•ocho•

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La campana sonó informado que era hora del almuerzo, los mugiwaras estaban en el pasillo, al rededor del pelinegro en forma de semicírculo, quien solo escuchaba las preguntas y alguno que otro reto por parte de Nami. Robin se percató de algo inusual en Luffy, pero se quedó callada.

—¿Y bien?.—preguntó Nami poniendo sus manos en su cintura mientras levantaba una ceja y miraba serio a Luffy.

—¿Que?.—preguntó confundido.

haaa....¿En dónde estabas?.—suspiró el pelinaranja mientras se masajeaba la frente.

—¿Eh?..ah...yo estaba...—sus ojos miraban a todos lados, buscando algo para poder zafarse y fue en ese momento que su mirada se posaron en unos cansados—¡Con torao!.—Luffy señaló a un muchacho que estaba saliendo del baño.

—¿Torao?.—dijieron todos al mismo tiempo, mirando como Luffy iba tras el chico y lo traía a las rastras.

Él es Torao, un nuevo amigo.—lo presentó con una sonrisa y el mencionado lo miró algo desconcertado.

—¿Desde cuando nos hicimos amigos, Luffy-ya?.—susurró el ojeroso.

Desde cuando me ayudaste.—le contestó con una sonrisa.

Eso no quiere decir que sea tu amigo.—le arqueó una ceja.

—¿Encerio?.—Luffy ladeó la cabeza—No importa, ya eres mi amigo.—Law iba a decir algo pero se percató de las miradas.

—...

—...

—Luffy-san, no nos vas a presentar.—habló Brook rompiendo el silencio.

—¡Oh, si cierto! Shishishi.—miró a Law.

Torao, ellos son Zoro, Nami, Usopp, Sanji, Robin, Chopper, Franky y Brook.—los señaló.

Mucho gusto.—dijieron al mismo tiempo.

Y él es Torao.—todos miraron al mencionado.

Tralfagar D. Water Law.—corrigió, presentándose—Mucho gusto.—asintió y los demás asintieron.

Vayamos a la cafetería, tengo hambre.—habló Usopp tocándose la barriga—Ven con nosotros.—miró al ojeroso.

—¿Eh?...ah no, no pue-...—fue interrumpido por un fuerte tirón en su brazo derecho, miró a su lado y notó como los ojos del menor se iluminaban. Algo le decía que era una mala señal.

—¡Hoy dan curry~! ¡Vamos Torao!
—y sin más, el pelinegro se lo llevó de nuevo a las arrastradas.

—¡Esperanos Luffy!.—gritó Nami extendido una mano como señal para que pare pero éste ya no estaba a la vista—¡Ese...idiota!.—bufó molesta.

Ya, ya, déjalo.—trató de calmarla Usopp, teniendo después de un rato resultado—Sabes como es él y con el tema de la comida y más cuando se trata de carne.

Es Suuuper verdad.—afirmó y apoyó Franky.

Esta bien, está bien.—la pelinaranja suspiro—Entonces vayamos nosotros también.—los demás asintieron.

En el camino hacía la cafetería, la pelinaranja notó como su amiga la pelinegra estaba demasiada insertada en sus pensamientos y eso la preocupó.

—¿Todo bien?.—preguntó Nami a la pelinegra.

Tiempo límite [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora