2: Tricky

1K 45 7
                                    

"¿!Que hubo, Tio?!" Corriendo, cruzas la calle para saludarlo.

"¿Que más, sardina?" Te da un beso. Estaba parado con otro hombre. Este era un moreno con pelo churco y negro, tenia gafas negras puestas y una sonrisa al verte.

"Uy, y tu quien eres, mi amor?" Te pregunta el moreno.

"T/N, mucho gusto," le dices.

"Si, mucho gusto, me llamo Erick." Le das la mano.

"Ella es la famosa Tricky," le dice tu tío.

"Ah, no le creo, ¿en serio? Pero yo me imaginaba una bebe. Esta es toda una mujer."

Te ríes. "¿Porque, es que le han contado mucho de mi, o que?"

"Pues si, lo mal geniads, lo terca, lo brusca-"

"¿Ah si?" Miras a tu tio. "¿Es que me porto así de mal?"

"No," te dice. "Te portas peor."

Te ríes y le das un puño. "¡Tan bobo!"

"Oiga, ¿porque no nos damos una vuelta los tres?" Pregunta Erick, con voz oliendo a coqueteo.

Tu tio lo mira un poco sospechoso así que dices, "me encantaría pero tengo que llevarle algo a mi Mamita," miras a tu tío. "y usted sabe cómo se pone, toda desesperada."

"Pa' la próxima entonces." Erick se queda mirándote. "¿Porque no me da su número?"

"Ah, no." Empiezas a caminar para la casa. "Como mi tío le cuenta tanto, lo que necesite preguntarme ya lo sabrá el así que le pregunta a él."

Te vas de allí, sonriéndote a ti misma.

Vas caminando por la calle, un poco afanada. Después suena una bocina. Miras detrás tuyo y escuchas a alguien decir,

"¡Bizcocho! ¿Que hubo, bizcocho?" Era el hombre que manejaba el carro el otro día. Se parquea enfrente tuyo. "¿Entonces, que Mamita? ¿Se acuerda de mi, o no?"

"Claro, como me iba a olvidar, usted le hizo la compra a la mona el otro día," le respondes. "¿Que se le ofrece?"

"Porque no me acepta esta invitación y se monta aquí," te dice. "Súbase y charlámos, vea que hasta le compro todo a su amiguita."

"Oigan a mi tío," te ríes. "No está mi tibio, gracias."

"No se asuste, Mamita." Te mira de arriba a abajo. "Veo, lo qué pasa es que vamos a inaugurar un gimnasio nuevo por acá. ¿Como le parece?"

"Ah, ustedes son los dueños de ese gimnasio que van a abrir." Habías pensado ir, pues te invito Olivia, pero tu Mamita te había pedido unos favores y te daba pena dejar a la cucha embarcada.

"¿Cómo le parece Mamita? Entonces Braulio me que invitara a las mujeres más bonitas de la ciudad y por eso la estoy invitando."

Le haces ojitos inocentes. "Pues gracias, papito. Pero si tanto me quiere ver ese tal Braulio, que venga y me recoja el mismo."

"No lo puedo creer. Lo mismo me dijo la mona."

"Ah, ve. Es que los genios pensamos igual. Saludos y gracias." Nuevamente empiezas a caminar.

Hiciste todas tus vueltas y, cansada, te hechas sobre tu cama. Ahí suena tu teléfono. "Aló."

"T/N, ¿será que me hace un favorcito?"

Las Muñecas De La Mafia: Y Si Estuvieras Allí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora