Varios minutos después, el sonido de notificación del celular alarmó a Jimin. Sabía quien era, Jungkook ya se encontraba fuera de su casa.Tras un suspiro pesado, agarró su campera, se la colocó, tomó sus llaves y salió de su casa para encontrar el auto de Yoongi, al cual ya reconocía después de la noche anterior y la tarde en Baum.
— Hola — Saludó al pelinegro, quien lo estaba esperando fuera del vehículo.
— Hola Jimin, ¿listo?
El rubio asintió — Con el corazón en la garganta pero sí.
Sin decir más, los dos ingresaron al auto y partieron rumbo a la casa de los padres del pelinegro.
Durante el camino el silencio predominó en el lugar ya que ambos sentían que estaban cometiendo una especie de locura, pero ¿qué perdían con hacerlo? Nada, solo se sacaban esa duda que les comía la cabeza desde que el rubio encontró su Instagram.
La casa de los padres del pelinegro quedaba casi en las afueras de la ciudad, más al costado como le gustaba decir, y era allí a donde se estaban dirigiendo.
¿Lo más raro de todo? Que a medida que se acercaban más a esa casa, el camino se le iba haciendo más y más conocido a Jimin.
— No puede ser...— Susurró.
— ¿Qué sucede? — Preguntó Jungkook en lo que mantenía su vista en el camino.
— Yo vivía por este lado de Busan cuando era chiquito, es más, en esa plaza jugaba — Señaló al paso.
Si, definitivamente todo era cada vez más raro para ambos, o todo de a poco se iba encajando.
A las pocas cuadras de esa plaza, el vehículo se detuvo en frente de una casa la cual estaba rodeada de flores amarillas.
— Llegamos — Dijo el pelinegro sacándose el cinturón de seguridad, pero en cuanto giró a ver a su acompañante, pudo notar que este estaba totalmente pálido — ¿Estas bien?
El mundo entero le había dado una cachetada a Jimin en ese momento, ya que lo que estaba viendo al lado de la casa que señalaba el pelinegro, era su antiguo hogar.
Sin poder pronunciar palabra alguna, señaló esa casa vecina, juntó aire y miró al pelinegro — Yo vivía ahí de chico.
Y otra cachetada fue dada por parte del mundo, solo que esta vez el destinatario de esta fue Jungkook, quien se quedó petrificado por unos segundos.
— ¿E-estas seguro?
Jimin asintió — Lo estoy.
Sin decir algo más, ambos se bajaron del auto e ingresaron en el jardín de la casa de los padres de Jungkook. Todo estaba allí. Las flores, el caminito de piedras hasta la puerta de ese hogar, incluso...incluso una puerta chiquita que conectaba las dos casas...la cual estaba un tanto deteriorada.
— ¿Eso siempre estuvo ahí? — Preguntó Jimin señalando la pequeña puerta y agarrándose la cabeza con su otra mano.
Jungkook asintió — Si...— Susurró — Está así de deteriorada porque la neblina...
Y una tercer cachetada a la realidad fue dada en ese momento, tan así, que sin dudarlo el pelinegro se agachó hasta quedar del tamaño de un niño pequeño.
— ¿Qué haces? — Preguntó Jimin al borde del colapso.
El pelinegro extendió su mano hacia este — Necesito que bajes hasta quedar como yo.
— ¿Qué? ¿Por qué? — Preguntó.
— Todas las mañanas, en este sector de Busan, hay neblina espesa, ¿cómo estás viendo ahora?
— Bo-borroso — Confesó el rubio temblando.
— Jimin — El pelinegro había vuelto a pararse del todo y a acunar el rostro del rubio entre sus manos — Necesito que bajes conmigo.
Pero el rubio sabía que era lo que estaba sucediendo, y por eso cerró sus ojos — No va a pasar.
Delicadamente, Jungkook tomó ambas manos de Jimin para luego hacerlo bajar hasta el punto en el que ambos quedaran en cuclillas, a la altura de las flores amarillas que había en ese lugar.
— Necesito que abras tus ojos — Susurró.
El rubio en su lugar, negó con su cabeza — No lo haré.
— ¿Por qué no? — Preguntó el pelinegro.
— Porque eso significaría que no eras imaginario, sino que eras mi vecino y que te encontré, que nunca tuve un amigo imaginario, sino que todo el tiempo eras vos y que encontré tu maldito Instagram después de tanto tiempo, y que no eras imaginario sino que eras cien por ciento de carne y hueso, y que no eras imaginario, o sea que no desapareciste de mi vida, sino que te mudaste a Seúl y volviste a Busan y yo te encontré y ahora...
Pero antes de que pudiera decir algo más, Jungkook tomó nuevamente el rostro del rubio, y dejó un suave beso en sus labios, el cual fue correspondido sin una sola pisca de duda.
— Y eso quiere decir que ambos somos reales, que no todo es coincidencia, y que ahora estamos de nuevo en este lugar...— Terminó por decir el pelinegro en voz baja, dejando las frentes de ambos apoyadas el uno en el otro — Eso era lo que debió pasar anoche, pero no me animé... — Confesó.
— Voy a usar una frase que Tae no paraba de decir anoche...— Advirtió el rubio en lo que abría sus ojos — WTF Jungkook.
Y con ese comentario, los dos estallaron en risas, provocando que la puerta de la casa de sus padres fuera abierta.
— ¿Jungkook? ¿Qué haces acá?
La que hablaba era su madre, Yeji, quien había salido de su hogar al oír la risa de su hijo.
El pelinegro sonrió, se puso de pie, extendió su mano y ayudó a Jimin a también ponerse de pie.
— Hola Ma — Saludó.
La mujer se acercó a ellos sin dudarlo — No sabía que venías hoy — Comentó — ¿Quién es...— Pero antes de preguntar, el rostro se Jimin se le había hecho familiar a la señora Jeon — ¿Te conozco?
El rubio suspiró — Es probable — Respondió un tanto temblando, y señaló la casa de al lado — Y-yo vivía ahí cuando era más chico.
Los ojos de Yeji se abrieron de par en par ante la respuesta del muchacho, incluso sus manos fueron a parar a su rostro de lo muy sorprendida que estaba.
— Oh por Dios, ¿Jimin?
Y si necesitaban una confirmación más para su loca y rara historia...esa era la indicada.
Fin.
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After all these Years - Jikook / Kookmin
Fiksi Penggemar𝑨𝒇𝒕𝒆𝒓 𝒂𝒍𝒍 𝒕𝒉𝒆𝒔𝒆 𝒀𝒆𝒂𝒓𝒔 🌾 Au ¿Qué harías si un día encontras en lnstagram el perfil de quien fue tu amigo imaginario durante toda tu infancia? Para Jimin simplemente no podía ser real, es decir, no había chance de que Jungkook fuera...