason, Taylor y yo jugábamos de pequeños a la pelota. Gia siempre había Estado enamorada de él y viceversa, mi hermana me mandó la invitación a su boda que fue hace tres años, no asistí a la boda, no como invitado, pero sí que fui a la ceremonia a lo lejos, no podía perderme la boda de mi hermana por nada del mundo. Conocí a mi sobrino, un niño rubio como Gia y con los ojos marrones como Tay, se casaron en Tampa y hasta allí que fui para verlos, y vi a Sam acompañada de Daniel, me dolió, pero me sentí feliz por ella.
Entré en las disquera. Corriendo, subí por las escaleras, hasta la sexta planta y ahí entré en el despacho de mi mánager.
—Regan. —dije abriendo la puerta sin siquiera llamar.
Él se levantó de su silla de cuero marrón.
—¿Qué pasó, Alex? — me dijo, preocupado.
Regan, no sólo era mi personal manager, sino también mi amigo, sabía que él comprendería perfectamente la situación.
—Ha muerto mi cuñado. —le dije, él parece conmocionado con la noticia y también comprenderme. —Necesito volver a Miami.
—¿Estás seguro, Alex? —me preguntó preocupado. —Llevas seis años sin ir, ¿No te da miedo cómo pueda reaccionar tu familia? ¿O Sam?
Agaché la mirada, Regan sabía todo lo que había pasado con Sam, como ya dije, no solo era mi manager, también mi amigo.
--Te llamó durante todo un año, Alex, y tú nunca le respondiste, aún debe de dolerle eso. --Me dijo. El reencuentro con Sam iba a ser inevitable, pero qué clase de hermano sería si no estoy con ella en un día como hoy, no podría perdonármelo jamás.
--Es un riesgo que correré. Trataré de ser discreto y que no me reconozcan, pero tengo que volver a Miami, es por mi hermana, Reg. --le insistí, él soltó un suspiro.
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De regreso a mí
Teen FictionSecuela de «El que se enamora pierde» "Uno siempre vuelve a donde fue feliz." Samantha y Alex han continuado con sus vidas alejados el uno del otro, aparentemente se han olvidado, ella dejó de llamarle y él dejó de sentirse culpable por no contesta...